Epílogo.

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2 años después...

Miré la piedra del colgante que sostenía con mis manos , mientras las lágrimas acariciaban mis mejillas.

No me puedo creer que hayan pasado ya dos años desde que Tae y Jin  se fueron. Desde ese día, cada noche me quedo despierto para poder apreciar el brillo de las estrellas y llorar silenciosamente. Sinceramente, en lo más profundo de mi ser tenía la esperanza de poder volverlo a ver, pero esa esperanza fue desapareciendo con el paso del tiempo.

Ahora me encontraba a orillas del mar con una decisión tomada. No podía seguir así de deprimido por alguien que no va a volver por mucho que lo desee.

Miré el colgante con los ojos llorosos antes de levantar mi brazo.

ㅡLo siento Tae...No pude encontrarte. ㅡSusurré para después lanzar el colgante lo más fuerte que pude hacia el mar. ㅡLo siento...

Me dí la vuelta dispuesto a volver a casa aún sollozando cuando algo golpeó mi cabeza fuertemente y caí inconsciente en la arena.

ㅡJimin...Jimin. ¡Park Jimin despierta! ㅡUna voz conocida me habló. Abrí lentamente los ojos, pero los cerré al segundo. ¡Agh! El dolor de cabeza era insoportable. Cuando el dolor se disipó pude abrir los ojos y comprobar dónde me encontraba. Era una habitación enorme, completamente blanca y sujetada por pilares color rosa coral. Al fondo había un trono con forma de concha rosa enorme. Todo lo demás estaba vacío.

Al acabar de examinar la habitación me fijé en que la concha había alguien sentado de piernas cruzadas y de mirada amenazante. Estaba bastante lejos por lo que no podía reconocer quién era.

ㅡLevántate. ㅡOrdenó con voz seria. Entonces comprendí que estaba sentado en el suelo y me levanté todo lo rápido que pude. ㅡAcércate. ㅡVolvió a decir esta vez con una voz más suave.

Me acerqué lentamente con temor a que esa persona me hiciera algo. Pero todo ese miedo se transformó en tristeza fundida con felicidad nada más comprobar quién era. ㅡ¡Jin! ㅡCorrí todo lo rápido que mis piernas me permitieron y lo abracé con fuerza mientras comenzaba a llorar. ㅡP-pensé que e-estabas m-muerto... ㅡMurmuré abrazándole más fuerte todavía sin creerme que era Jin de verdad, como si pudiera desaparecer en cualquier momento.

ㅡTranquilo Jimin... ㅡDijo Jin correspondiéndome el abrazo mientras también comenzaba a llorar.

ㅡN-no me puedo c-creer que estés a-aquí... P-por cierto, ¿Dónde estamos? ㅡPregunté mientras con mi mirada volvía a examinar el lugar.

ㅡ¿Te acuerdas del colgante que acabas de tirar al mar? ㅡAsentí. ㅡ¿Y del zafiro que tenía el colgante? -Volví a asentir confundido sin saber porque me preguntaba eso. ㅡPues... ese zafiro era muy especial, ¿No te lo dijo Tae? ㅡAl escuchar su nombre una tristeza me inundó el pecho, seguidamente negué. ㅡResulta que ese zafiro...es el alma de Tae.

ㅡ¡¿Que qué?! ㅡGrité alterado, ¿acabo de tirar el alma de la persona más importante para mí al mar?

ㅡJimin, no te alteres, al menos no aquí dentro, por favor, no quieres hacerle daño a Tae, ¿verdad? ㅡNegué. ㅡBien. ¿Te acuerdas del trato que hicimos? 

ㅡPor supuesto. ㅡContestó confiado. ㅡ¿Cómo olvidarse?

ㅡQuería comprobar si enserio merecías volver a ver a Taehyung. Al parecer tienes más fuerza de voluntad de la que creí. ㅡSonrió complacido.

ㅡPor supuesto. Haría todo por volver a ver a Tae, pero parece que eso va a ser imposible ésta vez... ㅡSonreí tristemente.

ㅡPuede que no sea tan imposible como creas. ㅡMiré a Jin confundido, viendo cómo subía el brazo haciendo que todo brille obligándome a que cerrara los ojos debido a la luz.

Sirena [Vmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora