Loraine

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Había visto al rey pasar con su corte hacia el castillo, ninguno de ellos se había fijado en gente como ella, menos aquel hombre de ojos marrones y pelo mas negro que la noche que iba delante de todos ellos. Era el único que miraba a la gente del mas bajo de los barrios con simpatía, hasta se había dignado a dar una moneda a Cela, su vecino y compañero de la hermandad.

Esa noche habían quedado para una reunión en la casa de los mercaderes ambulantes, tenían que pulir el plan de su obra, Cela se encontraría ahí, igual que Emy, Xohel, Jeff, Ines, Mohi, Gila, Lucy y Lar, entre todos formaban la Joven Hermandad, conocida solo por ellos.

Durante el día fue dando paseos, pasaba por cada uno de los barrios, los adinerados casi siempre la miraban con cara de superioridad y algunos pocos con empatía y tristeza, aunque la empatía no les servía para dejar caer unas monedas. Miraba las casas, desde fuera se veían en cuales se habían invertido mas dinero, si las casas tenían balcones para salir, cuanto mas grande es mas dinero vale, las flores y los colores de la casa, cuanto mas raros mas dinero, si desde fuera se veía algún cuadro de dentro... Le interesaron unas cuantas.

Cuando volvía a su barrio vio tres monedas tiradas por el suelo, las cogió cuidadosamente, para saber si en realidad era una trampa, al coger la ultima, levantó la cabeza y... nada, no pasó nada "Que raro, pero bueno, unas monedas son unas monedas, no las tiraré aunque sean de bronce".

Cuando volvió a donde vivía estaban su madre y su hermana mayor Mar. Su madre seguía en la cama y su hermana estaba poniéndole un paño húmedo en la frente, también le había preparado un plato de sopa, pero al tocarlo un escalofrío le vino por el cambio de temperatura de su dedo.

-Sigue mal Lore, no creo que podamos vivir mas así, si no cambiamos esta mala vida... morirá.- Le dijo conteniendo las lagrimas. Loraine le dio un abrazo para intentar calmar-la

-Lo se Mar y estoy haciendo lo posible para cambiarlo. Es difícil y necesito que de mientras la cuides, te prometo que pronto estaremos en Ugal y algún medico curara a mamá.- Le dijo mientras intensificaba su abrazo.

-¿Pero que es lo que haces?

-Cosas variadas, mira- Le dijo mientras lanzaba las tres monedas- Es lo que he conseguido hoy

-Es muy poco...

-No seas pesimista hoy estas, si sigo así conseguiré el dinero dentro de muy poco.

Le ayudó durante toda la tarde en las tareas de la casa, lavó la ropa, limpió el suelo, ayudó en la cocina, aunque se le diese mal, vigiló que Nui no tosiera y si se quejaba de algo lo remediaba haciendo lo que quería, jugó con su hermana mayor para que se pudiera relajar y cuando se hizo de noche se fue.

-¿Adonde vas?

-Mis amigos y yo planeamos como conseguir mas dinero.

-Ah, bueno, vale, hasta mas tarde.

Fue tirando arriba, paso al barrio afortunado y toda la gente pasaron a verla con superioridad o empatía a verla con miedo y desconfianza.

-¿Que haces aquí niña? ¡Vete a tu barrio! ¡No mereces estar aquí! ¡Vete a apestar a otro sitió! -le gritó un chico bastante mas mayor que ella.

Llegó otro chico, de una altura normal, pero con una voz potente, con los ojos oscuros, pelo castaño y rizado, cejas pobladas, nariz prominente, boca normal, frente grande y las manos aún mas.

-¿Que Javier, ahora te callas?- El chico no dijo nada

-Perdona niña.- Dijo de mala gana mientras se giraba y se iba.

-Gracias Mohi.

-De nada. Va vamos

Mohi era parte de la Joven Hermandad a pesar de vivir en el barrio afortunado, siempre les había echado una mano y a veces les había dado dinero que quitaba a sus padres, aunque ellos nunca lo echaban en falta.

Llegaron a la tienda de los mercaderes ambulantes, el ultimo que pasó por aquí lo llamo La Flor de Oro, así que todos los miembros de la hermandad lo empezó a llamar de esta forma.

Entraron, aún nadie había llegado así que Loraine se puso a dar vueltas fijándose mas en el lugar. Vio las estanterías donde muestran los objetos que traen los vendedores, pasó el dedo por encima y se le llenó el dedo de polvo, se limpió con la ropa y siguió mirando.

-Mohi tú que sabes ¿Cuanto tiempo hace que no pasa un mercader?

-Calculo que un mes y una semana.

-¿Cuanto?

-Cuarenta días

-Buff

Siguió mirando. Abrió cajones, en alguno había algodones, y en algún otro comida podrida, en otro se encontró otra moneda.

-Hoy tengo mucha suerte.- Al cogerla notó que la base del cajón se levantaba,-¿Mmmh?- cuando lo levantó encontró una daga, tenia una forma ondulante y tenia olas moradas en la empuñadura hecha de amatistas- Mira esto Mohi.

-Oh, vaya daga, es muy bonita y viendo como es debe costar mucho dinero.

Ya se imaginaba que era muy valiosa, pero no le venían ganas de deshacerse de ella.

En ese instante llegaron Lar, Jeff y Xohel, también contemplaron la daga.

-¿Y eso?- Dijo Xohel

-¿Lo has robado?- Preguntó Lar

-¿La venderas?- Prosiguió Mohi

-¿De donde la has sacado?- Añadió Xohel

-No, no la venderé.- Contesto- No, tampoco la he robado, estaba en el cajón de ahí.

-Tanto tiempo y nunca nos hemos dado cuenta de que había una daga...- Dijo Xohel, empezó a buscar mas cosas ocultas y todos hicieron igual menos Jeff.

-¿Tu no buscas, Jeff?

-No.- Dijo cortante.

-Tan parlanchin como siempre.

-...

Estuvieron un rato buscando y ellos dos observando, Loraine sabia que no había nada mas, pero dejaba que buscaran por si acaso. Al cansar-se Xohel dio un silbido y todos le miraron.

-Basta de tonterias, aquí no hay nada. Bajemos.

-Pero aún faltan Ines, Gila, Lucy y Cela

-Da igual

Abrieron una trampilla escondida a cualquier ojo que no se fijara bien, la abrieron y bajaron a lo que parecía un desván para los mercaderes.

-Luz.- Dijo Mohi mientras Lar sacaba un farolillo y Xohel sacaba un cerillo

Hicieron la luz y se acercaron a la mesa que contenía un mapa.

-Haber repasemos el trabajo de cada uno de los que estamos aquí...

-Esperad- Se oían gritos de arriba

Bajaron tres personas Ines, Gila y Cela

-Bien, solo queda Lucy.

-Hoy no vendrá.- Anunció Gila- Esta vigilada por los guardas desde lo de esta mañana.

-¿Esta mañana?- Dijo Mohi

-Ah, es verdad, que tu no lo sabes. Ha habido una pelea con los hombres del rey y nuestra gente, a participado en el altercado y el rey ha mandado a que la gente no salga de su casa durante cuatro días, es su forma de reprimir.

-Oh- Se sorprendió Mohi

-Bueno.-Interrumpió Xohel- Estaba explicando lo que íbamos ha hacer, ahora que no esta Lucy lo tendremos que cambiar, Ines, tu harás su parte. Ines, provocarás el fuego y también tendrás que ser tu quien avise a los guardas. Gila, Cela, se que es peligroso, pero tendréis que estar en medio del fuego, yo también estaré allí. Jeff, Loraine, ya sabéis, lo de siempre, quitáis todo lo posible y Mohi

-Si alguien los pilla, haré ver que los persigo. Ya, ya lo se.

-Bien, empezaremos mañana, algún problema

-No.- Gritaron todos al unísono menos Jeff

Pusieron todas las manos juntas una encima de la otra y gritaron.

-¡Por un futuro prospero y por la hermandad!

Los Caminos de EredolphDonde viven las historias. Descúbrelo ahora