𝗟𝗢𝗩𝗘𝗥𝗦 ━━ bevie ❪descendants❫

FOURTEEN

Creo que es hora de terminar algo que nunca debió iniciar.

La pelimorada corría por la Isla mientras reía con malicia. Robaba, molestaba y hurtaba todo lo que a su paso se atravesaba. A pesar de que en Auradon había aprendido a ser alguien buena, el mal estaba en sus venas, y esa era la única forma de sobrevivir en ese miserable lugar.

A pasos de tras de ella, venía Harry. La razón de perseguirla, era porque la hija de la emperatriz del Mal había tomado su preciado garfio. Pero sinceramente no estaba molesto, pues amaba cada que su chica hacía cosas como esas.

En un momento de distracción, la chica choco que un hombre más grande y fuerte, provocando que la chica cayera bruscamente al suelo.

¡Auch! Se quejó ella tomando su cabeza.

¡Fíjate por donde vas mocosa princesita! Gruño entre dientes el hombre.

Mal fulmino con la mirada al tipo, haciendo que sus ojos cambiaran de gris a verde.

Él hizo caso omiso a eso, pues todos en la isla habían perdido el respeto y temor que antes tenían hacia ella. Pateó uno de los muslos de la pelimorada y pasó junto a ella, con la intención de irse.

Pero, en ese momento apareció el hijo del Capitán Hook, realmente molesto.

Discúlpate con la señorita. Dijo interponiéndose en el camino del hombre, el cual sólo gruñó ante lo dicho por el pirata.

¿Y que si no lo hago?

Harry rió ante eso. Y en un movimiento rápido, acorraló al hombre contra una pared y sacó su espada, colocándola en su cuello.

Escúchame bien por qué solo lo dire una vez. Habló ente dientes muy cerca del rostro del tipo. Todo aquel que no trate con respeto a una damisela, es digno de caminar por la borda del barco de mi padre. Hizo un puchero. Estoy seguro que él estará encantado de llevarlo al fondo del mar.

A pesar de ser villano, se tenía claro que el Capitán Garfio siempre era un caballero cuando de mujeres se trataba, y todo eso se lo había enseñado a su hijo.

No querrá encontrarse con los tiburones, ¿cierto? Harry escuchó claramente cómo el hombre tragaba duro. Estaba asustado, y eso el pirata lo sabía. Por lo cual sonrió. Ahora discúlpate con la chica. Con su cabeza señaló a Mal, la cual seguía en el suelo observando a los dos, y una sonrisa maliciosa estaba dibujada en su rostro.

El hombre se apartó de Harry, para después acercarse a la descendiente de Maléfica.

Disculpe mi comportamiento señorita.

Los dos villanos extendieron sus sonrisas.

Ahora ayúdala a levantarse. Ordenó Hook. El tipo bufó, y extendió una mano a la pelimorada.

Mal la estrecho y se levantó; una vez de pie, golpeó con descaro la entrepierna del sujeto, y en cuanto éste se encorvó quejándose del dolor, ella golpeó su espalda con el codo.

Que esto te sirva de lección. Comentó Harry mientras su chica reía. El tipo quedó en el suelo retorciéndose de dolor. Un verdadero hombre jamás insulta a una dama.

Dicho esto, Mal entregó el garfio devuelta a Harry.

Amo cuando me defiendes. Susurró seductoramente Mal.

Nadie se mete con la chica de un Hook. Respondió el pirata. Vamos, abandonemos a este idiota y déjame invitarte un trago en la taberna de Gastón.

Ambos se tomaron de la cintura, para luego darse la media vuelta y dirigirse a tomar un par de copas.

[...]

Mal estacionó su motocicleta a uno de los costados del muelle. La noche había caído en el reino de Auradon, y no faltaba mucho para que dieran las dos de la mañana. Había perdido tiempo bebiendo tragos amargos y caducados con el pirata que robó su oscuro corazón, ¿qué explicación le daría a su peliazul amiga?

Evie siempre esperaba a Mal cuando ésta andaba afuera de noche, por seguridad y porque Evie era un gran amiga.

Si, una gran amiga que se acostaba con su novio a sus espaldas.

Pero no importaba, Mal solo quería que tanto Ben como Evie fueran felices, además, ella ya no sentía nada por el rey. Su verdadero amor estaba aún atrapado en la isla esperando su siguiente visita. O después de esa noche, su regreso para siempre.

Sabía que te encontraría aquí. Dijo una voz detrás de ella que la hizo sobresaltarse. La hija de Maléfica se dio la vuelta para encontrarse con su novio. Ben aún llevaba puesto su traje, pues después de salir de su oficina, había decido ir al muelle a esperar a su dama de la corte. Había estado más de tres horas esperándola. Incluso llegó a pensar que la habían secuestrado.

Ben, ¿qué haces aquí?, ¿no deberías estar en tu castillo descansando? Dijo ella quitándose el casco y bajándose de la motocicleta.

El rey tragó duro, era hora de decirle todo. Por su felicidad, por la de ella, por el bien de lo tres.

Mal, necesito hablarte sobre algo. Comentó Ben, y Mal supuso sobre qué. Quizá él ya por fin diría de lo suyo con Evie, y eso era perfecto. Porque ella ya quería decirle sobre Harry.

Que bien, yo también necesito hablar contigo. Tú primero. Pidió, no quería ser ella quien hablara primero y que Ben después cambiara de opinión en decirle sobre Evie.

No, tú. El valor de Ben se iba cada segundo que pasaba. No tenía idea de cómo reaccionaría la villana. Y sinceramente, él si le tenía miedo.

Ben, ya se que dirás de todas formas. Algo en el pecho del rey se encogió, ¿de verdad ella sabía?, ¿o sería otra cosa completamente diferente? Vas a terminarme. Si, ella lo sabía. Ben se quedó callado, no sabía que decir. Tú corazón ya no es mío, sino tiene a otra persona. Continuó Mal y Ben abrió la boca para decir algo, pero la pelimorada lo detuvo rápidamente. Y no lo niegues, esta en tu mirada.

Benjamin agachó la mirada apenado. Pero igual, él sabía que lo que Mal iba decirle sería exactamente lo mismo. Aquella mañana, al ir a visitar a su amante, encontró su anillo con cabeza de bestia tirado debajo de la cama de chica dragón. Ben solo tuvo que unir las piezas.

También en la tuya. Le susurró el pelimiel levantando la vista. Mal cerró sus labios y los apretó.

Ben hizo algo que Mal no esperaba. El rey de Auradon la abrazó por el cuello y la apego a él. Pasaron unos pocos segundo hasta que Mal se lo correspondió.

¿Estamos bien? Le preguntó el hijo de Bella y Bestia sin soltarla.

Estamos bien. Le contestó la hija de Maléfica.

Ben se separó de Mal, pero aún la tomaba de las manos.

Necesito que me ayudes con algo para la Fiesta de Fin de Año. La villana frunció el ceño, pero al recodar lo que se suponía debía suceder dentro de unas horas, lo comprendió. Hay un cambio de planes.