Guerra

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Lucifer tenia justo enfrente a sus tropas, los demonios eran en general más altos que los ángeles pero tenían que hacer mas esfuerzos si querían acabar con estos, por eso, aunque no había demasiadas muertes tras la ultima batalla si que se encontraban todos cansados y magullados. Samael lideraba el ejercito principal de Lucifer y en este ejercito se encontraba Tristan, mal herido debido al daño que le había hecho uno de los ángeles en las impactantes alas negras que poseían los demonios. 

Chuck se encontraba frente a sus tropas, algunos habían muerto y muchos otros se encontraban heridos, pero eran ángeles y podrían recomponerse rápidamente. Castiel se encontraba en la primera fila, liderando uno de los ejércitos. Ross se encontraba en la tercera fila del ejercito liderado por Castiel. Desde su posición vislumbraba el sitio de Uriel, que había muerto en la lucha contra los demonios. 

Chuck dio la orden a sus lideres de que se retiraran y estos mandaron a sus soldados a casa. Ross entró en casa y saludó a sus hijos que rápidamente subieron a la habitación alentados por Elta viendo que su esposo necesitaba descansar. 

- ¿Cómo ha ido?

- Hemos perdido a Uriel 

- Vaya, lo siento. Las guerras siempre son así, ya lo sabes. 

- Si, lo sé. Pero estoy preocupado 

- ¿Preocupado por qué? 

Antes de que Ross pudiera contestar, la ventana del salón se abrió rápidamente de par en par y un demonio entró destartaladamente cayendo al suelo bocabajo y dejando ver sus alas negras, una de ellas casi desplumada. 

- ¡¡ Aah !! - gritó Tristan de dolor al caer al suelo. 

- Joder Tristan, no sabía que te había dado 

- ¡ Cúrame ,imbécil ! 

Ross tocó el ala desplumada de Tristán y toda la sala se iluminó con una luz blanca cegadora. Pasados unos segundos Ross alzó la mano y la luz paró dejando ver el ala de demonio bella y hermosa totalmente curada. 

- Estaba preocupado por esto, Elta. Castiel estaba cerca y tuve que atacarle pero no quería darle, parece que le dí 

- Sí, si que me diste 

- Lo siento ¿Por qué has venido volando con el ala medio rota?

- ¿Cómo quieres que salga del infierno  a la tierra? - contestó con ironía

- No deberías venir a casa Tristan, ya lo hemos hablado. Si Chuck y Lucifer se enteran, estamos muertos, tío. 

- Lo sé. 

De repente se vieron varias sombras pasar por la ventana por la que minutos antes había entrado Tristan y sonó el timbre de la puerta que abrió Elta. Al abrir la puerta se encontró a una mujer morena acompañada de un niño y una niña de 6 años y 5. En brazos traía un niño pequeño de un año al que se le podían ver sus pequeñas alitas negras. 

- Elliot aun no controla las alas, ¿verdad?

- Nicole te he dicho que dejes a Elliot en casa cuando vengas a la tierra, nos van a ver y es peligroso

- ¡ Callate Ross, casi todos los humanos están muertos por culpa de la guerra! - Contestó Nicole entrando en casa y cerrando la puerta que segundos antes había abierto Elta.

- Sí Nicole, pero aquí cerca viven ángeles y vosotros sois demonios

- Vale vale- refunfuño Nicole a la vez que pasaba la mano por la espalda de su hijo pequeño obligandolo por reflejos a esconder las alas

- ¿Donde están los primos tita, El? - preguntó Colton a Elta

- Están arriba, pequeño 

- ¡ Vamos a jugar con ellos! Contestó Austin entusiasmada 

- Vale ,pero llevaros a vuestro hermano - ordenó Tristan a sus hijos. 

Los tres niños salieron del salón rápidamente y Nicole besó a su marido en los labios preguntándole por el estado de sus alas. Tristan contestó a su mujer expandiendo las grandes alas negras en el salón de su amigo ángel, enseñándole a Nicole que sus alas estaban en perfecto estado, listas para una nueva batalla. 

- Debemos acabar con la guerra, ya ha muerto demasiada gente. 

- Lo sé Ross, ¿pero que quieres hacer? Esto es entre Chuck y Lucifer no entre nosotros. 

- ¿A no? Tristan ellos están en el cielo y el infierno mientras nosotros morimos por ellos. Hoy a muerto Uriel y te he hecho daño. No quiero volver a pasar por un día como el de hoy. 

- Yo tampoco quiero Ross 

- ¿Por qué no habláis con Castiel y Samael? - opinó Elta

- ¿Crees que nos harán caso? - contestó Ross 

- No sé si eso es buena idea - dijo Nicole mientras bebía un poco de café que Elta le había servido. 

- Podríamos probar  pero no se si servirá de algo - murmuró Ross

- ¿Y que le decimos? "Samael, quiero que termine el apocalipsis porque mi mejor amigo es un ángel" o tú podrías decirle " Castiel  mi mejor amigo es un demonio. Terminemos con la guerra ya" ¿de que coño estáis hablando? ¿que os creéis que es esto? - alzó la voz Tristan negándose rotundamente a llevar a cabo el plan que se estaba cociendo en el salón

- Esto es el apocalipsis, un apocalipsis que lleva muchísimos años. Tantos que nosotros teníamos 10 años cuando empezó y tenemos 35 y estamos luchando en él. - en ese momento se escucharon la risa de los 6 niños que estaban jugando en la planta de arriba 

- ¿Quieres eso para tus hijos? - confrontó Elta 

- La verdad es que podríamos probar ha hacer algo con Samael y Castiel, son nuestros amigos. Bueno Samael es nuestro amigo y Castiel de ellos pero... Tristan piensalo. - intentó Nicole convencer a su marido

- Esta bien, pero... ¿Cuál es el plan? - concluyó Tristan tras pensar por varios segundo lo que su esposa y sus amigos intentaban hacerle ver. 

Entre el cielo y el infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora