¿Enemigos o amigables?

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Veo a un grupo de personas armadas, cuchillos, machetes e incluso pistolas, reían entre ellos, uno de ellos tenía un ojo amarillo enfermo como los infectados, me quedé pensativo al verlo. Un infectado se acercaba corriendo al del ojo amarillo, apenas giró la mirada y le cortó el cuello al infectado con un machete, este cayó al suelo sin rastros de vida.

Comentó algo que escuché:

-¡Quiero verdadera emoción! ¡No esto! -Dijo sonriendo. Lo vi mejor, tiene el cabello oscuro, tez morena, un físico trabajado y es algo alto.

Giro a mi alrededor y me doy cuenta de otra cosa: La vegetación crece en los edificios como si no se hubieran cuidado desde hace mucho, ¿Cuánto tiempo he estado dormido? ¿Cómo no me he dado cuenta antes de esto? Antes mi estado mental era extraño, me sentía perdido y me comía el instinto.

Miré de nuevo al grupo que reía y hablaba como si la ciudad fuera suya, que se componían de tres chicos y dos chicas, todos jóvenes, no debían pasar los veinte y pico años. Corrí hacía ellos y grité:

-¡Hey! ¡Ayuda! -Lo hice sin pensar, mierda. Puede que no sean tan amigables como lo parecen.

El del ojo amarillo fue el primero que se giró, al mirarme puso una cara de sorpresa, después la cambió por una sonrisa. Los otros se me quedaron viendo fijamente, una de las chicas se rió silenciosamente al ver al del ojo amarillo correr hacia mi; no había pasado ni un segundo y ya se encontraba a mi lado, viéndome de arriba a abajo, más que todo a los ojos.

-Wow, otro ojos Isabatan. -Dijo el chico sonriendo con una gran felicidad.

-¿Q-qué? -Dije confuso y algo asustado

-¡Esos ojos amarillos tuyos, bro! ¡De ellos hablo!

-¿Ojos amarillos? ¡Mis ojos no son amarillos! -Dije, pero empecé a pensar, yo no soy un infectado, ellos no tienen conocimiento, ellos ya no poseen inteligencia ni razonamiento.

-Hmmm -Me miraba analizándome, intentando encontrar un secreto, su grupo estaba atrás esperando. -Esos hijos de puta... -Susurró -Entiendo lo que sientes, ven con nosotros, nos contarás que te ha pasado y te ayudaremos, ¿Vale? -Sonríe

-S-Sí... -Dije, mi cabeza daba vueltas, pero ya no tanto como antes.

Caminé con ellos y cada uno se presentó, el del ojo amarillo se llamaba Karl, las dos chicas se llamaban Helena y Estefany respectivamente, una era bajita y de cabello castaño, delgada, con los ojos marrones, y la otra era de estatura media, con cabello negro corto, ojos azules y un físico que demostraba fuerza, los otros dos chicos se llamaban Mark y George, Mark era alto y tenía una barba con una trenza, cabello oscuro y ojos negros, George era algo bajo, tenía los ojos verdes y el cabello rubio.

-¿Qué me pasó? ¿Tenéis que ver con esto? -Pregunté preocupado.

-Creo que... -Dijo Helena pero Mark la interrumpió.

-No, cuando estemos en el refugio.

-Vale, vale -Dijo Helena algo indignada

No sé por qué los estoy siguiendo, no sé por qué confío en ellos, pero ya todo está perdido, ¿no?

Llegamos a la base, se abrieron unas puertas de madera seis veces más anchas y cinco veces más altas que yo.

-Hey, escuadrón Rayo. ¿Por qué han regresado tan pronto? -Al finalizar la frase abrió los ojos como platos mirando a mi dirección. -Entiendo.

El Diario Del Segador Negro.Where stories live. Discover now