Venticinque: buona serata amore mio

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Respira lento, regresa el tiempo, que yo de amarte no me arrepiento. Lo que vivimos fue tan sincero. Cuánto te quise. Cuánto te quiero.
Que lo nuestro se quede nuestro- Carlos Rivera


















A pesar de los meses, cada que BaekHyun mira Viva Polo, un sentimiento extraño se apodera de su corazón. Aprieta un poco sólo por el recuerdo, pero no lastima porque al parecer, se trata de anhelo. Sin embargo ahí está. Y eso vive en su cuerpo después de que dejó de ver a KyungSoo.

De eso, ya dos años.

Después de despedirse en la puerta un montón de cosas cambiaron, empezando por el inesperado ascenso de BaekHyun en la oficina de pensiones. El contador había sido promovido, provocando que su lugar de trabajo cambiara absolutamente. Su residencia estaría lista para laborarla en el sur del país. Y de hecho, él no dudó ni un segundo en irse. Para buena suerte de los Wu, YiFan obtuvo el puesto de BaekHyun.

Por su parte KyungSoo se apartó un poco de todo. Se dedicó en tiempo completo a su trabajo y quizá muy poco a hacer vida social. Aún no estaba listo para vivir solo y SeHun se había decidido por seguir siendo roomies. HaYoung estaba más que de acuerdo, lo único que no deseaba la pareja era que KyungSoo perdiera la cabeza. Pasando el primer año KyungSoo se confesó frente a su familia, obteniendo aquello único por lo que no era valiente. Sin embargo, JongIn le comprendió, revelándose él mismo sobre su orientación sexual.

Para la familia Do fue un golpe fuerte, pero después de veinticuatro largos meses, ciertas verdades iban tomando forma. Al menos para todos.

Hacía unos días que BaekHyun había regresado a Seúl. Las cosas en su trabajo iban de maravilla, pero él decidió regresar porque TaeJoon se lo había pedido. Ellos necesitaban ser una familia como siempre.

Tal vez por esa razón estaba ahí frente a Viva Polo, teniendo la esperanza de que, si el destino era tan bueno, él podría apretar ese anhelo entre sus brazos hasta encontrar algo físico para sostener cerca al corazón.

BaekHyun aparca su auto y pone la alarma. Elegantemente baja de su vehículo y se acomoda la gabardina al cuerpo, es casi Navidad y el tiempo se apropia de las calles. Aunque afuera está nevando, Viva Polo es demasiado cálido por dentro, lo que les permite a los comensales disfrutar de su cena.

Todo es igual. BaekHyun no puede decir si haya algo diferente, aunque seguro lo hay, él se siente feliz de estar en "casa". Las mesas, la decoración al rededor, el olor listo para despertar el hambre, incluso el pequeño escenario donde ChanYeol toca la guitarra para acompañar a EunJi.

BaekHyun recorre su mirada con una sonrisa, buscando un lugar poco apartado, pero cercano al escenario. Una mesera que no conoce se acerca a hacerle un pedido, y es donde él sabe que no todo podía ser igual, incluso el menú se veía diferente. Tal vez sólo eran ideas raras vagando por su mente. La canción seguía ahí, debía admitir que EunJi tenía la voz de un ángel y también, que ChanYeol era un mocoso afortunado por estar saliendo con ella.
 
Cuando la canción acaba y ellos anuncian un receso, BaekHyun suspira por el olor del capuchino que recién ponen en la mesa. Ha pasado un largo día haciendo trámites como para no relajarse. Desde que regresó a Seúl había estado moviéndose mucho, creía que era justo relajarse un rato con la comida que tanto le gustaba. Aún tenía que regresar por BoMi para hacer las compras para noche buena, pero podía darse ese capricho aunque sea para recordar viejos tiempos.

Él toma su taza con la intención de darle un sorbo, pero termina por quemarse la lengua. Por estúpido ríe y rápido mira al rededor esperando que nadie haya tenido que ver su tonta cara. Primero a la izquierda, luego a la derecha, TaeYeon le saluda con una sonrisa y sigue conversando. BaekHyun baja la vista a su capuchino y luego al frente, paralizándose por completo hasta sólo escuchar a su corazón retumbar en los oídos.

SIRIUS »BaekSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora