El gran comedor

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PRESENTACIONES

Todos los alumnos miraron a sus tres profesores más jóvenes aunque era claro que la sección masculina de los estudiantes miraba ávidamente a la nueva profesora que este año impartiría Estudios Muggles, su cabello iba recogido en una coleta de caballo era color marrón un poco ondulado lo que hacía que siempre pareciera solo una maraña si no le dedicaba el tiempo suficiente para desenmarañarlo, llevaba puestos unos jeans azules una blusa blanca de algodón encima de esta un chaleco a cuadros azul con rosa que al parecer estaba tejido de un solo pieza y una túnica negra que le arrastraba un poco, su cara se veía resplandeciente.

Los otros eran un caso completamente diferente, mientras en Malfoy se le notaba en el semblante un gesto de cansancio y frustración, su rostro aún parecía el de un dios griego con esa nariz, la tez blanca y piel perfecta, esos ojos tan profundos y grises completamente en armonía con el resto de él, vestía un simple pantalón gris, una camisa negra y encima una túnica del mismo color que no era parecida en nada a la ropa elegante que solía usar en otros tiempos aunque parecía que la guerra mágica se había llevado algo de su persona, claro que se había llevado muchas cosas de la comunidad mágica en general.
Por otro lado Neville era casi semejante a un semigigante por lo alto, su rostro no ayudaba demasiado no es que fuera feo pero las cicatrices de lucha resaltaban en él además de verse flacucho su ropa no era la adecuada para alguien como él sobre todo esos pantalones que le quedaban un tanto cortos, su aspecto era desaliñado.

Caminaban lentamente hacia el frente para encontrarse con la Directora McGonagall, quién al verlos a los tres juntos se quedo por unos instantes bastante sorprendida, sobre todo por la cercanía que había entre Malfoy y Granger, era extraño pensó la directora, pero hablaría con ellos dos después de la cena.

Comenzó con la selección de los nuevos alumnos y luego de esto dio un pequeño discurso de bienvenida y en seguida hizo unos ademanes a Hermione para que se levantara, al tiempo que decía unas palabras para presentar a Hermione:

-Como todos saben este año se une a nuestras filas de docencia una persona muy especial que durante su estadia en Hogwarts fue una de las mejores estudiantes, defensora asidua de los derechos de las criaturas mágicas, colaboradora esencial en el descenso del señor tenebroso y amiga d l señor Harry Potter así que sin más rodeos les presentó a su nueva maestra de Estudios Muggles Hermione Jean Granger.

-Es un gusto estar aquí, como dijo la directora yo fui una de ustedes hace algún tiempo se lo que estar ahí y pensar que alguna de las asignaturas no tienen algún caso y sobre todo si hablamos de la mía pero es importante que vean a los muggles como algo más que simples humanos y que sepan que hay muchas cosas que desconocen de ellos, se los digo porque yo soy hija de muggles y cuando entre en Hogwarts, muchas personas me veían como bicho raro, así que creo que es mi deber que cambien su forma de ver todo aquello que no conocen- finalizo su pequeño discurso el cual le había parecido perfecto para usar en esa ocasión y con una enorme sonrisa de satisfacción se dirigió de nuevo a su asiento, sus estudiantes la miraban entre interesados y sorprendidos.

Mientras McGonagall terminaba de dar avisos generales e instrucciones para los alumnos nuevos, Hermione ya estaba pensando en su primera clase del siguiente día a los de tercer grado que era la primera clase de su primer día sentía como si los segundos se alargaran demasiado por la emoción, que al parecer no se percató de cómo la miraba el rubio platinado y joven que estaba sentado al otro lado de la mesa.

De hecho nadie lo notó, pero los pensamientos de la chica estaban tan lejos que incluso aunque él le hubiese hablado no lo habría notado, al retirarse los alumnos McGonagall les habló a todos los profesores a su despacho, de pronto el despacho parecía demasiado pequeño para todos.

-Bueno espero que ya todos estén instalados en sus respectivos dormitorios, se han asignado horas de guardia para ustedes, porque últimamente los alumnos de séptimo salen por las noches a los corredores del colegio y se escabullen por ahí a hacer cosas indebidas así que aquí está el horario y las parejas que cambiarán cada dos horas el turno, la próxima semana volverán a cambiar de parejas.
A Hermione aún le resultaba extraño ser colega de sus antiguos profesores, se sentía honrada de estar ahí como su igual.
Para Draco era difícil muchos de ellos aún lo veían con desconfianza cuando caminaba por los pasillos, incluso el jefe de la que una vez fue su casa en Hogwarts tenía cierto recelo. El entendía la situación porque a el mismo había cierta parte de su cuerpo que le costaba mirar, la marca que lo hacía sentir vergüenza de si mismo la prueba de que una vez estuvo relacionado con Lord Voldermort y que ninguna magia podía borrar. Todavía lo atormentaban las pesadillas con el rostro de la profesora Burbage, con los gritos de Hermione y tantos otros momentos atrapados en su mente que muchas veces deseaba haber muerto o estar tan trastornado que no pudiera ni recordar su nombre.
Trabajar en Hogwarts era para Draco Malfoy un permanente recordatorio de los pocos años en que fue inocente y también que en ocasiones los ideales de las personas que amas pueden llevarte por caminos oscuros y tortuosos.

Recomenzando en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora