Capítulo 7

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Esta vez Jacob no me tuvo que despertar. Apenas sentí los rayos del sol acariciar mi piel abrí los ojos. Dudaba que Jacob estuviera despierto tan temprano.

Hoy tendría que salir con los demás así que decidí dejarle dormir un poco más.

Con los dedos acaricié la venda. Poco a poco fui quitándomela. Me acerqué al espejo. La piel estaba completamente lisa. La herida había desaparecido.

Eso significaba que mi tiempo en la reserva había terminado. El trato con Jacob se expiraba cuando se me hubiera curado la herida. Nada podría detener que sin siquiera despertar a Jacob me fuera a mi misión al sur.

Al final era lo que había querido desde el principio. Nada me retenía aquí.

Tocaron a la puerta.

Rápidamente volví a cubrirme con las vendas. Salí de la habitación. Cruce el salón. Jacob que dormía en el sofá abría los ojos asustado por el estruendo.

Abrí la puerta.

-Hola.- saludó Seth desde el otro lado.

-Buenos días.- saludé.

-¿Seth?- preguntó Jacob adormilado.

-¡Hola Jake!- saludo Seth.

-Por dios ¿qué hora es?- preguntó Jacob.

-Las siete.- contesté

Jacob se tiró al sofá.

-¿Y qué demonios hacéis despiertos?- dijo bostezando.

Ignoré a Jacob.

-¿Buscas algo Seth?- pregunté.

Seth se puso rojo.

-Bueno...como ayer te pregunte...y me dijiste...pues pensé en que...

-Claro que iré contigo, solo te tomaba el pelo.- dije sin esperar a que terminara.

Él sonrió aliviado.

-¡Adiós Jake!- se despidió Seth.

Pude escuchar un gruñido por parte de Jacob antes de cerrar la puerta.

-¿A dónde vamos hoy?- pregunté ilusionada.

Seth pareció quedarse pensando.

-Pues realmente no tenía nada planeado.- dijo despreocupado.

-Estiremos las patas.- propuse.

Él no parecía muy seguro.

-¿No haría eso que te abrieras la herida de nuevo?- preguntó preocupado.

Sonreí.

-Está curada.- dije.

Seth no se alegró como creí que lo haría.

-¿Pasa algo?- pregunté.

Él bajo la mirada.

-Dijiste que te irías en cuanto se te curara la herida, simplemente creí tener más tiempo.- dijo.

Por un momento me sentí culpable. No quería dejarle atrás. Puse la mano en su hombro.

-Aún no me he ido.- le dije.

Él me miró y asintió, aunque no recuperó la sonrisa.

-Esto es más difícil de lo que parece, no quiero dejaros Seth, ni a ti ni a Jacob ni a los chicos, pero algo me espera en el sur, necesito saber qué.

-Olvídalo, quédate.- me pidió.

Por un momento pensé que lo haría. Que me quedaría por él.

-No puedo...- dije con dolor.

-En ese caso iré contigo.- dijo con una seguridad que nunca antes había visto en él.

-¿Qué? ¡Tienes familia aquí Seth! ¡No puedes irte!- discutí.

-Sabrán sobrevivir sin mí.- respondió bajando la mirada.

-¡Y yo también!- respondí.

-Tú no eres el problema.- respondió frustrado.

-¿Qué?- dije.- Nada de lo que dices tiene sentido.

-Soy yo ¡Yo no podría vivir si tú te fueras!- gritó.- Puede que no quieras quedarte pero vayas donde vayas yo iré contigo, porque desde que te vi Jane, no quiero pasar ni un momento separado de ti, los segundos se vuelven horas cuando no te veo, que no estés aquí sería como vivir sin la mitad de mí.

Lagrimas comenzaron a caer de los ojos de Seth. No las apartó. Tan solo esperó a que yo contestara.

No podía pensar. Todas sus palabras cayeron sobre mí como un cubo de agua fría. Seth...

Eso estaba mal. No debía de encariñarse. Yo me iría y no podía llevarle conmigo, él no debería de quererme, nadie debía hacerlo. Debía de huir al sur.

Pero por otra parte solo podía pensar en lo que me dolía verle así. Habría sido capaz de cualquier cosa solo por sacarle una sonrisa. Seth era alegre y que llorara estaba mal. Aún más si era por mi culpa.

No sé lo que encontraría al sur pero sí lo que tendría aquí si me quedaba. No podía separar a Seth de su familia. No iría al sur. No sería como...

< ¡CORRE JANE! ¡HUYE! ¡VE AL SUR!> Una voz femenina sonó en mi cabeza. Una mujer. Después un gritó infinito.

Algo en mi interior se rompió. De pronto esa voz se repitió en mi cabeza varias veces. Cada vez más fuerte, cada vez el sentimiento de querer viajar al sur se hacía mayor.

Abracé a Seth. No. No quiero irme.

Seth parecido sorprendido por mi reacción. Pero enseguida se abrazó a mí. Ninguno quería terminar ese abrazo.

Ese recuerdo. La voz. Había algo en ella que me hacía querer correr, aullar, y llorar. Algo que me hacía obedecer la orden.

Después de un rato Seth se separó de mí. Mis mejillas estaban húmedas.

-Tendré que decírselo a mi madre.- Empezó él.- Dios...Leah...Ella...no se lo tomará muy bien.

Seth siguió hablando para sí mismo.

-Seth.- llamé.

-Y Sam, necesitaré su permiso.- continuó.

-Seth.- repetí más alto.

Él me miro. Su expresión cambio al ver que me secaba la última lágrima.

-No me iré aún.- dije.

-¿Qué? Pero si...- empezó él.

-Puedo esperar un poco más, no me iré.- repetí.

El sentimiento de huir se repitió en mí. Estaba perdiendo fuerza.

Él me miró.

-¿Está todo bien?- preguntó.- No tienes que preocuparte por mi familia, lo aceptarán.

-Seth.- Él me miro de nuevo.- No quiero irme.

Vi en sus ojos el alivio que sentía, pero no lo dejó ver. No quiso influenciarme.

Me abrazó y se quedó en silencio.

Escuchaba su corazón latiendo bajo su piel. No le había pedido que me abrazara pero era justo lo que necesitaba. La sensación de seguridad que tenía entre sus brazos hizo que la voz desapareciera. Me sequé las mejillas.

Una Nueva Vida ~Seth Clearwater~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora