Capítulo 8

79 0 0
                                    

Mi concepto como realizadora de mis sueños.

Aproximadamente a los 6 años sentí deseos de ser bailarina, no creo que realmente fuera algo a lo que me hubiera dedicado en mi vida adulta, pero en la mente de mi niña se había instalado ese deseo y sin comentar demasiado un día pregunté que había que hacer para ser bailarina. Me respondieron que muchas bailarinas comenzaban a estudiar desde los 4 años, y con mi inocente perspectiva sentí que ya era demasiado tarde para mí, porque ya tenía 6, así que no comenté nada sobre el tema y guarde la frustración en mi interior.

Luego descubrí mi amor por la actuación y pregunté que había que hacer para ser actriz. Me respondieron que había que estudiar mucho, además de ir al colegio tendría que ir a otra escuela donde me enseñaran actuación y estudiar el doble, porque debía aprender los libretos, además de las cosas del colegio. En ese momento me dio un poco de miedo, de no poder con tanta responsabilidad, pero aun así seguía en mi mente ese deseo.

En la escuela todos los años para la fiesta de fin de año preparábamos un cuento de Disney protagonizado por una chica de mi grado, y a los 9 años fui elegida para protagonizar "Cenicienta". Era feliz ensayando y probándome los diferentes vestuarios de la obra. El día de la presentación sentí que todo lo que quería era estar en el escenario, fue para mí una noche mágica y decidí que quería continuar con la actuación.

Un día, como mis hermanos asistían a una productora que los convocaba para distintos castings, yo manifesté que quería ir y me llevaron. Recuerdo que me sacaron algunas fotos y me llamaron para varias entrevistas. Era bastante agotador pasar horas sentada esperando para hablar frente a una cámara un rato y luego volver a casa. En cierto momento me llamaron para hacer de extra en una película, donde solo tenía que estar sentada en un banco mientras los protagonistas bailaban. No era lo que yo deseaba pero asistía porque pensaba que podría ser el comienzo, los primeros pasos que me llevarían a cumplir mi deseo. Pero un día cuando me llamaron para otro casting, yo estaba en mi casa jugando, y al darme la noticia, un poco agotada por saber a lo que iría y otro poco haciéndome la interesante dije "¡uuuuff! ¿Otro casting?", a lo que me respondieron que no estaba obligada a ir y que era comprensible que quisiera quedarme jugando. En ese momento quise dar marcha atrás y decir que sí quería ir, pero ya era tarde, y el resultado de mi respuesta y no permitirme dar marcha atrás se manifestó dejando de asistir a las convocatorias. Sé que me odié en aquella ocasión, no pude perdonarme que por querer jugar a ser la actriz superconvocada, había tirado mi sueño por la borda.

Recuerdo escuchar a mis padres comentando que no querían que lo hiciera por obligación, que querían que disfrutara de mi niñez, y que si ya no me interesaba lo mejor era sacarme de la lista de la productora. Años más tarde me enteré que aun así habían seguido llamándome, pero ya no me lo dijeron para no presionarme, por lo que mi molestia hacia mi misma creció y la frustración que sentía tenía una flecha gigante que me apuntaba acusándome.

Más tarde llegó el deseo de cantar, a los 11 años cantaba sola y sentía que era muy feliz cuando lo hacía. Hasta que un día me animé a cantar frente a mi familia y me grabaron, y a pesar de recibir gratas opiniones de parte de ellos, la auto-exigencia que ya estaba instalada en mí, me bajó el pulgar cuando escuché la grabación. Para mí fue un horror, estaba muy lejos de lo que esperaba ser, así que ese día decidí que era pésima cantando y que NUNCA lo podría hacer porque no tenía "el don". Bloqueé completamente las ilusiones de hacer lo que tanto soñaba y encerré con gran frustración todos mis deseos de expresarme artísticamente.

Luego llegó como les contaba anteriormente, el primer cambio de escuela, donde sumado a esa frustración y no aceptación de mi misma, aparecieron las burlas, las diferencias entre los nuevos compañeros que tenían un poder adquisitivo mucho más alto que nosotros y el sentimiento de no pertenencia que me incentivó, entre las otras cuestiones, a formar esa coraza de la que les hablé.

Hoy puedo ver como todas estas cuestiones a nivel energético bloquearon mi chakra garganta, el centro de energía de nuestro cuerpo que está relacionado con la expresión y los deseos de ser o hacer. Cuando estos centros se bloquean afectan a los órganos que están vinculados a ellos, y en mí generó un hipotiroidismo.

Comencé a resolverlo perdonando a mi niña por lo de la actuación, explicándole que no era todo tan lineal, y que siempre hay tiempo para estudiar o aprender lo que a uno le gusta. Comencé a permitirme hacer lo que amo, me animé a hacer talleres de expresión corporal, y próximamente me animaré a tomar clases de canto para terminar de sanar.

Pero obviamente antes de tomar conciencia de todo eso, pasé por varios estados que me generaban mucha angustia y frustración. Sentía que mis sueños siempre dependían de algo que era inalcanzable para mí, otras veces sentía que era demasiado tarde para lograr algo, y la mayoría de las veces me auto-saboteaba para no lograr lo que quería, tal como lo hizo mi niña con la actuación.

Todas esas cuestiones no fueron más que el reflejo de ese enojo y esa frustración que guardó la niña, y que necesitaba verlo para que pudiera soltarlo y finalmente sanar.

Hoy hago lo que amo, me expreso artísticamente de distintas formas, y con la impresión de mi primer libro "Creando Caminos, Despertado Creadores" logré trascender el auto-sabotaje y me permití fluir y escribir más libros, e incluso novelas como siempre había deseado.

Resulta muy importante descubrir que concepto formó nuestra niña o niño en su infancia, porque hoy puede continuar bloqueándonos sin saberlo.

Otro gran deseo siempre fue irme de vacaciones con mi familia, y en 10 años nunca "pudimos" hacerlo. Resultó ser que mi niña no se sentía merecedora de disfrutar unas vacaciones en familia, ya que cuando era pequeña siempre escuché las historias de las vacaciones de mis padres y hermanos cuando yo no existía. Veía las fotos y me preguntaba por qué yo no estaba en ellas. Luego me explicaron que yo no había nacido aun a lo que mi niña reclamó "¿y por qué desde que yo nací nunca fuimos?", y la realidad era que ya no teníamos auto, que la situación económica no lo permitía y además era una época que ya había pasado.

Hoy yo puedo comprenderlo, pero esa niña se sintió tan excluida de las vacaciones, tan resignada a que ella nunca podría disfrutar de esa experiencia, que continuó con ese concepto hasta la actualidad. Si bien tuve la oportunidad de conocer el mar, viajando alguna vez con una amiga o con mi hermano, las "vacaciones familiares" (mama, papa y niños) nunca me las permití.

Estando en este momento en verano, y descubriendo esto mientras escribo, espero poder contarles antes de terminar el libro, que pude crear esas vacaciones que tanto tiempo soñé.

A continuación comparto la misma técnica de antes, ya que me resultó muy eficaz para poder hablar con mi niña y contarle que ahora sí puede disfrutar de sus vacaciones en familia.

"Querida niña, ahora puedo verte y entender las cosas que te afectaron, y guardaste con enojo, miedo, culpa o emociones que te desvalorizaban. Quizás muchas veces las pasé por alto porque creí que eran tonterías, pero no comprendía que para vos fueron cosas muy importantes desde esa visión de niña, donde el mundo completo se ve de otra manera, donde así como el viento moviendo una cortina puede asustarte, también el hecho de ver que faltabas en todas las fotos e historias de vacaciones familiares te hizo sentir que no las merecías y te resignaste a nunca vivirlas. Te cuento que eso ya no es así, el hecho de que no hayas podido compartir las vacaciones con papá, mamá y los chicos, no significa que ellos no hubieran disfrutado de tu presencia, simplemente era otro tiempo, y seguramente vos disfrutaste de otras cosas como ir con papá al teatro y al cine todos los años y salir de compras con mamá y comprarte juguetes o tomar un helado. Hoy creciste y sos mamá y tenés una familia hermosa con la que podés disfrutar bellísimas vacaciones, solo tenés que permitírtelo, soltar esos conceptos que creaste sin saber que había otra forma de ver, y sentirte merecedora de todas las cosas buenas que la vida tiene para ofrecerte. Te amo y te invito a que me entregues todos esos conceptos desvalorizantes que guardaste, yo voy a transformarlos con amor en bellas experiencias, y juntas de la mano vamos a recorrer las montañas y saltar sobre las piedras de algún río, jugando con nuestra familia. ¡¡Te veo, te valoro y te amo!!

Tu adulta."

Esta carta a mi niña expresa mi decisión de ver la realidad de otra forma, de aceptarme y perdonarme por haber bloqueado durante tanto tiempo la posibilidad de disfrutar. Manifiesta por escrito mi disposición de sanar para abrirme a todas las oportunidades del universo.

Así con cada cuestión que encuentre en la que miniña se bloqueó por algún concepto que formó de sí misma, le escriborevirtiendo eso, y mostrándole que hay otra forma de ver.     

Sanando mi relación conmigo - Belén Aguirre - COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora