Kirishima suspiró al analizar la situación en la que se encontraba. Bakugou frente a él se había sentado de modo indio con las piernas cruzadas en el colchón y mirándolo fijamente, mientras él parecía estar pidiendo una eterna disculpa, apoyando sus rodillas en la cama y sus manos sobre sus muslos, suspirando por milésima vez.
—Hazlo de una jodida vez, idiota de mierda.
—S-Sí.
Se inclinó hacia adelante y Bakugou ladeó la cabeza en respuesta. La expresión del rubio era serena y calmada, sin embargo, el más nervioso y ansioso con la situación vendría siendo el pelirrojo, quien con sólo estar cerca del cuello ajeno tembló y se encogió de nuevo, sin conseguir hacer absolutamente nada.
—¡No! ¡No puedo hacerlo!
—¡Idiota! —Bakugou gritó mientras una vena inflamada se dejaba ver en su frente—, ¡Te estoy diciendo que me muerdas de una maldita vez!
—¡No puedo hacerlo! ¡De verdad!
—Kirishima...
El mencionado se encogió aún más antes de que Bakugou lo tomaba con fuerza del cuello de su remera y lo jalaba para acercarlo. Kirishima empezó a sudar frío cuando la mano del rubio se acercó a su rostro y fue capaz de oír los dedos ajenos tronar, listos para crear una explosión en cualquier momento. Bakugou estaba molesto, o más que nada, bastante frustrado.
—¡Te he dicho que lo hagas de una maldita vez! ¡No es tan jodidamente difícil!
—¡Pe-Pero... ¡No puedo! —Lagrimas masculinas escapaban de sus ojos—, no lo entiendes, Bakugou, si me imagino mordiéndote y lastimándote con mis dientes sólo no puedo... ¡No quiero hacerte daño!
—¡Que no me harás daño, maldición! ¡No soy una jodida chica o un idiota débil que se pondrá a llorar con unas mordidas!
—¡Pero mis dientes son...!
—¡Me importa un carajo! ¡Tienes que morderme, pelos de mierda!
—¡No puedoooo!
—Si serás un...
Kirishima cerró los ojos, preparado para la siguiente explosión que pronto iría directo a su rostro, sin embargo, incluso aunque su quirk estuvo a punto de manifestarse para protegerse a sí mismo, Bakugou lo soltó de un momento a otro y pronto se volvió a sentar en la cama, suspirando con resignación. Kirishima abrió los ojos y lo miró preocupado, el rubio parecía realmente interesado en que él lo mordiera, y todo se debía al estado en que estaban llevando su relación hasta ese momento.
Él sabía que lo que ambos tenían era muy especial. Lo entendió desde que fue capaz de ser esa mano que rescató a Bakugou, y de lo bien y completo que se sintió cuando sucedió, después del accidente de Kamino ocurrieron muchísimas más cosas, situaciones que los llevaban a ser más y más cercanos, hasta que un beso dio inicio a un nuevo avance en su relación.
Desde entonces, él y Bakugou eran un constante tira-y-afloja para todo. Ni siquiera asumían roles permanentes que llevaran al otro a sentirse más débil o inferior en la relación, por el contrario, cada actividad nueva trataban de hacerla de dos maneras distintas para disfrutarla por completo, y sólo después se decidía de qué modo les gustaba más. Y estaba bien, Kirishima se sentía cómodo con Bakugou comunicándose a su manera y él estaba feliz de decirle a Bakugou todo lo que pensaba.
Sin embargo, mientras más avanzaba el tiempo y más personas conocían, Bakugou se fue volviendo un chico muy posesivo. El rubio no era celoso ni nada parecido, pero sí disfrutaba de marcar a Kirishima en distintas zonas que lo sonrojen o pongan en aprietos cuando use su traje, inventándose que se trataba de su quirk, del entrenamiento o que se había caído y arañado o raspado en esos lugares. Incluso el rubio sonreía orgulloso cuando Kirishima trataba de cubrir con crema alguna de sus mordidas en su espalda baja.
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30 things with you. | Kirishima Eijirou x Bakugou Katsuki
Hayran KurguConjunto de drabbles y/o one-shots como mi aporte a la actividad del grupo "KiriBaku/Bakushima (KIRISHIMAXBAKUGOU)". 30 días de Kiribaku es un divertido challenge donde, por cada día, se designa una respectiva temática/situación en la que debes colo...