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Capítulo nueve: "Un día pésimo"

Capítulo nueve: "Un día pésimo"

Sería un día ocupado, Louis tenía tantas cosas que hacer que difícilmente llegaría a casa temprano, así que por más que odiara levantarse temprano tuvo que hacerlo, se daría un baño, prepararía algo de desayunar y se iría a la oficina.

No esperaba encontrarse con su mascota en la cocina medio dormido, la verdad fue mas una sorpresa que nada, Harry estaba sentado con su pijama y sus ojos entrecerrados y piernas encogidas, se preguntó si había hecho demasiado ruido y le había despertado.

— ¿Harry? —Le preguntó en cuanto entró a la cocina— ¿Estás bien?

—Buenos días Lou-Lou —murmuró el rizado.

— ¿Qué haces levantado a éstas horas? —Preguntó Louis mientras servía café en su taza.

—Tengo ensayo general —respondió Harry mientras señalaba la taza de café.

— ¿Quieres? —Preguntó— ¿Tomas café?

—De vez en cuando, no puedo llegar dormido al ensayo —comentó bostezando.

—Buen punto —dijo y, sirvió otra taza de café y se la tendió a Harry que la tomó con ambas manos y la acercó a él— ¿De qué es tu ensayo?

—Una obra ¡Tengo el papel principal! —Habló entusiasmado.

— ¿Cuándo? —Preguntó interesado.

—Mañana, ¿Vas a ir a verme Lou-Lou?

—No puedo perderme eso ¿Verdad? —Dijo Louis sonriendo—. Me voy, regreso tarde.

— ¿Tarde?

—Tengo una cena —respondió sin entrar en detalles. —Hasta en la noche Harry.

— ¡Ten un buen día Lou-Lou!

.

El día fue lento, pero se le hizo eterno al final, tenía una cena con la chica ésa, que le había mandado ya un mensaje de confirmación, tenía que ir, así que no le quedaba remedio. Liam le veía esperanzado, era su amigo, así que no podía fallarle, ¿Qué era una cena? Después de todo era por su amigo.

Salió de la oficina directo al restaurante de la cena, no se vistió demasiado bien, no quería impresionar a la chica, Liam llegaría y se quedaría con ella, después el podría irse y dormir a gusto.

El restaurante era algo exclusivo, no demasiado, así que cuando llegó dejó su camioneta para el Valet Parking y pidió la mesa ya reservada, la chica ya le esperaba.

Estaba elegante, bien vestida, sabía que estaba entusiasmada por la cita, tenía la suficiente experiencia en las citas para saber cuándo una chica le ponía el interés adecuado. Se sentó algo serio en cuanto el mesero le llevó a la mesa.

—Perdona, había mucho tráfico e iba saliendo de la oficina —comentó Louis tomando la carta en las manos.

— ¿Mucho trabajo?

—No te imaginas —acotó—. Tengo dos o tres composiciones, así que tengo que esforzarme.

—Ya veo, aún así luces muy bien ¿Sabes?

—Gracias, tú también te ves muy bien —murmuró sin verla realmente—. Creo que pediré algo de filete.

—Yo una ensalada.

¿Por qué las mujeres nunca comen en las citas? Odiaba cuando gastaba una fortuna en una ensalada de lechuga.

—Así que no sales con nadie —pregunta escabrosa.