Hurón

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HERMIONE
Ese engreído y maldito hurón. Tan detestable, fui una idiota al brindarle un poco de amabilidad, las serpientes como él sólo fingen mientras esperan para atacarte. Necesito calmarme, justo ahora  me preguntó cuál sera el mejor lugar para liberar mis pensamientos, es una lastima que la sala de los menesteres se haya destruido sería perfecta, lo mejor será tomar algo para tranquilizarme y poder descansar, camino sin desviarme directo a mi habitación, normalmente iría a visitar a los elfos, ver como esta Winky, pero hoy solo quiero tumbarme en la cama y dormir, ya mañana será un mejor día.
Han pasado varios días y él no ha intentado de ninguna forma disculparse, supongo que su orgullo no se lo permite.
Para ser honesta al principio no entendí la razon detrás del comportamiento de Malfoy aquella noche, ciertamente existía un historial suyo siendo un reverendo idiota sin justificación alguna sin embargo no lo había visto en ninguna de éstas veces con el mismo terror reflejado en su cuerpo.
Conocía las reacciones yo misma las habia experimentado temblor, sudor, desconexion de la realidad por algunos segundos mis padres incluso habían sugerido un terapeuta (el señor Knight un viejo conocido de ellos) por supuesto que no podría contarle a un muggle las razones de mis pesadilas. Hablar de mis sentimientos es un tema del que no puedo hablar con cualquier persona, Ginny es la única con quien comparto todo, fue ella quien me ayudó en los días más difíciles después de la batalla, a pesar de la muerte de su hermano se las arregló para darnos ánimos a Harry y a mí.
No se me había ocurrido pensar en qué a Malfoy le pasará algo así, no obstante después de varios días de observación y estudio, me di cuenta como se congelaba en ciertos sitios de la torre, miraba al vacío, tropezaba, no notaba siquiera la presencia de la gente (dos veces había pasado por alto a unos estudiantes  de sexto y quinto año que vagabundeaban por ahí , algo que según Neville siendo tan estricto no haría). Me pregunto si alguien lo habrá notado, no creo que la directora lo sepa. No sabía que hacer con esa información.
Me di cuenta que ningún profesor a excepción de la directora le dirigía la palabra, estaba empezando a sentir un poco de pena por él.
El jueves a la hora de la cena  me había retrasado revisando unos pergaminos así que ya no había alumnos dirigiéndose al comedor probablemente ya no hubiera gente cenando en ese momento los pasillos estaban vacíos, se me ocurrió ir a la cocina por algo para comer y al mismo tiempo poder visitar a Winky ver como se encontraba, según sabía comenzó a beber menos los demás elfos ya se llevaban mejor con ella. Bajaba por las escaleras, cuando escuché una voz conocida: Malfoy estaba agradeciéndole a Winky por la cena, me acerque un poco más y lo vi tocando suavemente su cabeza y sonriendo. - Winky le ha dicho al amo Malfoy que no necesita bajar el mismo por la comida-
-Me estás pidiendo que abandoné el único momento para estirar un poco mis piernas y hacer algo de ejercicio-le contestó con una sonrisa, no lo había visto hacer eso jamás.
-Claro que no amo Malfoy-dijo Winky negando con la cabeza sus orejas enormes se sacudieron.
-Entonces nos vemos mañana- sacudió su mano despidiéndose y camino hacia la escalera donde yo estaba, tuve que subir corriendo sin hacer ruido y esconderme detrás de una armadura para que no pudiera verme.
Al fin me había decidido, le haría una poción calmante no creía que fuera aceptarla pero aún así se la daría.

Recomenzando en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora