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Vélez... Me voy a caer... alargó ___ nerviosa. Llevaba una hora sin saber en dónde estaba ¿A dónde me llevas? preguntó con curiosidad.

A un lugar respondió el chico riendo, sabía perfectamente que a la menor le irritaba que él le respondiera así. Y a él le encantaba hacerla enojar. Sobre todo cuando ella fruncía los labios y hacía esos adorables pucheros.

¡Chris! ¡Dímelo por favor! exigió la chica entre risas. Sus ojos estaban vendados y ella era guiada por Christopher, quien la sostenía de las manos y la llevaba a... ¿Quién sabe dónde?

Nop. No te voy a decir respondió el castaño sonriendo de oreja a oreja Eres muy fastidiosa cuando te lo propones bromeó el mayor de los jóvenes.

Ja ja, que gracioso, Vélez habló con sarcasmo la pelinegra.

Cinco meses habían pasado desde que los dos niños habían prometido ayudar a Christopher a reconquistar el corazón de ___, en ese tiempo, él había logrado recuperar poco a poco la confianza de su amor platónico. También, el lado más hermoso y humano de Chris había salido a relucir, ahora tenía una nueva luz en su vida... Y su nombre era ___.

Por otro lado, ___ había empezado a sentir nuevamente esas malditas mariposas en el estómago cada vez que veía al castaño, cada vez que él le hablaba, la tomaba de la mano o en esas ocasiones en las que él le decía lo hermosa que era, y eso era muy frecuente.

Los delicados detalles que le dedicaba Christopher la derretían, como si de un chocolate que fue dejado al sol se tratara... Una rosa negra los lunes, un pequeño poema los martes, uno de sus chocolates favoritos que "misteriosamente" aparecía entre sus carpetas los días miércoles... Los días jueves, Christopher la acompañaba a su cita semanal con el psicólogo, y luego la llevaba a comer algo dulce como recompensa por ir sin quejarse, la llenaba de mimos y la trataba como una princesa, más de lo que acostumbraba hacer... Un gesto que ella consideraba muy tierno. El día viernes, salían todos juntos, a ___ le gustaba mucho, porque hacía que tanto ella como su hermano se sintieran como en familia, los domingos, Chris y ella asistían a misa juntos y luego se quedaban en la casa viendo películas, series o esos doramas con los cuales la pelinegra se había obsesionado hace un tiempo...

Pero los sábados, se convirtieron en su día favorito, Christopher y ella tenían una especie de "cita", nada muy exagerado, salían al parque, a las ferias artesanales, al cine y, en ocasiones especiales, salían a algún lugar turístico. Recorrieron las calles coloniales del Centro Histórico de Quito, deleitaron sus ojos con los paisajes naturales en los alrededores del volcán Cotopaxi, visitaron las catedrales en Cuenca, incluso viajaron a Loja, durante el cumpleaños de Christopher, él la llevó a conocer cada lugar de su amada ciudad, la semana anterior habían ido a la playa y ___ por un momento había olvidado todas las cosas malas que habían pasado en su vida y solo disfrutó ese tiempo junto al amor de su vida. Sí, ahora ella estaba segura de que él era el amor de su vida. Lo podía gritar a los cuatro vientos con toda la seguridad del mundo...

¡Llegamos! Abre los ojos en cuanto recibas la señal dicho esto, salió corriendo, dejándola sola en, lo que ella sentía, el medio de la nada.

¿Cuál señal? ¿Chris? ¡¿Christopher?! ¡¡VÉLEZ!! soltó frustrada. La tentación de quitarse ese pedazo de tela de los ojos era grande, pero por amor y cariño hacia Christopher, no lo hizo, se dedicó a tratar de averiguar en dónde se encontraba, se quitó sus zapatos casuales y sintió el suave césped bajo sus dedos, ¿un parque? ¿un bosque? ¿dónde la había dejado este chico?¿De qué señal hablará este tonto? y antes de lo esperado, recibió la señal... Una bella melodía de acordeón, las notas iniciales de una de sus canciones favoritas había empezado a sonar por el lugar...

Sus ojos no daban crédito a lo que veía, sus oídos no podían creer lo que estaban escuchando, su corazón no podía quedarse por más tiempo en su pecho, quería salir de ella y corresponder al sentimiento que Christopher había expresado en esa bella canción. El castaño se acercó a ella y tomó las delicadas manos de la menor entre las suyas, respiró hondo y empezó a recitar las palabras que tanto tiempo había practicado frente al espejo.

___ no me imagino amando a otra persona que no seas tú, princesa... Sé que te hice mucho daño en el pasado y que tal vez nunca me perdones del todo, yo no puedo perdonármelo... Pero... No puedo evitar que mi corazón sienta esto por ti, puedes llamarme loco, y sí, lo estoy, pero loco por ti... Loco por besar tus labios, loco por oírte decir que me amas... Por eso hoy te pregunto... ___, ¿Quieres ser mi novia? ¿era un sueño? si lo era, que no la despierten de esa maravillosa utopía. ___ solo apuntó a asentir con felicidad y susurrar un pequeño y sincero sí.

Chris, suavemente acarició el rostro de la pelinegra con su mano izquierda, para luego depositar un suave beso en los labios de ella... Ambos cerraron sus ojos y disfrutaron del momento. No era un beso apasionado, pero tampoco un beso torpe como si de un primer beso se tratara. Era un beso casto y puro, sin dobles intenciones, pero con mucho sentimiento. Sus labios encajaban perfectamente, como piezas de rompecabezas, ambos los movían al compás que ellos querían, pero como en todo beso de novela, el oxígeno les jugó la mala pasada y tuvieron que romper con el momento.

Christopher unió su frente con la chica y sonrió, aun con los ojos cerrados, igual que ella.

Gracias susurró el mayor. ­­___ abrió sus ojos y lo miró con ternura.

¿Por qué? inquirió dulcemente.

Por aceptarme dicho esto, volvió a besarla. Este beso fue más corto y fue interrumpido por las celebraciones de dos niños.

¡Lo logramos! ¡Que viva el amor! gritó la hermanita de Christopher, saltando y aplaudiendo detrás de un arbusto.

Cassandra... Interrumpiste su momento reclamó el hermano de ___. La mayor le dedicó una sonrisa y él niño le respondió de la misma manera Ya sabes Christopher, la llegas a lastimar y te las verás conmigo advirtió Miguel al castaño.

Christopher soltó una risa nerviosa, abrazó a ___ por los hombros y plantó un delicado beso en la mejilla de esta.

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Lo prometido es deuda. Aquí tenemos el capitulo nuevo, espero que les guste. Estuve pensando en que me gustaría saber si ustedes quieren hacerme preguntas y yo les respondo. Una especie de especial.

Con cariño

Misteryqueen104

Su Realidad... (Christopher Vélez y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora