El primer día del juego

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A la mañana siguiente nos despertamos con unos disparos , que nos alertaron de que hoy iba a ser un gran día. No sabíamos de que podría ser, recogimos todo con calma ya que todos estábamos casi dormidos.

Al poco de empezar a caminar nos encontramos con unas cajas , teníamos miedo de abrirlas , no sabíamos que nos podíamos encontrar en ellas .Cuando las abrimos nos dimos cuenta de que eran las provisiones de comida, las cogimos pero con cuidado, desconfiábamos de su contenido, miramos con mucho detenimiento su contenido hasta estar seguros de que no contenía nada malo.

Estuvimos andando durante varias horas hasta que paramos a comer, cerca de donde nos paramos ,nos encontramos un cuchillo y un par de pistolas, nos sorprendió al verlas allí, miramos a nuestro alrededor por si había amenazas. No vimos nada así que nos las guardamos por si acaso lo necesitamos .

-¿Donde nos ponemos para comer ?-Dijo Bruno
- Cómo no ,Bruno ,solo piensas en comer y en chicas - añadió Ramón
- Mirar allí hay un claro y hay piedras ,podemos parar a comer e instalar las tiendas de campaña.- dije señalando el lugar al que me refería.
- Por mi no hay problema,además así si nos perdemos en algún momento ,tenemos un punto seguro para acudir.- dijo Ramón asintiendo con la cabeza.
Cuando decidimos ir no sabíamos que ese claro escondía algo ,algo como tierras movedizas. Siempre iban a la cabeza de la marcha Noelia y Bruno y detrás de ellos íbamos Ramón y yo hablando de nuestros personajes favoritos de anime, de las basuras de películas creadas por americanos basadas en los mangas, sobre nuestros gustos musicales,que no se parecían en nada ,a él le gustaba la música clásica y la música de pachangueo ( la típica música de discoteca o de verbena de pueblo) mientras a mí me gustaba el rock ,el punk ,el blus o el jazz.

Bruno intentó comenzar una  conversación con Noelia,pero lo poco que recibía era un sí o un no... Parecía que Noelia era de pocas palabras. Seguimos caminando hasta que encontramos un buen lugar para comer. Estaba lleno de grandes , planas rocas. La comida no era del todo mala. Comimos en silencio hasta que de repente Bruno se tiró un eructo que rompió ese molesto silencio. Rebuscando en mi mochila encontré algo que me sorprendió, era un paquete de tabaco. Decidí sacarlo y preguntar a ese grupo si alguien fumaba.

- Mira lo que he encontrado en mi mochila.- añado con una amplia sonrisa.

-Hostia puta, tabaco, ¿como coños has conseguido meterlo aquí? No sabía que fumabas.- Dijo Bruno con una sonrisa picarona en la cara.

- Venga dame uno que tengo un mofo que flipas, ya que no voy a poder acostarme con nadie por lo menos que pueda fumar un poco jajaja.

- Solo uno, que conociéndote eres capaz de fumarte un paquete en una sola tarde- Añadió su amigo 

-Vale vosotros ganáis, solo uno, pero más te vale guardarlo bien, que soy capaz de buscar hasta debajo de las piedras por fumarme otro.

-  Estaría bien que me dieses algo con que encenderlo, por aquello de poder fumar sabes, no por nada más.

Rebusqué en mi mochila hasta encontrar un mechero un poco peculiar, era un poco más grande de lo normal y su llama era más grande de lo que imaginaba, tenía pintado en el una calavera y de fondo la bandera de Jamaica

-¿Me das una calada?- dije en cuanto encendió en cigarro.

-Pero que malota es esta muchacha- se sorprendió al oír mi respuesta

- Que pasa, ¿nunca te han dicho eso?

Nos terminamos las raciones de la comida, Bruno se acabó su cigarro, no le duró mucho pero lo disfrutó como si fuera un niño pequeño en una tienda de chuches. Recogimos todas nuestras cosas y decidimos montar las tiendas. Mientras los chicos montaban las tiendas Noelia y yo nos fuimos a recoger algo de madera y piedras para hacer una fogata cuando cayese la noche.

Una vez todo estaba montado nos sentamos y nos pusimos a hablar sobre nuestras ciudades, amigos, lo que hacíamos cuando quedábamos con nuestros amigos.

Se hizo de noche muy pronto o eso nos pareció, la relación con Bruno y Ramón era muy buena pero sin embargo con Noelia no tanto, apenas hablaba, la sensación que me  daba era que desconfiaba de nosotros.

Estábamos tranquilos a punto de irnos a dormir cuando a lo lejos oímos una unas voces, en ese momento nos pusimos en guardia y sacamos las armas que hace horas que nos encontramos. Pasaron un par de minutos y un grupo de personas se nos acercaron, decidimos juntarnos ya que así si pasaba algo era más fácil protegernos.

Mientras hacíamos guardia hablamos con el otro grupo. Nos comentaron cosas que habían visto, como si fueran huellas de personas pero estas estaban un poco deformadas y no se parecían a las de unas botas como las que llevábamos nosotros. No tardamos mucho en irnos a dormir.

Decidimos que haríamos guardia unos mientras otros duermen por si algo pasaba. Bruno y yo estábamos haciendo guardia cuando empezamos a oír como unas ramas se rompían al ser pisadas nos alertamos y cogimos las armas. Ramón se despertó por dichos ruidos y se puso en guardia con nosotros. Decidimos dar unas vueltas al rededor del campamento. Nos alejamos un poco del campamento para ver si podíamos ver lo que producía esos ruidos pero no conseguimos ver nada, volvimos al campamento, estaban todos despiertos y asustados, les dijimos que no habíamos visto nada, algunos se calmaron y otros estaban todavía en alerta.

Nos fuimos a dormir mientras otros hacían guardia. No había mucho sitio donde escoger para dormir, Ramón y Noelia durmieron en la misma tienda de campaña por si acaso pasaba algo estar cerca para avisarse, de nuestro grupo solo quedaba una tienda libre donde Bruno y yo decidimos dormir. Se notaba que era la tienda de los chicos porque olía un poco fuerte, una mezcla de sudor y desodorante. Me costó un poco dormir, al contrario que a mi compañero que tardó nano-segundos en quedarse dormido.

A la mañana siguiente nos despertamos todos, comimos la ración correspondiente, recogimos todas nuestras cosas, nos despedimos del otro grupo y nos pusimos en marcha. La mañana fue tranquila, Noelia se empezó a soltar un poco y hablaba algo más con nosotros. 

Para hacer más ameno el camino empezamos a cantar canciones que nos sabíamos todos o que nos gustaban. Estábamos tan tranquilos cuando oímos otros disparos, y al poco tiempo nos calló una caja de madera como la del día anterior, esta vez tenia algo más de comida, un par de cuchillos bastante afilados y un mapa.

En el mapa estaba pintado el lugar donde nos encontrábamos y algo que nos sorprendió es que se movía la flecha que señalaba donde estábamos al mismo tiempo que nosotros nos movíamos, estábamos justo en el centro del mapa.

De pronto volvimos a oír esa voz del primer día:

- Chicos, chicas hoy os hemos dado un mapa, que como habéis podido comprobar la flecha se mueve al mismo tiempo que lo hacéis vosotros, también si os encontráis cerca de otro grupo os saldrá otras flecha. Tener cuidado.- fue lo único que nos dijo.

Donde nos entrabamos era un buen sitio para dejar nuestras cosas. Noelia nos dio un gran idea. Nos dijo que ahora con el mapa podríamos saber si alguien nos viene a atacar y podríamos dejar fijas las tiendas y poco a poco ir haciendo un refugio más fuerte y no tener que estar todo el rato andando y  buscando sitios para comer. A todos nos pareció buena idea, dejamos nuestras cosas, los chicos montaban la tiendas mientras nosotras recogíamos todo lo necesario para montar un fuerte y una fogata. 

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⏰ Última actualización: Jun 25, 2020 ⏰

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