Capítulo 12

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Nico 

   Veo atónito el nudo de cuerpos que se mueve en completo frenesí justo a mis pies, sin tener la más mínima idea de cómo terminó en esta absurda pelea, solo les quedarían moretones y otros golpes que todos verían y que nos meterían en problemas a todos.

   El primer pensamiento lógico que cruzó por mi mente es que debíamos separarlos, seguido de que Will se encontraba justamente haciendo eso. Entonces un lindo codazo por parte de Luke hace que sus prioridades cambien y empieza a pelear también.

   Mire atónito a Annabeth, quien parecía estar al borde de las lágrimas, aunque no sabía si de rabia, de tristeza o si era por la sorpresa. Justo en ese momento me preocupó la idea de que ella también fuese a unirse a la pelea y empezara a repartir puños, porque estaba seguro de que ni siquiera Frank, cuyos brazos eran más gruesos que mi cabeza, podría separarlos.

   Metiendo mis manos entre lo que parecía ser un tornado de extremidades que se doblaban en ángulos extraños, logre asirme a la camiseta de Will, quien se estremece al instante, y tras unos segundos y con la ayuda de Annabeth, quien finalmente salió de su estupor, logramos sacarlo de aquel nudo. Claro que lo primero que intentó fue regresar gustosamente.

   Annabeth le pego una cachetada, le dirigió una mirada amenazadora y dirigió su atención de nuevo a la pelea en el suelo. Empuje a Will contra un árbol y tome la parte superior de su camiseta con mis puños. Tenía unos cuantos rasguños en los brazos y un golpe en la parte superior del derecho, por lo demás se veía bastante entero.

—Tienes dos opciones, Solecito. O te quedas ahí juicioso pensando en los hematomas que esto te va a causar, o nos ayudas a separar a estos dos idiotas. —Mire fijamente sus orbes azules, que me devolvían una mirada igual de intensa. Me cuesta unos segundos apartarme de él y ya sin tocarlo añado: —Eso si alguna vez quieres llegar a ser un doctor de verdad.

   Cuando centro mi atención en los demás otra vez, Annabeth ya está jalando a Luke para apartarlo de Percy, quien momentáneamente se encuentra debajo, algo que cambia en cuestión de segundos, haciendo que Annabeth pierda su agarre. Esta vez, elige sujetar a Percy por los hombros y este lentamente deja de mandar tantos golpes hacia Luke y en su lugar sus manos sostienen las del rubio por encima de su cabeza. Lo mira con más odio del que había visto en los ojos relajados y traviesos de Percy. Annabeth lo suelta lentamente y me doy cuenta que ella es la clase de chica que no necesitara jamás un héroe.

   Percy sangraba levemente por la nariz y uno de sus ojos empezaba ponerse levemente morado, uniéndose así a los múltiples golpes y rasguños que se apreciaban claramente en sus brazos y piernas. Luke, además de los rasguños y moretones de sus extremidades, tenía un pómulo ya bastante hinchado y tenía un labio roto. Las camisetas de ambos exhibían pequeños agujeros y rasgaduras. Iba a ser difícil pretender que no había pasado nada frente a los profesores.

   Aún en alerta y listos para saltar en cualquier momento sobre el otro, los chicos se separan y se alejan. Siento los ojos de Will clavados en mi nuca y yo no puedo evitar buscar los de Annabeth, los cuales están perdidos en el suelo con una expresión parecida a la nostalgia. Cuando levanta la mirada otra vez se ve claramente decidida.

—No sé ustedes, pero yo no quiero pasar la noche en el bosque pendiente de que no se maten. —No puedo evitar esbozar una sonrisa cuando los chicos ponen cara de niños regañados.—Además necesito ir al baño y entre más rápido caminen más rápido estaremos en las cabañas.

   Sin más empezó a volver por nuestros pasos, con una actitud totalmente confiada y segura. Ya no iba mirando las mil y un especies que nos rodeaban. A Percy sólo le tomó un segundo reaccionar y empezar a seguirla. Yo le seguí rápidamente, tras dirigirle una mirada corta a Will, quien se posicionó a mi lado, dejando a Luke de últimas.

   Con Annabeth adelante y caminando apresuradamente, llegamos en media hora hasta el punto en el cual nos habíamos dado cuenta que estábamos perdidos cerca de una hora antes. Sentí sus ojos tormentosos sobre mí.

—Tú eliges, Nico.

   Con la presión que eso representaba, pero sabiendo que ninguno de atrevería llamarme estúpido o intento barato de... ehh lo–qué–sea, recorrí con la mirada los caminos que todavía podían ser los de regreso e intentando controlar el pequeño temblor que recorría mis manos, señalé el mismo camino que tiempo antes había señalado Percy. Escuche a Luke soltar un bufido, pero no se atrevió a decir nada.

   Retomando el mismo orden que antes, caminamos por cerca de una hora y cuarto antes de empezar a escuchar los gritos y la algarabía procedentes de los que esperaba con más ansias que nunca antes que fuesen mis torpes compañeros de clase.

   A pesar de que ha empezado a oscurecer, todo el mundo está afuera de sus cabañas, ya sea corriendo, gritando, cantando en frente la fogata o poniendo sus lenguas en las tráqueas de otros de forma altamente asquerosa. Annabeth se vuelve para lanzarnos una mirada severa, luego suspira cansada.

—Espero que tengas los suficientes implementos médicos en tu equipaje como para disimular los mil cortes que tienen encima. —Le digo a Will de forma tosca.

—Aunque puedo hacer eso, los cortes son lo de menos. Los hematomas son lo que es realmente preocupante.

—Pfff... Un poco de maquillaje lo tapa todo —Suelta Percy a mi lado y suena a que habla desde la experiencia. —Bueh... Annabeth, tú seguro... Tú seguro no tienes —añadió rápidamente tras mirar el rostro pálido de la chica.

—Supongo que Drew no necesita todo lo que hay dentro de su equipaje de mano repleto de maquillaje. Pero no tengo ni idea de qué puedan necesitar. –Mira el piso al tiempo que mueve un pie de manera nerviosa—.   Tú vienes conmigo —Toma bruscamente a Percy de la muñeca y lo lleva arrastras hasta su cabaña, donde deja la puerta ligeramente entre abierta.

   Desde donde estábamos se podía apreciar la voz amortiguada de Annabeth soltando maldiciones, aunque no sé si se dirigen a Percy, al maquillaje o a qué. Luke bufa, completamente enojado, pasa junto a nosotros soltando un juramento y se dirige hacia nuestra cabaña.

—Vamo —Dice Will. No es sino hasta que volteo a mirarlo que me doy cuenta lo cerca que está. Él también lo nota y aparta la mirada ruborizado—.   Tienes que ayudarme con todo esto, Órdenes del doctor— Dice gesticulando, para hacer énfasis en los golpes. Me vuelve a mirar con sus orbes azules—. Por favor.

   Empieza a caminar dejándome detrás de él, preguntándome qué tanto tiempo me tomaría ahogar a alguien con productos robados de maquillaje y tiritas debido a la interesante situación en la que sabía que me vería envuelto. Aun así, no puedo evitar esbozar una sonrisa y pensar que todo esto podría ser peor. 

Diferentes Metas, Mismos Caminos (PJO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora