O2. Cuddling.

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—¡Bakugou! ¡Vamos, deja eso!

—¡Cierra la maldita boca, idiota!

—Vaya... Bakugou está enojado de nuevo, eh.

Kirishima oyó el comentario de su amiga Ashido y asintió suavemente, observando con preocupación al rubio, quien continuaba practicando en la zona más alta del salón Gamma creada por Cementoss. La mayoría de sus compañeros ya se habían retirado a sus respectivas habitaciones, pues ese día a la clase 1-A le tocó cerrar el cronograma con sus prácticas en ese inmenso lugar, así que de ahí tocaba una ducha y a dormir.

Sin embargo, después de que Bakugou casi lastima a All Might con los escombros creados por una de sus explosiones y fue Midoriya quien salvó al ex héroe, el rubio parecía mucho más intenso y menos cuidadoso, eligiendo una zona apartada de sus compañeros y continuando con las prácticas de su nuevo ataque.

Ashido se despidió del pelirrojo después de que ambos hablaron ligeramente y luego eran sólo Kirishima y Bakugou.

—Amigo... En serio te estás pasando, sabes que exigirse demasiado tampoco es bueno.

—¡Deja de hablar, maldita sea! Si tanto te importa irte entonces lárgate sin mí, no recuerdo haberte pedido que te quedes a esperarme, estúpido pelos de mierda.

Kirishima suspiró resignado cuando el rubio le gritó y luego siguió en lo suyo. Era cierto, nadie le pidió directamente que se quede como un cuidador de su mejor amigo, pero de algún modo, ahora que dormían uno al lado del otro, le gustaba irse a acostar a la par de Bakugou y de vez en cuando entrar a la habitación del otro para charlar o pasar el rato antes de que el rubio se vaya o lo bote, lo que suceda primero.

Sin embargo, ese día Bakugou mostraba una gran frustración bastante obvia por los nuevos movimientos de Midoriya y por haber puesto en peligro a su héroe, pero aún así Kirishima sabía que no era recomendable que se exigiera de esa forma; por ello, agradeció cuando Aizawa se acercó a ambos y le ordenó al rubio que se detenga.

Kirishima caminó detrás del enojado Bakugou todo el camino e incluso durante el tiempo que se tomaron para cenar y luego bañarse, tratando constantemente de no separarse de su lado, notando así que por momentos los brazos del rubio temblaban como si sus músculos le exigieran un descanso. No podía evitar sentirse instintivamente preocupado, por lo que apenas se vieron ya listos para cada uno entrar a su habitación, el pelirrojo no se aguantó de preguntar al respecto.

—¿Hah? ¿Mis brazos? —Bakugou reaccionó tan rápido y a la defensiva como siempre—. ¿Por qué te importa esa mierda? Es mi problema, idiota.

—Pero hoy te exigiste demasiado con la nueva técnica, ¿no? Y... ¿Usas alguna crema o algo?

—Si usara una maldita crema podría afectar mis explosiones, ¿crees que soy un jodido idiota o qué?

—Vamos, no quise decir eso —Kirishima suspiró—. Pero entonces, ¿qué haces?

—¿Por qué te importa?

—Quiero saber, cielos... Esa vez que tú y Midoriya se enfrentaron a All Might, pasó algo parecido, ¿no?

—¡Deja de recordar esa jodida mierda, estúpido!

Bakugou estuvo a punto de dar un paso hacia él y levantó su mano en señal de amenaza, pero ambos captaron el segundo exacto en el que los músculos de ese brazo temblaron y el movimiento del rubio fue bastante torpe. Kirishima hizo un gesto de preocupación y el rubio sólo suspiró fastidiado, abriendo su puerta y manteniéndola de esa forma, lo que el pelirrojo reconocía como una invitación a que entrara también.

30 things with you. | Kirishima Eijirou x Bakugou KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora