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La tarde había llegado. Ellos todavía estaban enrollados en la cama.

Habían escuchado por el parlante que convocaban a todos abajo, en la sala.

Ninguno de los dos se quiso levantar. Prefirieron quedarse para darse mimos el uno al otro.

Joel acariciaba su cabello mientras Erick estaba recostado en el pecho del contrario.

Lo único que los cubría era la sabana del pelinegro.

- ¿piensas que mi padre en serio te haría algo?- preguntó Erick mirando hacia el armario del rizado.

Escuchó al rizado suspirar y luego sintió un beso en su hombro

- si lo hace no dejaré que sea fácil matarme. Mi vida no ha sido fácil y he aprendido a defenderme.

Erick negó con la cabeza, se giró para quedar de frente a Joel. Frunció su ceño y miró a Joel a los ojos.

- no dejaré que mi padre te toque. Si lo hace, yo mismo lo mataré.

Ahora fue Joel quien negó.

- bebé, no hay necesidad de eso. Yo le pondré fin a todo esto, por lo pronto debo decirte algo muy importante.

Erick no apartó la mirada para darle a entender que lo escuchaba.

- es algo de lo cual tu padre te ha hecho creer, algo que no es verdad- Joel acarició la mejilla del contrario el cual se acercó más para sentir el tacto más cerca- bebé, todas esas muertes que tuviste que ver, la de tu nana, el guardaespaldas e inclusive la de tu tía. No son culpa tuya, tú no tienes ningún cargo con todo eso, el único culpable es tu padre.

Erick no dijo más solo se levantó y buscó ropa rápidamente. No miró a Joel en ningún momento.

- ¿qué haces? ¿A dónde vas?- preguntó el rizado confundido.

- nadie va a tocar a la única persona que en verdad quiero y que no está muerta- habló antes de salir de la habitación.

Joel se paró rápidamente para salir de la habitación.

- ¡Erick!- gritó. Algunos chicos que estaban en los pasillos abrieron sus ojos al máximo al verlo desnudo- ¡Erick!- gritó de nuevo.

Erick al fin volteó y al verlo desnudo afuera también abrió mucho sus ojos.

Corrió hacia él rápidamente para verlo demasiado enojado.

- entra, ¿cómo se te ocurre estar así afuera?, ¡estás desnudo Joel, por Dios! ¡Todos eso ingratos te vieron así! ¡¿En qué estás pensando?!- gritó

- no quiero que vayas donde tu padre, ¡no quiero que nada te pase!- gritó también

- ¡no me pasará nada! Es mi padre Joel- caminó hacia afuera sin importar nada.

Salió por la puerta principal recibiendo la mirada del guardia.

- ¿qué?- le preguntó irritado- ¡¿qué miras pinche idiota?!- gritó.

El hombre solo giró su vista hacia otro lado. Erick caminó al parking del internado.

Se subió a su auto. Manejó por la calle a alta velocidad. Debía aclarar si mente. Manejar a esa velocidad lo relajaba.

Llegó al edificio. Entró y pasó por la oficina del fondo. La mujer al verlo se levantó rápido.

- Señorito Colón, su padre está...

- ¿acaso te he preguntado algo? ¡Sigue trabajando que para eso te pagan!- gritó ya irritado.

Digamos que el pelinegro no tenía el mejor humor ahorita. No cuando amenazaban a Joel de muerte o cuando se dio cuenta que su padre le mintió toda su desgraciada existencia.

Se dirigió a la oficina. Abrió la puerta con fuerza. La mirada de su padre y la de dos hombre se dirigieron a él.

- Erick... ¿Qué haces aquí?- preguntó su padre levantándose de la silla.

- ustedes dos afuera- ordenó el pelinegro. Los dos hombres se vieron el uno al otro para luego ver al señor Colón- ¡ahora! ¡Es que acaso no hable?! ¡Dije afuera!

Los hombre solo asistieron y salieron de la oficina rápidamente.

-¿qué haces....?

- ¡eres un hijo de puta! ¡Amenazaste a mi novio y me mentiste toda mi vida!- gritó para luego tirar todas las cosas que estaban en el escritorio.

- Erick cálmate- pidió el hombre.

- ¡me voy a calmar cuando estés dos metros bajo tierra! ¡Ustedes los padres son una mierda existencial! ¡Solo sirven para joder la vida de uno! ¡Si no quería que existiera por lo menos debiste decírmelo!

- bien, tu madre nunca te quiso y yo tampoco pero... ¡Yo no te mandé a matar!

- ¡si lo hiciste! ¡Querías matarme! ¡Te odio! ¡Debiste mardarme a otro lugar para no verme, por ti perdí a personas que si me querían!

- ¡eso hice! ¡Te mandé lejos! ¡Por eso estás donde estás!

- ¡cállate no quiero escucharte! ¡Desde ahora en adelante tú y mi madre no existen! ¡Todos los presidentes del Gobierno son una mierda y tú... No eres la excepción!

Sin más el pelinegro se dirigió hacia la puerta. Antes de irte le dijo unas ultimas palabras a su padre.

- para mañana ya estarás muerto. Así que haz feliz a tu amante esta noche porque será la última.






Capítulo inspirado en mi vida. Mi relación con mi madre.

Pure Sex [Joerick]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora