La venganza de la elfa mob - Muerte y inicio

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-¡Maldito comerciante humano! ¡Prometió traer seda "espejismo lunar" para hacer mi vestido de esta noche!-la mujer elfa pateaba una figura en el suelo que estaba desmayada. Luego se dedico a pisotearla con furia.

Ella era hermosa, con la piel tan clara como la leche, el pelo dorado y los ojos verdes. La doncella de la ciudad, en esta tierra que elfos y humanos compartían ella era admirada por ambas razas por ser alguien amable y sincero. Pero si la vieran ahora todos sus esfuerzos se irían al traste mientras pateaba a la figura tendida en el suelo

Su prometido estaba sentado en un sillón, viéndola sin decir una palabra. Luego sonrió al levantarse y se acerco para darle un dulce beso y encerrarla entre sus brazos. Antes aprovecho para patear la figura del suelo hasta que choco contra la pared.

-No te preocupes, mi amor. Mi madre te ha cedido satén "hojas del bosque" para tu vestido, confeccionado en el bosque de la reina de los elfos

-Pero ya tengo tantos vestidos verdes...-se quejo la joven gimoteando contra el pecho del elfo-Además la seda "espejismo lunar" es la más hermosa del mundo, y yo quería estar hermosa para ti.

El hombre acaricio su pelo y la volvió a besar

-Tú siempre eres hermosa a mis ojos, ven a mi casa para que te tomen las medidas para el vestido. Talía serás la flor más hermosa en el baile de tu padre

-Vale-la joven sonrió dulcemente. Mientras salían miro a una de las criadas- Ocúpate de eso

La criada asintió y en cuanto la puerta se cerró fue corriendo, como el resto del servicio, a ver a la figura tirada en el suelo. Le dieron la vuelta y una cara gordita y achuchable salió de estar contra el suelo. Una de sus oscuras mejillas estaba marcada por un gigantesco copo de nieve que recorría el parpado, parte de la frente y se perdía bajo el pelo. La otra tenía una flor con cinco pétalos blancos

El cuerpo de la chica estaba cubierto de marcas similares. Los criados comprobaron que aun tenia pulso, era débil pero estaba allí. Luego la criada palpo sus costillas y se aseguro que no tenía ningún hueso roto

-Llevémosla a su cuarto, no creo que pueda despertarse hoy.

-¿Llamamos a un medico?

-El señor no lo aprobaría. No pagaría a un médico para ella

-Pero está muy débil-dijo la criada sosteniendo la mano de la chica

-No pagaría un medico para ella, aunque sea su hija



Fuera de la casa había un establo donde guardaban a los peores animales. A los más viejos y desagradables. En el segundo piso de ese apestoso establo había un dormitorio. Incluso los cuartos de los criados eran mejores que este.

Por colchón solo había un poco de paja en el suelo cubierto con un trozo de tela de arpillera, como la de los sacos. El olor se filtraba, al igual que todos los sonidos que llegaban desde el piso de abajo. Aparte de eso en el piso había doblados tres vestidos, todos sucios y viejos, un cubo con agua y otro para los deshechos. También había muchos libros amontonados a un lado de la habitación, todos rancios y sucios.

El señor mandaba hacer copias nuevas de su colección y los viejos habían acabaron aquí en lugar de en la basura

Ni siquiera a los esclavos se los trataría de esta manera, pensaron los criados mientras la dejaban en su cama y la arropaban.

Ellos eran elfos sirvientes, no podían oponerse a sus señores de clase superior. Pero podían cuidarla y mimarla a espaldas de su señor. Por eso la señorita estaba tan rechoncha, le quitaban los trabajos más duros que le mandaban y le daban muy buena comida en mucha cantidad.

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