Iba caminando por el pueblo, el cual los zombis habían conquistado. Estaba sola, hasta que me crucé con un grupo que me protegió durante meses, pero lo bueno no duró demasiado, y cuando me quise dar cuenta se fueron a por suministros y nunca volvier...
Guardé todo lo importante en mochilas y le di una última mirada a mi hogar, sinceramente lo extrañaría, pero no pienso dejar de venir.
Caminamos hasta el portón y de lejos vimos a un hombre, de unos cuarenta años, con el pelo gris; otro hombre de unos cincuenta, tenía el pelo sucio como si no se hubiera bañado nunca, (Carl me dijo que en la comunidad tenían duchas y agua caliente) y una ballesta; y una mujer, de tez oscura con una katana. Carl salió corriendo hacia ellos y se dieron un fuerte abrazo, yo sólo miraba desde lejos. Carl me hizo un ademán con la cabeza indicando que debía acercarme y eso hice. -Ho-hola - dije un tanto tímida. -¿Le has hecho las preguntas? - preguntó borde el arquero. -Si - contestó Carl con el mismo tono. -Yo soy Rick - habló el de los ojos azules - y ellos son Michonne y Daryl. -Yo me llamo ____. -Bienvenida a nuestra comunidad - dijo Michonne esbozando una sonrisa. Subimos al coche y nos encaminamos hacia la comunidad: ALEXANDRÍA .
[...]
Llegamos a una muralla, la cual abrieron al ver que eramos nosotros. -Bueno - llamó mi atención Rick - ven, que te enseñó tu casa.
Caminamos bajo la atenta mirada de un grupo de chicos que me observaban atentamente, entre ellos pude ver una figura conocida. Carl. Llegamos a una casa grande pintada de blanco y con un porche muy bonito. -Tu vivirás con nosotros, ¿si? - asentí - sigueme y te enseño tu cuarto. Había una robusta puerta de madera pintada de blanco, esa sería mi cuarto. - tiene baño integrado, duchate y luego sal a conocer Alexandría. Y eso hice, me duché y me vestí
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Y salí a la calle, allí me encontré con el grupo de niños y Carl. -Carl - grité y salté hacia él, enrrollé mis piernas en su cintura y nos abrazamos. -¿Te gusta esto ____? - dijo bajándome y agarrándome de la mano, ya sabía que era todo un juego para esos niños que no paraban de mirarme. -Si. -Carl, ¿no nos presentas? - habló un niño bastante egocéntrico por lo que veo. -____, ellos son Óliver, Rubén, Alex y Sam. -Hola ____, encantado - me saludó Rubén. -Bienvenida - dijo Alex dándome dos besos. -Gracias - le contesté - oye Óliver, que tal si dejas de mirarme las tetas - este se ruborizó y bajó la cabeza, Carl le miró furioso. -¿Quieres que te enseñe esto? - me habló Alex simpático. -Claro.
Alex era bajito, tenía el pelo negro y barbita, los ojos marrones y de tez blanca. Era muy lindo.
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Rubén, en cambio, era muy alto, tenía el pelo color marrón claro, ojos verdosos y tez blanca.
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Óliver me recordaba mucho a Carl. Tenía el pelo largo y negro, los ojos azules y tez blanca también.
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Para ser sincera, Alex y Rubén eran demasiado lindos, pero Carl también lo era. Agh. -Ten cuidado con Óliver - me dijo Alex mientras andábamos por Alexandría. -¿Por? -Es un roba novias y un abusón - mi compañero paró en seco, se levantó la camiseta dejando ver unos moratones en su barriga - lo agarré y lo arrastré hacia mi casa. Subimos a mi cuarto, entramos y cerré la puerta con seguro. El pelinegro se sentó en mi cama y cuando yo me senté, me abrazó y empezó a llorar.
