O4. On a date.

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—Woah, ¿seguro que no puedo pasar a tu casa hoy, Bakugou?

—Te he dicho que no, pelos de mierda, deja de insistir o te mataré.

—Bueno... Lo siento.

Kirishima sólo sonrió con debida resignación cuando Bakugou se despidió de él en la entrada de la enorme casa de los Bakugou. Él ya había entrado en una gran cantidad de oportunidades, pero por alguna extraña razón el rubio se estaba comportando extraño esa noche, incluso lo detuvo antes de que, por inercia, Kirishima camine hasta la puerta de entrada principal.

Ese día había sido muy bueno, los chicos de su clase los invitaron a la piscina de la academia y la pasaron bastante bien juntos, claro, hasta que fueron detenidos por el tiempo límite y tuvieron que ir cada uno a su casa. Kirishima y Bakugou después de eso fueron a una tienda de videojuegos a ver algunos estrenos y caminaron largas distancias sin ningún destino fijo, sólo avanzando mientras Kirishima hablaba de lo mucho que se había divertido y Bakugou soltaba uno que otro comentario ocasional que hacía sonreír al pelirrojo, confirmando la atención que el rubio le prestaba.

Pero entonces sucedía esto, Bakugou no lo dejaba entrar, y él se recordaba a sí mismo que aún le faltaba comprender muchas cosas sobre el rubio y esos repentinos cambios de humor en donde simplemente ni siquiera quería verlo o no deseaba que ingrese a su casa. Sin embargo, Kirishima se mentalizó en que lo más seguro era que fuera algo simple y que él estuviera teniendo demasiados pensamientos injustificados, así que sólo sonrió y asintió.

—Bueno, me voy yendo.

—Sí, sí —Bakugou se dio la vuelta para empezar a caminar hasta su casa, cuando un par de sombras escondidas, que observaban todo desde la puerta entre-abierta, captaron su atención—. Mierda...

—¡Kirishima-kuuuuun!

Kirishima inclinó la cabeza hacía un lado para ver detrás de su amigo, observando a los dos padres del rubio parados en la puerta. Bakugou chasqueó la lengua exageradamente y llevó una de sus manos a su rostro, aun dándole la espalda al pelirrojo, quien saludó alegremente a los señores.

—¡Hey! ¡Mitsuki-san! ¡Masaru-san!

—Cariño, ¿por qué no te quedas a cenar?

—Oh... —Kirishima le dio una mirada a Bakugou y sonrió suavemente, imaginando lo molesto que debía estar el rubio para ese punto—. No, no se preocupe, ya debo irme. Un placer verlos.

—Es una pena —Mitsuki llevó una de sus manos a su rostro, suspirando—. Yo que quería saber cómo les fue en su cita.

—¿Cita? —preguntó Kirishima

—¡Maldita vieja de mierda! ¡Te he dicho que esto no es una jodida cita! —Y sí, Bakugou explotó.

—¡A mí no me gritas de esa forma, bastardo! ¡Respeta a tu madre y deja de ser un maldito Tsundere, mocoso estúpido!

—A-Amor... Hijo... ¿Por qué no nos cal...

—¡Cierra la puta boca, vieja bruja! ¡No te metas en mis asuntos!

—¡Tengo que hacerlo si quiero que dejes de tratar mal a Kirishima-kun! ¡Sé un maldito hombre y actúa valientemente, idiota! ¡No te tuve en mi vientre por nueve malditos meses para que nazca un cobarde de ahí!

—¡Joder! ¡Ya cállate!

Bakugou y Mitsuki continuaron gritándose por varios minutos más, mientras Masaru se disculpaba con Kirishima una y otra vez. Incluso a una distancia prudente, Kirishima fue capaz de responderle que no debía preocuparse, ese tipo de situaciones no le molestaban.

30 things with you. | Kirishima Eijirou x Bakugou KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora