Capítulo 51

6.3K 589 28
                                    


-Alice.- Murmuró Edward.

Mi atención se desvió a nuestra espalda. Alice y Jasper salieron de entre los árboles.

Sabía que no nos habían abandonado. Dijo Seth.

¿Pero por qué vuelve? Aro le hará presa. Alerté.

-Alice mi queridísima Alice, que alegría verte aquí, después de todo.- masculló Aro.

Alice avanzó hasta los Vulturis solo dirigiendo algunas miradas a Bella.

-Tengo pruebas de que la niña no será un peligro para nuestra raza. Te lo mostraré.- dijo ella ofreciéndole su mano.

Aro sonrió mientras cogía su mano.

-Hermano.- llamó Cayo alertado.

Todo se mantuvo en silencio. Aro observaba las imágenes que le mostraba Alice. Edward dibujó una sonrisa de triunfo y Alice apartó la mano de Aro.

-Ahora ya lo sabes, este es vuestro futuro si decidís no cambiar de rumbo.- Dijo Alice, ahora no parecía la vampiresa dulce con dolores de cabeza.

-No podemos cambiarlo, la niña sigue resultando una grave amenaza.- gruñó Cayo.

-¿Y si estuvierais seguros de que se mantendría a salvo del mundo humano? ¿Nos dejaríais ir?-Preguntó Edward.

-Por supuesto, pero eso no puede saberse.- Respondió Cayo resignado.

-En realidad sí.- dijo Edward socarrón.

Compartió una mirada de complicidad con Alice y ella le sonrió.

-He buscado mis propios testigos entre las tribus Tikuna de Brasil.- anunció.

De entre los árboles salieron más vampiros. Un hombre y una mujer, ambos con harapos que poco les tapaban. ¿O no eran vampiros? Escuché un latido en el hombre, demasiado veloz para ser humano.

-Ya hay suficientes testigos.- se quejó Cayo.

-Deja que hable hermano.- Le hizo callar Aro. Su comportamiento había cambiado después de que Alice le mostrara lo que quiera que le hubiera mostrado.

-Soy mitad humano, mitad vampiro.- declaró el hombre.- Un vampiro sedujo a mi madre que murió al alumbrar a mí. Mi tía Willen fue quien me crió yo la convertí en inmortal.

Tómalo.

Eso no me lo esperaba.

-¿Cuántos años tienes?- preguntó Bella.

-Tengo ciento cincuenta años.

-¿A qué edad alcanzaste la madurez?- Preguntó Aro.

-Me convertí en adulto siete años después de nacer.

-¿Y qué hay de tu dieta?- Volvió a preguntar Aro.

-Sangre, comida humana, puedo sobrevivir solo con eso.

-Estos niños...se parecen mucho a nosotros.- Murmuró Marco.

Todos parecían igual de impresionados. Cayo los miraba iracundo. Me dedicó una mirada de odio y supe que sabía quién era.

-No importa los Cullen han tratado con hombres lobo, nuestros enemigos naturales.- gruñó Cayo.

Aro hizo una seña. Él rubio calló. Se giró hacia su guardia y sus testigos.

-Queridos míos, aquí no hay peligro alguno, hoy no vamos a luchar.- sentenció.

Seth a mi lado suspiró pero nadie se movió hasta que todos los Vulturis desaparecieron entre los árboles.

-Que maravillas.- masculló Aro antes de desaparecer.

-Están huyendo, ¡Ahora es el momento de atacar!- gritaron los Rumanos.

-Hoy no.- sentenció Carlisle.

-¡Estáis locos, puede que los Vulturis se hayan ido, pero jamás perdonarán lo ocurrido aquí!

Los rumanos desaparecieron también.

¿Ya está? Qué decepción. Masculló Leah.

Pero el resto reímos.

Salté sobre Seth. Habíamos sobrevivido.

Quill y Embry corrieron entre la nieve.

Y los Vulturis huyeron con el rabo entre las piernas, no tenemos rival. Gritó Embry.

Jacob rió mientras Renesmee le abrazaba. Todos parecían felices. O al menos todos menos Leah.

Mi vista se desvió hacia el bosque. Aunque estaba feliz por habernos salvado la visión del asesino de mi familia había revuelto mi ser.

¿Quién nos asegura que no volverán?

No seas tan pesimista y celébralo un poco. Rió Quill.

Saqué esas ideas de mi mente. Pero vi como Seth tampoco parecía muy convencido.

Nieve calló sobre nosotros. Jacob arañó el suelo lanzándonos más nieve.

Venga ya exagerados, disfrutad un poco. Dijo riendo.

Yo reí y le devolví la jugada. La nieve se derritió y el pelaje de Jacob quedó empapado. Renesmee rió y ella también nos tiró nieve.

Edward y Bella observaban a su familia mientras nosotros librábamos una guerra de nieve.

Ouch, creo que esa no se la esperaba. Rió Embry.

Yo me encogí mientras Sam me miraba como si fuera a dividirme en dos de un mordisco.

Entonces Paul rió, o lo más parecido que podía hacer un lobo y Sam se sacudió dejando la nieve caer de su cabeza.

Seth rió cuando entre Sam, Paul y Jared me enterraron en nieve. Mi bonito pelaje blanco quedó manchado de la tierra y la nieve.

Unas horas después la manada regresaba hacia la reserva. Jacob se había desviado para volver con los Cullen. Pero yo solo podía pensar en Nashua y en una ducha de agua caliente.

Seth volvió a estornudar.

Espero que nos dejes usar tu bonita casa. Dijo Quill congelado.

Está cerca y es calentita. Pensó Embry con deseo.

No os voy a meter en mi casa. Rió Seth.

Eso, idos a vuestra casa gandules. Añadió Leah.

Yo reí.

Tú tampoco Leah.

Que rápido despachas a tu propia hermana, pero da igual seguro que Jane sí que me da permiso, ¿Verdad Jane?

Iba a responderle cuando el ruido de un vampiro acercándose me detuvo.

¿Los Cullen? Preguntó Embry.

Creía que volvían a casa. Dijo Quill.

Seth se erizó y corrió a mi lado.

No son los Cullen.

Una Nueva Vida ~Seth Clearwater~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora