Besos húmedos Joel dejaba en la espalda desnuda de Erick mientras lo embestia.
Hacerle el amor de una manera lenta era algo mágico. Disfrutar de gemido que salía de Erick era hermoso.
Observar como su espalda se arqueba cada ves que tocaba su próstata. Era genial ver como empuñaba sus puños cuando ya no podía contener el placer.
- eres hermoso- le dijo antes de que Erick se corriera en la cama.
Al sentir las paredes de Erick apretar su miembro en el caliente agujero también se corrió. Era delicioso hacerlo dentro de Erick.
Joel se acostó a la par de Erick quien se giró para quedar sobre el pecho del rizado.
- mañana no me voy a querer levantar- Erick sonrió y Joel acarició su cabello.
- no lo hagas, diré que estás enfermo- el rizado suspiró, tal vez ya estaba muy metido en esto.
- no, la verruga esa vendría a ver si es verdad, ella me odia aunque debo admitir que el odio es mutuo
Una risita salió de ambos. Joel asintió y besó el cabello de Erick.
- yo te podría acompañar, no la dejaría pasar y yo te daría todos los cuidados necesarios
Erick frunció el ceño y sonrió. Tal vez Joel no era tan malo.
- solo asumiré mi desgracia- hizo voz dramática.
- pues te acompañaré en tu desgracia- tomó la mano del pelinegro y la llevó a sus labios dejando un romántico beso en ella.
El corazón de Erick se detuvo, podía sentir su cuerpo temblar ante el tacto de los labios de Joel. Se puso nervioso y quitó su mano rápidamente para luego levantarse.
- necesito ir al baño- habló mientras caminaba al baño totalmente desnudo. Joel no reprochó, es más se deleitó disfrutando de el cuerpo del pelinegro desnudo.
Al llegar Erick se dejó caer en el frío suelo, le importó una mierda sentir el frío entrando en su cuerpo. Solo le importaba llorar.
Su vida era una mierda, no quería que Joel supiera nada de todo lo que alguna vez pasó. No quería arrastrar a Joel a su bajo mundo.
No quería que ya nadie saliera lastimado a causa de él o su familia. Por eso cuando su dos años se cumplieran no hablaría nunca más con Chris ni con nadie de aquí. Nadie más puede salir lastimado por él.
Las lágrimas del dolor e impotencia se hicieron presentes en sus mejillas. Un inevitable sollozo salió de él.
Su pecho se comprimía de dolor al recordar todo aquello que tuvo que pasar. Tuvo que ver personas que lo criaron morir por protegerlo.
Entre lágrimas y sollozos pudo distinguir unas manos rodeándole. Escuchó unos susurros de compasión pero él no merecía nada de aquello, él merecía sufrir por todas aquellas personas que él había lastimado.
- Erick, ya no llores, tranquilo, todo está bien- Joel, era inocente, él no sabía nada, si lo supiera se alejaría de inmediato.
Pobre chico inocente.
- tranquilo bebé- volvió a decir. Erick asintió e intentó levantarse pero no pudo entonces Joel le ayudó cargándolo.
Lo llevó hasta la cama y lo arropó como su nana lo hacía. Aquella mujer vieja y castaña. Pobre de ella también, ella murió por él también.
Sintió como la cama se hundía a su lado y sonrió al sentir los brazos de Joel en su cintura. Se sentía protegido por él pero solo mientras estaba en este lugar porque cuando saliera solo su padre podría protegerlo.
Tal vez esta noche dormiría bien.
(...)
Erick abrió los ojos. Joel estaba allí todavía, abrazándolo y con su cabeza metida en su cuello.
Sonrió sin querer y llevó su mano al cabello alborotado de Joel. Era suave a pesar de verse desarreglado.
Joel murmuró algo y se acomodó más en el cuello de Erick. El pelinegro negó divertido con la cabeza. El rizado parecía un bebé caprichoso.
- el desayuno- le susurró Erick en el oído.
Joel frunció el ceño aún dormido y negó para luego volver a murmurar algo intendible.
Erick negó ya frustrado y golpeó a Joel en la cabeza.
- ¡levantate!- gritó
Joel levantó la cabeza asustado y luego miró a Erick con expresión interrogatoria
- ¿qué mierda te pasa?- pregunto sobándose la cabeza
- no te levantabas- se encogió de hombros
- ¿así vas a ser todos los días cuando nos levantemos juntos?- le acusó
- ¿todos los días?- ahora Erick quien se mostró sorprendido
Joel quiso darme una palmada mental por ser tan estúpido. La había cagado.
- si... Juntos...- el color rojizo se hizo presente en su mejillas.
Sintió una mano posarse sobre la suya, subió la mirada y Erick le observaba con ojos brillantes.
- ¿me estás tratando de decir que...?- la voz del ojiverde se quebró
- si Erick, me gustas- el rizado no sabía las consecuencias de aquellas palabras.
Erick sollozó y negó, tal vez ambos se querían pero Joel lo rechazaría cuando se diera cuenta que él no es quien parece ser. Por eso su padre lo envió aquí.
Erick era un asesino. O eso le había hecho creer su padre.