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~*Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas*~
Los hijos de los héroes más conocidos en todo Japón se encontraban ahora mismo frente a sus padres, cara a cara. Sin embargo, estos lucían un poco... diferentes.
Y c...
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➤ Capítulo 1: Un objeto extraño.
N/A: ¿Pueden intentar adivinar quién es hijo de quién? Déjenlo a medida de que vayan leyendo ahahahah xd
Narrador Omnisciente:
-¡No se vayan muy lejos! -gritó una mujer de unos treinta y seis años de edad, en dirección hacia unos adolescentes que corrían hacia quién sabe dónde.
-Déjalos en paz, mujer -rodó los ojos cierto rubio ceniza, tomando de la cintura a su esposa para sentarla en sus piernas-. Es mejor que se vayan, así no estorbarán.
-Pero tus hijos también están ahí, baka -frunció el ceño y le pegó en la cabeza, tal y como su suegra le había enseñado.
-Es bueno ver que algunas cosas no cambian a pesar del tiempo -se rió Kirishima de sus dos mejores amigos.
-Es verdad, quién diría que ______ iba a domar a la fiera de Bakugo -se burló Kaminari.
-¡TU CÁLLATE, BASTARDO PIKACHU! -amenazó haciendo explotar el control remoto que tenía en sus manos.
-Sí, Kacchan no ha cambiado absolutamente en nada -murmuró cierto peliverde, soltando una sonrisa divertida.
Ahora mismo se encontraban varios de los estudiantes de la antigua clase 3-A, reunidos en la sala de estar de los Bakugo. A pesar de que habían pasado casi dieciocho años luego de graduarse de la academia, la mayoría de ellos mantuvieron el contacto a pesar de todo. Habían pasado miles de cosas juntos a lo largo de sus vidas, tales como: exámenes, salidas, paseos, batallas, enfrentamientos y actos heroicos. Si bien cada quién decidió formar su propia familia, seguían reuniéndose cada vez que podían, llevando a sus hijos consigo.
Esta vez la sede de reunión había sido la casa de los Bakugo, a regañadientes de cierto rubio, claro está.
Mientras que los adultos estaban poniéndose al tanto de todas las cosas que les habían pasado durante esos meses de no verse, los más jóvenes fueron hacia el ático de la enorme casa, husmeando entre varias cajas viejas y empolvadas.
-¡Hey, miren esto! -una pelirrosa llamó la atención de todos los presentes- Son nuestros padres cuando eran jóvenes -les mostró una foto.
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