30 things with you. | Kirishima Eijirou x Bakugou Katsuki

25. Gazing into each others' eyes.

—¡Agh! ¡Perdí también!

Una tarde de descanso para la clase 1-A se había convertido en alguna especie de reto de vida o muerte, o incluso algo peor. Uno de ellos —ya ni siquiera recordaban quien— mencionó un vídeo del reto de miradas que había encontrado en alguna página. A todos les dio tanta curiosidad la dificultad de mirar a alguien a los ojos que terminaron jugándolo, pero ahora, con los ojos rojos, con pequeños lágrimas o picándoles, varios habían perdido ante la asombrosa Ashido Mina, quien derrotó a la mayoría, incapaces de resistir su oscura e intensa mirada.

—Es normal —respondió Tokoyami—, incluso para mí fue imposible ganarle.

—No es tan difícil —presumió la pelirrosa, sonriendo emocionada y estirando sus brazos en señal de victoria—, no sé la razón, pero mis ojos parecen durar mucho tiempo abiertos.

Debido a la gran variedad de quirks, fue una regla no usar ninguno para que el juego sea completamente justo, pero Midoriya empezaba a dudar de ello, pues quizás la enorme capacidad de su amiga se debía a algún efecto secundario que tuvo el quirk en ella, así como su color de piel o el oscurecer sus escleróticas de esa forma.

Esta vez fue Todoroki quien se sentó frente a ella y, por otro lado, iniciaron otro juego de miradas entre Sero y Yaoyorozu, tratando de buscar un segundo puesto en ello, pues era más que obvio que Ashido obtendría el primer lugar.

—Todoroki-kun también fue derrotado por ella...

—Cielos... Quién lo diría.

Aunque el mencionado no se esforzó tanto como Kaminari lo había hecho, perdió con bastante facilidad, Ashido ni siquiera hacía ningún gesto extraño o expresión como para hacerlo reír, simplemente sus ojos se cansaban y terminaban pestañeando por necesidad. Incluso intentaron hacer trampa, pero la chica se concentraba tanto en ello que aunque le hacían todo tipo de bromas, jamás sonreiría ni movía ni un músculo hasta que hubiera ganado.

—¡Le toca a Bakugou!

El rubio mencionado era arrastrado al juego por Kaminari y Sero, quienes, bastante acostumbrado a su explosivo carácter, ignoraban sus quejas y amenazas, guiándolo hasta que terminara sentado frente a la pelirrosa. Ashido lo observó con una sonrisa emocionada, como si hubiera esperado por mucho tiempo porque ese momento llegue.

—¿Listo para perder, Bakugou?

—Já, ¿Me estás sumando a este grupo de inútiles? No perderé contra alguien como tú, ojos de mapache.

Motivado por la competencia, el rubio se acomodó en el suelo y se preparó para su turno, mientras Ashido lo observaba ya lista para jugar. Una vez dio inicio, varios de sus amigos esperaban que sucediera el milagro de la noche y que el rubio fuera capaz de derrotar a la chica, sin embargo, Bakugou parecía perder la paciencia con bastante facilidad, y sus ojos no tardaron en tensarse, poniendo presión en sus párpados para que no se cierren.

—Vas a perder, maldita —alegaba el rubio, sin embargo, su expresión y desesperación decía todo lo contrario. Mientras Ashido se encontraba tal y como cuando había empezado a jugar.

Los demás ya daban por perdido el juego, sin embargo, pasó algo que absolutamente nadie se esperó. Ashido pestañeó antes de que los ojos de Bakugou lagrimeen por la intensidad y desesperación con la que los tenía abiertos, dando por concluida esa ronda y dejando a Bakugou como el ganador.

—¡¿Qué?! ¡¿Cómo rayos?! —Mineta se dirigió a ambos y la chica se encogió de hombros.

—¿Qué puedo hacer? Supongo que estaba cansada después de tantas rondas —Ashido se levantó del suelo y se estiró—. He jugado con la mayoría y mis ojos ya no podían más. Perdí, ahora Bakugou está a la cabeza.