TWELVE

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Siempre fuimos el unos para el otro.

Eran las 23:45 horas, y el joven rey aún no había podido pegar un ojo.

Desde que estuvo en el bosque con el hada madrina, el día se le había pasado muy lento. Estaba desesperado por saber qué pasaría. Estaba desesperado por saber quien estaría en su sueño.

Ben estaba sentado en la orilla de su enorme cama. No podía dormir. Los nervios no lo dejaban. ¿Y si Evie no era la chica que aparecía en su sueño?

Bueno, él debía admitir que no podía dudar de lo que decía una mujer tan buena y poderosa como lo era el hada madrina. Ella podría ser la mujer más sincera y bondadosa de todo Auradon, superando incluso a Bella. Si ella decía que Evie y él tenían que estar juntos, entonces no había porque dudarlo.

Conforme fueron pasando los minutos, sus párpados se hacían cada vez más pesados, y sabía que caería dormido en cualquier momento. Dejó a un lado sus dudas y nervios y se preparó para lo que fuera a aparecer en su sueño. El hada le había dicho que esta vez tenía que ver las cosas con claridad, y eso era lo que pensaba hacer.

Justo cuando su reloj marcó las 00:00, el rey cayó profundamente dormido.

[...]

Ben estaba en lo que parecía ser el lago encantado. Sus oídos captaban el sonido del agua de la cascada caer sobre la del lago. Frente a él, había una mesa con todo tipo de comida muy deliciosa. La mayoría eran los platillos que tanto amaba que la señora Potts le cocinara cuando era apenas un niño.

Sonrió al recordar sus buenos momentos de la infancia.

¿Te sorprendí? Una hermosa voz se hizo presente, sacándolo de sus pensamientos. Levantó su vista, encontrándose con unos bellos ojos color miel.

Una chica de cabello azul estaba del otro lado de la mesa, sonriéndole dulcemente.
Y el rey inmediatamente la reconoció. Su amada estaba ahí... en su sueño.

Cl-Claro... me sor-sorprendiste. Intentó decir él, sin creer que eso estuviera pasando.

Había visto mal la primera vez que soñó con aquello. No había ninguna chica de pelo morado y ojos verdes, si no una de cabellos azules y ojos miel. Mal no estaba ahí, si no Evie.

¿Tú cocinaste todo esto? Preguntó mirándola a los ojos.

Si. Respondió ella sin despegar su mirada del pelimiel.

Sin necesidad de magia... Susurró él para si, pero se todas formas la peliazul lo escuchó.

Sin necesidad de magia. Repitió ella. Soy muy buena con la cocina. Lo aprendí en mi hogar, y es algo que me gusta.

Ben sonrió. Entonces él sí tenía que estar con Evie. Junto a ella estaba su "felices para siempre".

𝗟𝗢𝗩𝗘𝗥𝗦 ━━ bevie ❪descendants❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora