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Me voy a la cocina y abro la nevera, esperando a que el espíritu Santo se me apareciera y que me diera algo de comer.

—Agh, nada comestible. —Me lamento en voz alta y cierro de nuevo la nevera.

El androide me mira con una ceja alzada y se coloca a mi lado para seguidamente abrir la nevera y revisarla, tal y como yo había hecho antes.

—Sí que hay cosas comestibles.

—Claro que las hay, genio, pero no sé qué comer.

Este era el dramón de mi vida: el no saber qué demonios comer, abrir una y otra vez la nevera viendo las mismas cosas y quejarte diciendo que no hay nada cuando en verdad sí que las hay.

—Los humanos sois extraños.

—Dímelo a mí . —Pongo los ojos en blanco.

—Por mucho que intente informarme de su forma de actuar cada uno de ustedes es diferente, no como los androides que tienen una forma de ser predeterminada.

Lo miro con las cejas alzadas.

—Supongo. —Me encojo de hombros y comienzo a abrir y cerrar cajones en busca de galletas o cualquier cosa para comer. —Sólo hay que mirarnos a Hank y a mí: él es un viejo gruñón y yo alguien super guay, no hay ni punto de comparación.

Connor ríe.

—¿Sabe? Me gusta oírla hablar.

—Hablo demasiado.

—Me gusta. —Repite. —Es agradable.

Niego con la cabeza y hago un esfuerzo por no reírme, era una ternurita.

Al ver que no encontraba nada de comida chatarra por ningún lado decido comerme una manzana verde que estaba muerta de risa en el frutero. Le indico con un movimiento de cabeza a Connor que me acompañe de nuevo al salón y este me obedece. Enciendo la tele sin demasiado interés, notando como los ojos de Connor están clavados en mí.

—Das mucho miedo cuando me miras tan fijamente. —Lo miro levantando las cejas, como si sospechara de él.

Me sonríe dulcemente con los ojos levemente cerrados.

—¿Ahora no puedo ni mirarla?

—Claro que puedes, alguien tiene que admirar lo fabulosa que soy.

—Lo es.

Mis mejillas se tiñen de rojo. Tenía un gran efecto en mi, definitivamente.

—Calla.

Le tiro a la cara un cojín del sofá, intentando esconder mi vergüenza y fijo la vista en la televisión, aunque sólo estaba siendo un simple sonido de fondo. Me gustaba estar así con él, tan unida. Era agradable. Nos pusimos a hablar sobre los perros. No sé porqué, pero me comentó que le gustaban los perros y de ahí surgió todo. Connor era tan extraño a veces...

El LED de su sien comienza a parpadear y los ojos se le ponen en blanco. Supongo que estaba recibiendo información.

—¿Algún problema? —Pregunto fingiendo interés.

—Han asesinado a un hombre en un burdel de androides, el Club Edén. —Me contesta con voz suave.

Un burdel... Por fin un caso interesante.

—Pues vamos a la aventura, me esperan los androides semi-desnudos.

Me levanto pero Connor agarra mi barazo.

—Debería descansar. El teniente y yo nos ocupamos de esto.

—Venga ya. —Me quejo. —Lo que tu quieres es el burdel para ti sólo. Te he pillado.

—¿Qué? ¡Claro que no! —Le tiembla un poco la voz. —Sólo que creo que se merece descansar, no ha dormido nada.

Suena bastante sincero. Oscilo entre las dos opciones durante unos segundos, pero al final le confirmo que me quedaré en casa por muchas ganas que tuviera de ver androides en ropa interior. No por nada en especial, sólo quería que él y Hank entablaran de una vez una amistad, o lo que sea que puede entablar Hank con alguien.

—Ya sabes que si necesitáis ayuda estaré ahí en un abrir y cerrar de ojos. Auque el bueno de Gavin estará por ahí, estoy segura, así que para detectives ya está él. —Le digo con voz de madre a medida que caminamos hasta la puerta.

La abro y el aire frío choca mí. Estaba lloviendo, justo como cuando Connor vino a mi apartamento por primera vez... Básicamente ayer, pero me parecía una eternidad.

—Adiós, detective. Cuíese, ya sabe que aunque estemos en medio de una misión puede avisarme si hay algún problema.

Niego con la cabeza.

—Nah, estaré bien.

Connor agacha la cabeza levemente con una sonrisa, despidiéndose asi de mi.

Se sube en un taxi y no cierro la puerta hasta ver como desaparecía en el horizonte. Entro en casa y voy directa a mi cuarto. Ni de broma me iba a quedar aquí parada sin hacer nada. Ahora que tenía tiempo me vestiría, me subiría a mi coche y me iría directa a casa de Carl.Me visto rápida como un rayo, agarro las llaves del coche que estaban en el recibidor y salgo de casa. Cuando le hablé a Connor sobre Carl y Markus me entró la nostalgia. Por mi trabajo no había podido ir a verlos en los últimos dos meses a pesar de la cercanía de nuestas viviendas, así que esta era una buena oportunidad.

Hora de ver a Carl, hora de ver a Markus.

¿Seguirá todo como estaba antes? Algo dentro de mí decía que no. Tenía la intuición de que algo no estaba bien.



Nota de la autora: Adivinen, soy experta en publicar historias con mi trasero xdxd.
(Esto algunas personas ya lo saben porque me lo preguntaron al momento, sí, soy tan torpe que publico partes sin corregir con mi trasero, por eso a muchos les llegó la notificación pero no encontraban el cap xdx)

¿ALGUIEN SE ESPERABA QUE HABRÍAN DOS CAPÍTULOS EN DOS DÍAS? Porque de nuevo: yo no.

Ahora a esperar un mes para el siguiente ahre.

POR SIERTO, a lo mejor en el siguiente ya sale nuestro Markusito, aj, como lo amooo.

No sé con exactitud cuando actualizaré, y más ahora que estoy de vacaciones, así que si veo que hay bastante apoyo sacaré tiempo de debajo de las piedras para poder escribir un nuevo capítulo(????♡ (ahora xdxd)

ᵃʳᵗᶤᶠᶤᶜᶤᵃˡ ˡᵒᵛᵉ ||| ᵈᵉᵗʳᵒᶤᵗ: ᵇᵉᶜᵒᵐᵉ ʰᵘᵐᵃᶰ ((en pausa)) ((editando))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora