Cap. 24

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Narra Jaehyun.

—Gracias. —dije al último cliente para después dejar un silencio total. Se sentía tan solo no escuchar los cuchicheos de ______ y Eunwoo.

¿Por qué no has venido a trabajar?
Te descontaré el sueldo.
¿Eunwoo está enferma?
_______, si el viernes no llegan, están despedidas. Ambas.
Ya no las necesito aquí.
Encontré a un personal excelente.
¿Estás enferma?
¿Por qué no apareces aquí aún? 😡
Me estás haciendo enfadar, y tú no quieres que me enfade.

Volví a mirar mi celular por décima vez en el día como lo hacía durante estas dos semanas. Estaba preocupándome, hace dos semanas que no han venido a trabajar y no hay señales de ella y su mejor amiga. Ni siquiera contesta mis llamadas o mis mensajes, es tan estresante. Tal vez debió haberse enfadado por haberla rechazado... Pero no es para tanto.

—¿En la luna? —escuché decir a alguien. Levanté mi mirada para luego ver al mocoso sonriendo hacia mí.

—Ah... Hola. —digo decepcionado. Él me observó y luego a su alrededor. Tal vez este lugar no sea como su casa con muebles de oro y cosas así.

—Valió la pena convencer a mi madrastra para que no te encargará el lugar. —dijo con su sonrisa arrogante. Este mocoso ni vergüenza tiene.

—Claro que sí. —dije sonriendo hacia él. —La propiedad será de ella, pero mi local no.

—Mhm... —dice nada más. Él descaradamente tomó unos dulces del mostrador y comenzó a morderlos uno por uno. Seguramente no los pagará. —¿Cómo vas sin empleados?

—Supongo que bien. Desde que _______ y su mejor amiga desaparecieron ha sido un agradable lugar. —dije encogiendome de hombros. Es una gran mentira, quería que volviera al trabajo, no soportaba sentirme solo en este lugar.

—Si te agrada la soledad... —dijo tragándose el último dulce.

—¿Tú no deberías estar en la escuela? —pregunté con una ceja alzada. Pude observar como tragaba saliva... Lo he pillado.

—Hoy no tenía clases. —dijo evitando mi mirada. ¿Qué oculta el mocoso ricachón?

—Hoy no hay feriado. —dije observando el calendario. —¿Qué ocultas?

—Nada... —dijo. Él rápidamente se tocó el estómago para luego hacer muecas de dolor—Esos dulces me hicieron mal, ¿Donde está el baño?

—Mocoso, no me cambies el tema. ¿Qué ocultas? —pregunté pellizcando su brazo.

—¡Ah! ¿Qué ha-

—¿No me dirás qué ocultas? —pregunté. Él se agitaba para librarse, pero cada vez que se movía yo pellizcaba con más fuerzas. Ahora entiendo cómo terminó en el hospital cuando unos niños lo golpearon.

—¡Si! ¡Te lo diré! —dice gritando. Cuando lo solté simplemente me largué a reír. Tan débil. Él se tocaba el lugar afectado con delicadeza.

—Ya dilo. —dije sonriendo inocentemente, pero él me observó con enojo.

—Vengo de la casa de _______. Compré su casa porque la estaban vendiendo luego de que la embargaran. —dijo. Yo abrí mis ojos con asombro ante esa noticia. ¿Es posible que un mocoso pueda comprar una casa?

—¿Qué? —dije atónito. Imposible. Esa era la razón por la que no venía a trabajar y yo inventando tonteras sin sentido.

—¿No te lo dijo en su carta de renuncia? —preguntó de repente. Ahí fue cuando el foco se encendió, no las había leído. Y en respuesta me golpeé la frente. Qué estúpido soy. —que mal jefe.

—¿Y eso cuando fue? —pregunté. Él simplemente se encogió de hombros.


—Hace dos semanas más o menos. Ella y su mejor amiga se fueron a Bucheon, pero aún no sé dónde está su mamá. La he estado buscando por todos lados para darle la casa de vuelta. —dijo. Será descarado, mocoso ricachón.


—¿Bucheon? —pregunté sin poder analizar bien. Y yo enviándole mensajes absurdos e infantiles sobre el trabajo cuando lo único que quería era verla.

—Si. Mi madrastra le embargó la casa. Fue una amenaza... Ya sabes, los ricos no podemos estar con gente pobre. Sin ofender. —dijo. Se veía relajado, pero a él le gustaba _______.

—Ash... ¿Ahora qué hago? —dije tocando mi cabeza con mis manos en modo de frustración.

—No lo sé. ¿Esperar? ¡Oh! Ya me tengo que ir. Nos vemos. —dijo mirando su falso reloj. Antes de que se fuese lo agarré de su chaqueta.

—¿Sabes dónde vive? —pregunté desesperado. Él me observó extrañado, lo comprendo... Le dije que _______ no era importante para mí y ahora quería verla.

—No. Eso quería saberlo yo. —dice. Cuando lo suelto, el toma unos dulces y luego se va por la puerta dejándome con miles de preguntas en la mente. ¿Dónde está _______? ¿Cómo estará? ¿Por qué no lo dijo personalmente? ¿Por qué se largó sin decir nada? Me sentía desesperado luego de que el mocoso me dijera que se fue a Bucheon. Rápidamente tomé mi teléfono y marqué su número.

Lo sentimos-

—Rayos... —fue lo único que dije al ver que no contestaba.

_______.
Por favor.
Contesta.
Quiero verte.
¿Podemos hablar?
No me ignores, por favor.

No hubo respuesta. ¿Debería viajar a Bucheon? ¿Debería buscarla? Tal vez está enfadada y no quiere contestar. Todo es mi culpa... Me engañé a mi mismo luego de alejarla. Qué tonto fui... No debí haberlo hecho, debía haberle dicho la verdad. Lo que verdaderamente sentía por ella. Debe estar devastada luego de que la rechacé. No sabía que hacer exactamente. No podía simplemente viajar a Bucheon, me perdería con tan solo buscarla.

Tal vez el mocoso sabe dónde está y no quiere decirme. ¿Se habrá dado cuenta de mis sentimientos por ella? He sido muy arrogante delante de esos dos, ahora debe odiarme... Cuando la vea, juro que le diría todos mis sentimientos por ella. Rápidamente me dirigí a mi oficina y pude ver tres cartas. Una de ellas era distinta a las otras dos, y fue la primera en leer y tomar. Y asustado decidí leerla poco a poco, pero no quería quedarme con la duda respecto a todo lo que ha pasado...

Entre dos Bandos |Renjun, Jaehyun (NCT) & Tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora