El secreto de su nacimiento

394 42 5
                                    

Poseer un cuerpo es algo que siempre soñé, creo que todos en algún momento de su vida lo han soñado. Despertarse siendo otra persona, vivir grandes aventuras,...

Pero nunca imagine que renacería en el cuerpo de una mujer que murió dando a luz.

El bebe, entre mis piernas, se agitaba y lloraba. Un instinto, algo más básico que yo misma, que mi personalidad y cualquier otra cosa, surgió y lo sostuve. La anterior dueña del cuerpo había muerto por pérdida de sangre tras el post parto, pero había limpiado a su bebe y lo había envuelto con una manta.

También había dejado, en una mochila a un lado, comida para unos seis días.

Pero, ¿Por qué una mujer embarazada de tanto tiempo estaría sola en el bosque?

No había signos de nadie más a nuestro alrededor, tampoco de que alguien estuviera con esta mujer. El bebe se removió un poco mas y le mire

-Ahora soy tu madre, y no dejare que nada malo te ocurra-mire a nuestro alrededor con miedo-Pase lo que pase




-¡Termine!-dije en voz alta mientras alzaba los brazos- ¡Y no lo he quemado!

-La mayoría de la gente no se alegraría por hacer un guiso sin quemarlo-la dueña me hablo con voz cariñosa pero con gesto osco- Aunque has mejorado desde la primera vez que viniste aquí

-Si, jefa

-Y ahora sirve las mesas

Hacía siete años que había llegado a este pueblo. Salude a los clientes habituales con una gran sonrisa mientras paseaba entre las mesas llevando platos. La sociedad era la típica de un mundo de fantasía. Pero había detalles bastante modernos, por ejemplo, la escuela pública a la que mi hijo asistía.

Ese niño se debía de parecer a su padre, no había sacado rasgos en común conmigo. Sus ojos, su piel, su boca, su nariz, su pelo,.... Todo se parecía a una persona a la que nunca había visto

Me daba miedo, miedo pensar que algún día esa persona aparecería y se llevaría a mi bebe. Miedo de que descubriera la verdad sobre su nacimiento

Ahora era muy feliz, la dueña era una persona estricta pero amable. Me había hecho mi lugar en esta pequeña comunidad, pero tengo otra cosa que me da miedo

Al parecer en este mundo los bebes vienen de dos formas, la tradicional o desde la bendición de la diosa de la maternidad. Una es el parto y la otra es que la diosa te envía un bebe como una bola de luz que se materializa entre tus brazos.

Estoy segura al 100% de que mi hijo, mi pequeño Silo, es fruto de la manera tradicional. Algo de lo que nadie debe enterarse.

La diosa te concede un bebe en cualquier momento, y en cualquier estado civil. Por eso a nadie le había sorprendido la llegada de una madre soltera a la aldea. Pero las madres solteras de la manera tradicional eran discriminadas y sus hijos aislados

Todo sea por la felicidad de Silo


-¿Ella está viviendo con el niño con un nombre falso?-La figura la miro mientras abría la puerta de la casa y el niño se lanzaba sobre ella dándole un abrazo. La casa era vieja y muy modesta, pero se veía que allí vivía gente que se amaba

-El niño es un calco suyo- el otro hombre la miro mientras ella le besaba en la cabeza mientras lo llevaba al interior de la casa entre sus brazos- Pero ella no está viviendo tras un nombre falso, ella no posee recuerdos anteriores al nacimiento del niño

-¿Cómo lo sabes?

-Aparecí delante de ella, me tendría que haber reconocido y haberse asustado. Pero charlo conmigo tranquilamente y no hizo nada después- miro al otro hombre- ¿Qué piensa hacer? Si la lleva a casa...

-Lo sé, la mejor opción es dejarlos pero vigilarles en la distancia. Pero... Quiero acercarme a ella, ver que está bien



La puerta de la casa sonó y mire a mi hijo extrañada

-¿Alguno de tus amigos viene a jugar?

-No, mama

Abrí la puerta con una sonrisa amistosa

-¿Qué desea?

Me tope de bruces con un hombre que me miro fijamente como escaneándome

-¿Podría indicarme una dirección?

-Por supuesto, ¿A dónde quiere ir?-mi bebe se aferro a mi pierna y miro casi desde detrás de la tela al hombre extraño

-Pues...

-¡Tu pelo se perece al mío!-anuncio mi bebe con su voz infantil

Me agache y le tome en brazos, a lo que él aprovecho para esconder su cabeza en mi cuello. Pero miraba al extraño con curiosidad

-Tienes razón, es un color muy raro y hermoso-bese su pelo con adoración- ¿A dónde quería ir?

-A la casa del alquimista

-Gire a la derecha, luego siga recto y es la casa con las hierbas colgando

El hombre seguía mirando a mi bebe y a mi

-Es un niño precioso, ¿su marido está en la casa?

-No estoy casada. Dios me concedió a mi bebe-dije mientras lo dejaba de nuevo en el suelo- Espero que encuentre lo que ha venido a buscar

-Lo he encontrado-el hombre tenía una mirada extraña en su rostro- Sin duda alguna lo he encontrado

Ideas para historiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora