𝗟𝗢𝗩𝗘𝗥𝗦 ━━ bevie ❪descendants❫

TEN

Tal vez eres mi otra mitad.

Ben esperaba impaciente al hada madrina. Necesitaba que ella le resolviera la gran duda que tenía en la cabeza, antes de que fuera tarde.

Golpeaba con desesperación su bolígrafo azul contra la mesa. Los nervios estaban en cada rincón de su cuerpo. Tenía pánico sobre lo que el hada madrina podría decirle acerca de la persona indicada para él. Quería estar seguro de que esa persona no era Mal, porque él ya no sentía nada por ella. El amor que sintió al principio se había ido convirtiendo en un cariño de amistad conforme se fue enamorando de Evie. Si Mal y él no estaban destinados a estar juntos, entonces podría hablar con ella un día antes del baile, y cambiar los planes de casarse con la pelimorada.

El sonido de su puerta siendo tocada lo sacó de sus pensamientos.

Pase. Ordenó.

La puerta se abrió un poco, dejando ver a una de las hadas más poderosas del mundo.

¿Me necesitaba, majestad? Dijo el hada madrina con una sonrisa, asomando su cabeza por la puerta. El joven rey sonrió.

Solo Ben. Pidió. Y si, por favor pase y tome asiento.

La directora entro completamente y obedeció al chico. Se sentó en uno de los sillones que había frente al escritorio de Ben.

¿Que necesitas?

Verá, hada, hace tiempo usted me habló sobre las almas gemelas, ¿estoy en lo correcto?

Así es. Respondió la señora. Es justo lo que les enseño a los que recién entran a la preparatoria.

De acuerdo. Asintió Ben. Si mal no recuerdo, me dijo que cuando dos personas están destinadas a estar juntas, estas tienden a encontrarse en sueños o visiones antes de conocerse.

La directora asintió. Pero, ¿a donde quieres llegar?

Ben tragó duro. Tendría que revelarle al hada madrina, una mujer muy correcta y estricta, que se había enamorado de la mejor amiga de su novia, y que mantenía una relación con ella a escondidas desde hace tiempo. Algo que iba en contra de su ética de "príncipe encantador".

Hada Madrina... El chico miró a los ojos a la mujer. Me he enamorado de otra chica.

Ben esperaba que el rostro sonriente de la mujer cambiara a una seria y decepcionada, en un peor caso a una enojada. Pero la sonrisa del hada no desapareció.

Lo se. Respondió la madre de Jane. De Evie ¿cierto?

Esto sorprendió al rey, ¿como es que ella lo sabía?

Ben, no es por sonar modesta, pero soy una de las hadas más poderosas del mundo. Continuó la mujer antes de que el mini bestia pudiera decir algo. Si hay algo que me identifica es que sé cuando dos personas tiene que estar juntas. En este caso, se que Evie y tú deben y están juntos.

El pelimiel frunció el ceño.

Pero... ¿porqué jamás soñé o tuve una visión con Evie? Preguntó muy confundido.

Claro que la tuviste, estoy más que segura. Respondió, llevándose una mano al pecho.

Ben era el que estaba seguro que no era así. Lo recordaría si así hubiera sido.

No. Dijo, cerrando sus ojos. Y luego de analizar un poco todo, los volvió a abrir. Con quien tuve un sueño fue con Mal. Una chica pelimorada y de ojos verdes.

¿Estas seguro de que era pelimorada y de ojos verdes? Ben abrió la boca para responder que si, pero enseguida se detuvo. Y se hizo la misma pregunta.

¿Estaba seguro de que la chica con la que soñó tenía esas características?

Si había algo que identificaba a los sueños, era que estos eran borrosos y extraños. Y que en cuanto despiertas, tiendes a olvidar la mayoría de las cosas que pasaron en el.

Ben, los sueños son muy confusos. Habló la directora luego de unos segundos. Te aseguro que la chica que apareció en tu sueño no era Mal.

¿Cómo está tan segura de eso? Preguntó sin creer de lo que ella hablaba.

Ya te lo dije. Se cuando dos personas son el una para la otro. El hada madrina se levantó del sillón, para luego jalar una silla y ponerse más cerca del joven gobernante. Mal debe estar alguien más. Aún no se con quien, porque a lo mejor no lo conozco... pero te aseguro que no es contigo.

Ben aún no estaba muy convencido de eso.

¿Cómo puedo saber... que mi lugar si es con Evie? Preguntó agachando la mirada.

La directora se quedó callada unos segundos. Luego de pensar bien lo que estaba a punto de decir, tomó la barbilla de Ben, haciendo que éste la mirara.

Si tú estas dispuesto a que use magia en ti, entonces hay una manera de que lo sepas.