Mi baúl de pensamientos

#32

Me da lástima que mi corazón haya salido lastimado después de todo el amor que a ti te he entregado.
Todos mis intentos fueron pisoteados y la ilusión de tener algo bonito contigo se ha esfumado.
Hoy no me duele decirte adiós, nos alejábamos y volvíamos tantas veces que ya me acostumbré a tu ausencia y a tu forma de querer a ratos.
Por tenerte a mi lado, me conformé con las migajas de cariño y atención que me dabas.
No tiene caso pedirte que me escribas, me llames o me vengas a ver ya que eso tenía que salir de ti, que si tengo que pedírtelo yo ya no lo quiero.

Contigo aprendí que el amor no se fuerza, y mucho menos se ruega.
Yo que decía quererme, me traicioné a mi misma, intentando cambiar mi forma de pensar y de querer para conseguir tu aceptación. Que gran fallo...
Y cuando por fin la conseguí, miré a mi interior y me di cuenta que el precio que pagué era demasiado.

Me estaba perdiendo a mi misma, mi orgullo estaba por los suelos después de luchar por ti, una relación así me consumía demasiado; intenté dejar todas mis expectativas de un romance bonito porque bueno contigo "es lo que hay".
Ese fue mi peor error, ponerte a ti como prioridad y olvidar lo que yo realmente quiero. Debido al amor que sentía por ti antepuse tu felicidad y bienestar al mio, y eso nunca se debe hacer.
Que a veces hay que soltar relaciones que no nos aportan nada.
Pero tranquilo, tú no fuiste el que tuvo la culpa. Tú fuiste sincero con lo que querías desde un principio, la tonta que creía que valías todo el esfuerzo fui yo.
Y hasta la persona con el corazón más bueno se cansa de que se lo destrocen lentamente.

Aprendí que no hay que darlo todo por quién por nosotros no da nada. Que a partir de ahora quién quiera algo de mi se lo tendrá que ganar.
Lo aprendí a las malas y tras mucho tiempo. Lo que me ha costado... pero hoy por fin puedo decir que se cerró un círculo vicioso y negativo.
Me siento más ligera ya así sin complicaciones porque solté un gran peso.
Se trataba de una relación tóxica y solo me di cuenta cuándo el daño ya era insoportable. Quizás solo estaba en ella porque al menos a ratos me daba felicidad y yo omitía el dolor que me causaba no recibir la misma importancia que yo daba.
Pero por fin hoy se acabó todo, esta vez de verdad.

Tranquilo, que si hablamos de sentir yo por ti ya no siento nada, tal y como querías.
Por fin lo entendí, no voy a volver nunca más y tú a mi tampoco, y por primera vez puedo decir con total seguridad que así está perfecto.