Entre el cielo y el infierno

Cielo e infierno

Tristan abrió los ojos lentamente notando que estaba en el hospital del cuartelillo del infierno. Se encontraba boca abajo y sintió un fortísimo dolor en sus alas. Suspiró fuertemente dejando el aire escapar cuando escuchó un voz ronca. 

- Por fin te despiertas - y al abrir lo ojos lo vio. 

- Samael - cerró los ojos con rabia recordando lo que había ocurrido en la lucha, recordando y pensando que Ross estaba muerto por su culpa. 

- Llevas varias horas inconsciente, tu mujer acaba de irse a darse una ducha y tus alas están muy mal, el medico dice que ... 

- Cállate - lo cortó antes de que siguiera hablando ya que no quería saber nada de su jefe - Vete por favor. 

- No voy a dejarte solo - comentó Samael negando con la cabeza. 

- ¡ Que te largues !- gritó antes de gritar por le dolor que sentía en sus alas. 

- El medico dice que no volverás a volar - comentó Samael con tristeza mirando hacia el suelo 

Los ojos negros de Tristan se humedecieron por el dolor, por la rabia y por la tristeza que ahora mismo asomaba en su corazón. 

- Lo siento Trist- comenzó a disculparse el joven líder - vi la bola de fuego caer y vi como te retorcías, estabas vivo y ... no se, tienes tres hijos y me estremecí al pensar que iban a pasar por lo mismo que yo - Tristan sollozó con la cabeza en la almohada a la vez que la culpa arremetiera fuertemente en el interior de Samael

- ¿Estaba vivo? - contestó por fin el demonio herido a la vez que movía la cabeza para mirar a Samael que no parecía entender de quien hablaba - Ross ¿Estaba vivo? o ¿lo mató el fuego? - el jefe suspiró

- No lo sé, no se movía. Simplemente fui hacia ti y te rescaté. Hemos sobrevivido muy pocos, demasiado pocos. Lucifer esta formando otro ejercito, no le importa quien haya muerto, solo quiere demonios para matar ángeles. Llevabas razón, esto no tiene sentido y hay que pararlo. - suspiró- a Lucifer no le importa cuantas familias haya roto, solo quiere luchar. 

Tristan suspiro al recordar a su amigo, asintiendo con la cabeza a la vez que las lagrimas brotaban de sus ojos y escuchando por enésima vez la voz de Samael pidiéndole perdón por haber hecho que Ross muriera. 

En el cielo , los ángeles se agolpaban intentando curarse, intentando buscar a sus familiares esperando que estuvieran vivos, mientras otros lloraban la perdida de sus seres queridos en la lucha. Castiel avanzó por el pasillo respirando fuertemente, mirando de un lado a otro, hasta que se encontró con la Elta Donnell con la cara triste y preocupada. 

- ¿Donde está? - preguntó el chico bastante preocupado 

- Ahí - señaló la chica sin quitar la tristeza de su cara y sus ojos. 

Castiel entró en la gran habitación blanca y lo vio. Vio a Ross tumbado boca abajo con sus grandes alas extendidas que ahora estaban desplumadas y grises debido a las manchas de humo. 

- ¿que dice el medico? - preguntó a la chica que ahora asomaba tras él 

- Está muy dañado pero se va poner bien ¿que ha pasado Castiel? - Castiel suspiró

- No lo se, todo fue un caos. Vi a Tristan y Ruby luchando, Tristan quería que Ruby levantara el campo que hacia no poder volar para salvar a Ross. Viendo que no lo conseguía les di un fuerte golpe y cayeron fuertemente hacia la tierra. Los ángeles volaron, Chuck dio la orden de retirada y ángeles pasaron rápidamente ante mis ojos, algunos demonios también. Una bola de fuego cruzó mi mirada hasta estamparse justo donde estaban todos y vi la nube de fuego expandirse. Sabia más o menos de su posición, estaba junto a Samael y me lancé a por él sacándolo. Todos los demás murieron 

- ¿Que hay de tristan? - dijo tristemente la chica, recordando que Nicole no le cogía el teléfono

- No lo se, no lo vi, y si no logró escapar... - Castiel se paró en secó encontrando la mirada de Ross , que había despertado hace apenas unos segundos, llenas de lágrimas. El creía profundamente que su amigo había muerto y al igual que Elta comenzó a llorar sintiendo el fuerte dolor de sus alas rotas en sus espaldas.