"Evan, el papi de las nenas."

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puedes besarme,Evan.–susurré, él se ocupó de unir nuestros labios y de llevar el ritmo, era lo que me gustaba y al parecer a él también así que no tenía problema con ello.

Acaricié su nuca a la vez que él mi espalda, subí los dedos hasta su pelo y los enredé en este por inercia y costumbre, había empezado a amar su pelito y sus ricitos.

Su lengua pidió permiso para adentrarse entre mis labios y se lo concedí sin pudor alguno, la ajena y la mía se rozarom y unieron de vez en cuando consiguiendo erizar mi piel.

Me acerqué más sonriendo sobre sus labios, mordió mi inferior y tiró de este separándose, tomé aire al igual que él. Me sentía algo sofocada pues tenía el poder de hacer que mi rostro y cuerpo se calentaran con tan solo un beso.

Sin previo aviso se sumergió obligándome a hacerlo con él, reí sin abrir la boca, obviamente, y lo miré, sus ojos estaban cerrados y su expresión era de total tranquilidad.

Acerqué mi rostro al suyo y dejé un pequeño beso en su mejilla.

Después de nadar, sumergirnos, pelear con el agua y algunos besos con grititos fangirls de los demás salimos juntos del agua, tomé una toalla que estana ahí y me envolví en ella sintiendo el frío colarse por la parte baja de esta.

¿peticiones para comer?–preguntó Melanie también con una toalla envuelta en su cuerpo mientras señalaba su teléfono.

Amy pidió una ensalada haciendo carcajear a Josh de la nada, los demás no dimos peticiones específicas, me daba igual qué comer, sólo quería hacerlo.

Evan y yo volvimls a la tumbona donde yo estaba, pero aquella vez los dos nos sentamos normal.

si en algún momento te quieres ir o lo que sea no dudes en decírmelo.–me dijo cogiendo su toalla y tapándose. Hice un puchero inconscientemente al no poder seguir viendo sus abdominales.

claro, no te preocupes.–sonreí, lo miré unos segundos hasta que le pregunté lo que me comía la cabeza desde hacía rato.– ¿te sigue gustando Amy?

Me miró rápidamente, su ceño se frunce  y negó varias veces tratando de reafirmar así su respuesta.

¿si me siguiera gustando crees que te besaría y te hablaría como lo hago?–alzó una ceja, me encogí de hombros sin saber que decir, por lo que volvió a tomar la palabra, llevando su mano a mi mejilla para fijar sus ojos en los míos.– no, no me gusta Amy, a ella le gusta otro y somos muy amigos, repito, amigos. Ahora mismo sólo tengo ojos para ti, Grace.–dijo como si nada lo último.

Me parecía un poco increíble gustarle a un chico como Evan, tan calmado y sin preocupación, bueno realmente me parecía increíble gustarle a un chico.

¿de verdad?–murmuré bajando la vista a mis pies, más exactamente al azul de mis uñas.

totalmente de verdad, Grace.–aseguró elevando mi vista nuevamente a la suya para que no perdiéramos la magia.

No dije nada, si no que lo miré algo embobada, era demasiado bonito para ser real.

como sea una broma te golpearé en tu cosa y correré.–solté sin saber porqué, sonrió con diversión y asintió de acuerdo con ello.

no me llaman Evan,el papi de las nenas por nada, Grace.–sonrió más lo miré seria y esa sonrisa desapareció poco a poco.– está bien, lo siento, seriedad. No le pido a la gente que me embarace porque .

Reí sin poder evitarlo, negué y apoyé la cabeza en su hombro, por primera vez sentí aquellas mariposas en el estómago.

quiero conocerte bien, Evan.

–quiero que me conozcas bien, Grace.–murmuró de igual forma, dejó la cabeza sobre la mía.

Después de un largo rato de silencio entre nosotros,y de que él tomara mi mano y la acariciara, llegó la comida, juntos comimos todos en el salón con cuidado de no ensuciar.

Entre risas, bromas y anécdotas se hicieron las ocho de la noche, y con esa hora mi madre llamó a mi teléfono.

Contesté alejandome un poco para no molestar.

hola, mamá. ¿todo bien?–miré hacia el jardín.

si, si, ¿tú estás bien? No me has mandado ni un mensaje, ¿volverás tarde? ¿sigues con el chico de la mañana? ¿te guardo cena?

calmate, estoy bien, estábamos en la piscina y olvidé hablarte, no, en un rato iré a casa, y , estoy con Evan.–respondí a todo, me giré cuando el nombrado me tocó el hombro, le dije que debía irme y él asintió yendo a por su ropa, yo ya estaba vestida desde que íbamos a comer, porque no quería manchar mi cuerpo en lugar de la ropa.

está bien, cuidado en la carretera, nos vemos ahorita.–colgó la mayor a la otra línea, guardé el teléfono en mi bolsillo y volví con los demás, Evan bajó vestido y se colocó a mi lado mirando su teléfono.

nos vamos ya, nos vemos bebés.–dijo él en forma de despedida, yo por mi parte me despedí con un abrazo y un beso en la mejilla.

Salimos de la casa y subimos al coche listos para emprender el rumbo a mi hogar.

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