Ventitre: pensieri amari

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Puedo ser luz de noche, ser luz de día. Frenar el mundo por un segundo. Y que me digas, cuánto querías que esto pasara una vez más.
Luz de día- Enanitos verdes







[BaekHyun]






—¿BaekHyun? Cariño... el desayuno está preparado —una pausa, la voz de BoMi se apaga entre las esquinas de mi habitación— Baekkie, TaeJoon y yo vamos a mirar algunos departamentos ¿está bien? Tardaremos casi nada y... vale, contesta ese móvil, no puedes sólo pedir que te trague la tierra.

Sé que ella intenta hacer lo que sea para que le responda, pero sinceramente, no tenía ganas de abrir la boca esta vez.

Escucho la puerta cerrarse, luego sus pequeños pies golpeando el suelo del departamento, detecto más murmullos, sé que informa a TaeJoon, pero su plática no dura, ellos me conocen bien y saben que por nada el mundo harán un cambio en mí que yo no quiera. Salen, la puerta del departamento es demasiado grande y ruidosa, eso me da aun más tranquilidad, necesito estar solo.

Mi justificación en el trabajo no fue nada más que una ligera gripe, una que de rara forma afectaba también el corazón, al que por cierto no había sabido todavía cómo medicar.

Los pasitos de Aeri se escuchan cercanos, su collar hace ruido en el suelo cuando lo arrastra antes de dar un salto a mi cama. Ella es muy inteligente, sabe que estoy triste, pero antes de que me regañe con un maullido, me adelanto mirándola con reto.

—Ni se te ocurra pedirme que busque a KyungSoo, no lo haré, no me voy a levantar de esta cama y por supuesto que me voy a morir. Ahora ve por esas pastillas que están en el baño, me voy a suicidar.

La miro, esa maldita gata no mueve más que los ojos. Me tienta a asustarla para que se vaya, pero como dije, es bastante inteligente para ser una mascota. Aeri salta de mi cama y se desaparece por la puerta, lo agradezco, pero no tarda mucho para que regrese, y entre su hocico, mantenga fuerte una caja de pastillas. La miro sorprendido, pero cuando la tira a mi cara, encuentro que son sólo las pastillas para el mal olor de boca. Frustrado la empujo fuera de mi cama y en venganza ella se suelta a maullar por toda la habitación.

Lastimé sus sentimientos de gato.

Suspiro, quiero callarla, pero eso sólo me hace levantarme a perseguirla y, ¿ya dije que es un animal muy inteligente? Aeri se queja ruidosamente para que la siga y me lleva hasta el salón donde está mi móvil parpadeando. Ella se detiene, se busca un lugar y se echa a lamerse las patas.

Maldita.

La curiosidad que me genera interrumpe mis pensamientos suicidas y de repente, la necesidad de saber sobre él me aprieta las costillas hasta dejarme sin aire. O quizá sea el hambre a esas horas de la mañana.

Aun con todas mis dudas no tomo el móvil, porque ya había sufrido decepción tras decepción, lo que me llevaba a pensar: si él me había corrido de su vida, no cabía la posibilidad para verlo llorando de regreso. KyungSoo era un adulto de decisiones firmes, yo era uno que entendía límites. Ya ninguno podía seguir jugando con el otro.

Dispuesto a ocupar mi mente, regreso a mi habitación, busco algo de ropa y me dispongo a salir ¿qué más da que mi cabello sea un desastre? ¿qué más da que mis ojos se vean aún más pequeños que de costumbre? ¿qué más da caminar entre más personas que no saben nada de mí? ¿qué más da tener el corazón herido?

Antes de salir miro mi brazo, ahí sigue la tinta con instrucciones directas. Sin más voy al baño y le doy una enjuagada, no quiero recordarlo más, entonces cuando el jabón hace su función y borra todo, me dispongo a entender que debo dejar las cosas fluir.

SIRIUS »BaekSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora