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—Deberías ponerte más ropa de este estilo, te queda bien. —Digo, y de inmediato me siento como una tonta.

El androide se sienta en la esquina del sofá, totalmente rígido como un Playmobil, mientras yo seguía desparramada tragando galletas y atenta a las noticias.

Realmente nuestras personalidades contrastaban bastante, o bueno, eso es lo que decían todos los compañeros de la central al vernos juntos. Es verdad que Connor es más centrado y racional, tal y como se le programó, mientras que yo soy algo impulsiva, pero siento que nos complementamos de alguna forma, como si él tuviera lo que a mi me falta y yo tuviera lo que a él le falta, como las piezas de un puzle que por fin encajan.

Miro de reojo al tonto de mi compañero a ver si por fin se dignaba a contarme el porqué de su visita, pero al parecer estaba en su mundo. Le doy unos suaves golpecitos con los pies para intentar que me prestase atención.

—A ver, Robotín, ¿a qué se debe tu visita? —Le pregunto por fin.

El susodicho gira su rostro para mirarme a los ojos.

—No se enfade, pero realmente no tenía ninguna razón para venir a verla. —Me ahogo con la galleta que estaba masticando, Connor es un despropósito en si mismo.— Simplemente quería pasar un tiempo agradable con usted fuera del trabajo, detective.

Me incorporo en el sofá, sentándome como alguien medianamente normal, para después girarme hacia él dedicándole una mirada inquisitiva.

Lo que acababa de decir era tremendamente adorable. Este no es el Connor de siempre.

—Además, —prosigue— el teniente Anderson tiene vetada mi entrada en su domicilio, así que no podía ir a visitarle. Seguramente si lo hubiera hecho me habría sacado de ahí a rastras para después tirarme a un cubo de basura. —No puedo evitar reírme.

—Bueno, puedes quedarte aquí mientras no molestes. —Le digo con una sonrisa.

Me sonríe de vuelta.

Ambos nos pusimos a comentar las noticias ante falta de imaginación para pensar un tema mejor del que hablar. Últimamente las emisoras estaban muy pesadas con el tema de los androides y la divergencia. No sé si se están quedando sin ideas o qué está ocurriendo, pero comienza a ser aburrido. Aunque a decir verdad últimamente nos llegan bastantes casos o supuesta información fiable que implican a los androides divergentes. No entiendo el miedo y la rotunda negación de la población de Detroit ante la idea de que los androides tomen consciencia de su propia existencia. Los tratamos como muñecos, o bueno, alguna que otra persona incluso peor. Al fin y al cabo son una vida, una artificial, sí, pero por ello no creo que debamos tratarlos como cubiertos de usar y tirar.

No son nuestros esclavos.

Después de un rato miro el reloj de mi muñeca. Entrábamos a trabajar dentro de cuatro horas, y la jodida aquí era yo ya que Connor no necesitaba dormir.

Le sonrío y le doy un leve apretón en la rodilla para captar su atención.

—Ya es tarde, debería dormir aunque sean tres horas, sino mañana no podré ni abrir los ojos. — Suspiro con sumo cansancio.

Me levanto del sofá, dejando mi zumo ya sin contenido en la mesita de té al igual que la bolsa de galletas.

—¿Dónde puedo dormir yo, detective? —Me dice con una voz suave como la miel derretida mientras me seguía.

Me giro para mirarlo directamente con una sonrisa irónica, colocando uno de mis mechones de pelo detrás de la oreja.

—¿Acaso tu duermes? —Bromeo.

—No, quedo en modo reposo. —Me explica. —¿Entonces? —Cuestiona con curiosidad.

Abro la puerta de mi cuarto, enciendo la luz y entro, seguida por él.

—Quédate aquí conmigo, no te preocupes. —Comento poniendo los ojos en blanco. 

Había entrado a mi cuarto así como si nada, ¿para qué echarlo?

Me daba vergüenza, mucha, mucha vergüenza, pero por Dios, no tengo diez años, no es ni la primera ni la última vez en la que dormiré con alguien. 

Me tumbo en la cama y de inmediato Connor hace lo mismo.

Extiendo el brazo para alcanzar mi móvil, que, por alguna extraña razón, estaba tirado en la moqueta al lado de la cama. Casi se me olvidaba llamar a Hank. Era tarde, dudaba ante la idea de que me contestara, pero de todas formas decido probar. 

Me responde al momento.

—¡Hola, Hanky-Hank! Buenas noches. —Susurro para no molestar a Connor.

—¿Buenas noches? —Dice con voz ronca, estoy segura de que había bebido como de costumbre. —Niña, son las tres de la madrugada. —Su tono definitivamente denotaba pesadez.

—¿Qué tal estás? —Pregunto haciéndole caso omiso .

—Bien, supongo, ya me iba a dormir. —Escucho como se incorpora. —¿Tú qué haces despierta a estas horas? Mañana tendrás sueño.

Sabía que en verdad se preocupaba por mí, pero así es, terco como una mula, no se atreve a admitirlo en voz alta.

—Me entretuve.

—Vete a dormir ya, cojones. —Intenta sonar molesto, pero de nuevo noto su preocupación.

—Sí. —Canturreo. —Bueno, te dejo ya dormir, te quiero Hank, hasta dentro de unas horas.

—Que descanses, cielo.

La conversación fue corta, pero lo suficiente como para dejarme sonriendo a la nada como una boba. Que dejase a un lado su personalidad de culo para llamarme "cielo" me daba la vida. Esto era como ver el cometa Halley, solo pasaba cada setenta y seis años. Dejo el móvil de nuevo en el suelo y miro a Connor, estaba tapado hasta la nariz y tenía los ojos cerrados, así que supuse que ya estaba "durmiendo". Me remuevo intentando encontrar una posición cómoda.

—Buenas noches. —Musito.

—Que descanse. —Contesta él.



Nota de la autora: ¡Heya! Estos dos primeros capítulos han sido de pura introducción para que puedan ver la relación entre T/N, Connor y Hank, en el siguiente ya se viene la acción *guiño**guiño**codo**codo*(? Quería dar las gracias a la gente que le dio un voto, que comentó y que simplemente leyó el primer capítulo ♡♡ ♡. Igual que dije con el anterior, no se con exactitud cuando actualizaré, será según la acogida de este, así que si te ha gustado no dudes en darle amor para que actualice ♡.

ᵃʳᵗᶤᶠᶤᶜᶤᵃˡ ˡᵒᵛᵉ ||| ᵈᵉᵗʳᵒᶤᵗ: ᵇᵉᶜᵒᵐᵉ ʰᵘᵐᵃᶰ ((en pausa)) ((editando))Donde viven las historias. Descúbrelo ahora