First Love

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Tenía un solo amigo que sin duda alguna, lo eran todo para mi. Era hijo de un duque bastante renombrado entre la realeza, su familia tenía una relación muy estrecha con la mía, cuando eramos más pequeño solíamos pasar mucho tiempo juntos, eso fue antes de que Seok Jin llegará, sentía que era la única persona con la que podía ser sincero, él sabía cada uno de mis secretos y todos mis defectos hasta ese entonces y yo conocía cada parte de su ser. Su nombre, Jung Hoseok, aquella persona que movió sentimientos -buenos y malos-, en mi. Si tuviera que definir a Hoseok con una palabra, quizás sería felicidad, aquel chico de amplia sonrisa emanaba esa clase de felicidad que no te molesta, que puedes disfrutar y te llena una calidez en todo tu cuerpo. 

    Él se marcho a Europa cuando tan solo tenía siete  años, un año antes de que conociera a Jin. Debo admitir que su partida dejo un enorme vació en mi. Odiaba ese sentimiento de soledad, Hoseok era mi sol, no había nadie quien se le comparará. Opacaba al mismísimo Apolo pero tenía la humildad que a muchos les faltaba en este lugar. Hoseok era el único que no aparentaba ser alguien amable para acercarse a mi y yo, lo amaba con todo mi corazón. 

    Nos volvimos a encontrar en aquel evento donde mi padre revelaría el verdadero motivo de la celebración. Algunos invitados ya lo sabían, por eso no se me hacía raro que a la madre de Seok Jin ya le hubieran regalado semejante obsequio que no sabría aprovechar. Mi padre me había dicho que Hoseok estaría ahí, así que me apresure a volver al salón dejando atrás a Jin para poder encontrarme con mi amigo. Lamentablemente, el encuentro en ese sitio jamás llego, ya había visto a su padre, quien me había dicho que había salido al tocador, no habría podido perderse, pues él como yo, conocíamos cada rincón de ese enorme lugar. Decidí esperar un poco más, mi padre me presento a algunos de sus colegas. 

     El tiempo paso y ya casi era hora de la comida, donde mi padre daría el anuncio. Yo estaba aburrido, quería ver a Hoseok, quería contarle la manera en la que me sentía, quería un consejo suyo, un abrazo, lo quería a él. No apareció por más que lo desee. 

    —HijoMi padre me saco de mis pensamientos, olía a licor, no era raro ese olor en él, pero tenía un brillo diferente en sus ojos, jamás lo había visto tan... emocionado—. Ve por Seok Jin, ya casi es la hora del anuncio y quiero que este presente, además, ambos necesitan comer, ve a buscarlo—. Acaricio mi cabeza, jamás lo había hecho en su vida, sentí que la felicidad surgía desde mi interior. Asentí con mi cabeza tratando de ocultar mi sonrisa boba y corrí a buscarlo

     Hoseok tiene que saber esto, fue lo que pensé. Era la primera vez en mis 12 años de vida que mi papá me proporcionaba una caricia. Casi me hacia olvidar por completo el odio que le tenía a los nuevos miembros de mi familia. Quizás... Seok Jin tenía razón, mientras mi padre estuviera feliz, podría meterse hasta con una prostituta. 

    Llegue al jardín de rosas donde usualmente se encontraba aquel niño castaño la mayor parte de su tiempo. Yo no solía frecuentar ese lugar pero era una de las principales atracciones del castillo. Camine lentamente, vi una silueta atrás de los cristales de nuestro invernadero. Sentí algo de felicidad al verlo sonreír, cosa rara, pero tenía en mente el considerar su propuesta de ser su amigo o al menos dejar de tratarlo mal, aquella caricia me había suavizado el corazón. 

    Camine más rápido e incluso comencé a correr hasta que frene en seco después de percatarme de que no estaba solo.

    —Entonces también te gustan los videojuegos, es algo increíble, la semana pasada adquirí uno nuevo, si tienes planeado quedarte unos días, podríamos jugar juntos

    ¿Quien era esa persona con la que estaba hablando? El invernadero estaba abierto y ellos estaban a tan solo unos metros de distancia, pero las plantas impedían que cruzáramos miradas y esa persona con la que conversaba era oculta de mi campo de vista por el enorme árbol que cubría su rostro. Me acerque a paso lento para cambiar el angulo y descubrir con quién platicaba Seok Jin, tal vez se trataba de otro criado o un adulto que intentaba quedar bien con el hijo del fallecido Kim.

     Cualquiera de esas opciones habría estado bien, en todas, habría dejado de odiar a Kim Seok Jin, pero, no se trataba de ningún trabajador o cualquier persona...

Se trataba del amor de mi vida.

Jung Hoseok.

—¡Eso sería increíble, Hyung! ¡Me encantaría jugar contigo! 

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