5. Achu

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Minghao descubrió que perder aveces es bueno.

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Dando pasos sigilosos salió de su habitación, llevaba dos días de estar escabullendose en la casa evitando chocar con Soonyoung. ¿Por qué? Hace exactamente dos días el mayor le había dicho que no saliese dado a que esa noche hacia frío y llovía, pero Minghao ignoró cualquier advertencia y salió sin importar mucho.

Lo inevitable sucedió; al día siguiente Minghao se encontraba resfriado y no quería escuchar las burlas de su mayor. Sí, nuestro pequeño y tierno chino mantenía su orgullo intacto, bueno, al menos lo suficientemente intacto.

Soonyoung por otra parte estaba arrecostado en la puerta, sabía que Minghao lo estaba ignorando y aquello, primero; le molestaba y, segundo; le causaba algo de gracia.

Para cuando el chino se dió cuenta que el coreano había bloqueado su salida, le regaló una sonrisa mientras retrocedía sobre sus pasos.

- Dichoso sea quién te ve Minghao. - Soonyoung dejó escapar un muy, muy largo suspiro. - Siento que han sido años desde la última vez que nos encontramos. - Minghao río para sus adentros, nuevamente su hyung estaba siendo dramático.

Chasqueó su lengua rogando por ayuda a los santos y quién estuviera en los cielos. Habló: - Creo que estás sobre exagerando la situación, Hoshi... hyung. - La voz de Minghao era tan roca que ninguna excusa lo salvaría de esta.

- ¿Perdón? - Soonyoung se acercó al menor. - Creo que alguien por no hacerle caso a su extremadamente guapo servidor, o sea yo, se ha enfermado.

Minghao intentó negar la situación pero un estornudo inundó todo la habitación, pequeños mocos salieron de su nariz y nuevamente sus ojos cobraron ese color rojizo. Soonyoung sonrió y acercó sus manos al rostro de su menor, una en cada mejilla.

- Haohao se ha enfermado. - Soonyoung hizo un puchero.

- N-no. - Replicó aún sabiendo que la derrota era suya.

- Dile eso a tus flemas, estornudos, voz y... - Una de sus manos subió a la frente del chico. - No tienes fiebre, deberías acostarte y descansar.

Minghao estiró sus labios en forma de réplica y apartó la vista del mayor, aún cuando quería seguir encantado con la belleza del mayor.

- No soy un niño, puedo cuidar- ¡Achu! S-solo.

Soonyoung rio y apretó las mejillas del menor, haciendo que este apartará sus manos de su rostro.

- Eres adorable.

- No me iré acostar.

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Soonyoung colocó una toalla húmeda sobre la frente de Minghao. Tal vez, en las últimas horas el "pequeño" Minghao había empeorado, principal porque no tomó la medicina por culpa de un distrayente, y solo tal vez al final Soonyoung lo arrastró, jaló, obligó y sus derivados; a aquel sillón de dos personas de la sala y donde actualmente estaba acostado contra su voluntad.

Ahora, Soonyoung cuidaba a Minghao con todas sus comodidad y se aseguraba que todo estuviera correcto en la salud del chino. Había algo en Soonyoung que lo obligaba a cuidar a su menor y protegerlo de cualquier mal, también le gustaba ser causante de muchas de sus sonrisas y de felicidad, le gustaba cuando durante el almuerzo en la universidad sus miradas se encontrarán y crearán una atmósfera única donde sólo ellos existen y nadie es consciente de las mil y un cosas que ellos ocultan, pero que sus ojos expresan. Soonyoung le gustaba Minghao, Minghao tenía gripe.

- Minghao... - El susodicho hizo un pequeño "mmm". - No quiero hacerlo, pero debo irme.

Soonyoung retiró el pañuelo de la frente de Minghao y pasó uno seco sobre esta. Se incorporó un poco sobre el cuerpo acostado de Minghao, sus rostros quedaron cerca y consigo un manojo de nervios del menor. Nunca había sentido tantos nervios antes, y al tener a Soonyoung tan cerca le hacía más mal que la gripe que lo atormentaba. Sin embargo, eso le hacía pensar, pensar sobre todo lo que el mayor provocaba.

Minghao aún no entendía la mayoría de expresiones coreanas, pero no las necesitaba para entender la belleza de su hyung y contemplarla, como una fotografía. Porque podía verla de cerca o lejos, podía verla de un día y luego al mes, pero su belleza seguía hay. Pasarían mil años y su belleza seguiría con él, porque no sólo es belleza física, esa belleza va más allá, iba a lo emocional y propio. Algo propio que solo lo tenía Soonyoung y nadie mas. La fotografía es algo propia para el fotógrafo, solo ellos saben el sentimiento que se cala en una simple imagen que podía llevarte a infinitos mundos y significados. Y Soonyoung era eso, solo Minghao sabia que generaba y que infinitas sensaciones despertaba.

- Si te sientes mal, llámame. Y prometo estar aquí. - Con timidez y apuré depositó un beso sobre la frente del menor.

Luego de eso, Minghao no pudo estar más feliz de haber desafiado al peli negro ese día.


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Hola, solo quería saber que tal les parece la historia ¿les está  gustando o tienen alguna opinión?


Photograph » H8shiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora