Antes de volver a casa tienen que regresar a la normalidad la vida que habían alterado a aquellas dos personas hace tanto tiempo.Cogieron el bus de regreso a el apartamento, durante el camino ninguna de las dos habló sobre el tema. Más bien no se dirigieron palabra, la mente de Meredith divagaba en como se tomarían el regreso tan temprano de ellas dos y en ninguna de las opciones Zeus se lo tomaba muy bien y la desintegraba con el rayo sin dudarlo un segundo. Eso le provocaba una sensación de no querer volver, pero era lo que debía hacer .
El pecho le comienza a doler, poco a poco va aumentando originado muecas de dolor en el rostro de Meredith, eso preocupa a Eris, la cual la llamaba pero ella no reaccionaba. Por un instante Meredith vio como el mundo se detenía ante sus ojos y volvía a la normalidad en un instante.
Agitó la cabeza para despejarse, Eris le mira con preocupación.
-¿Estás bien? -
- Si, solo estoy agotada y la vista me pasa una mala jugada . -
Eso no convence mucho a Eris pero quiere evitar que se cierre en banda a ella, ya que no es la primera vez que eso ocurre produciendo graves problemas.
Una vez llegaron a aquel piso abrieron la puerta con desgana, no querían tener que despedirse de ellos, se había portado tan bien con ellas dos. También tiene que ver que les han hecho creer que son sus adoradas hijas que tragicamente nunca tuvieron , aún que era lo que más deseaban en este universo.
Entraron con pesadez, se encontraron a sus supuestos padres sentados en el sofá hablando. Cuando las vieron sonrieron les preguntaron que tal el día y demás preguntas típicas de los padres . Amabas contestaron con desgana, no querían que eso acabase, pero estaban en peligro y no podían arriesgarse a que les hicieran algo malo.
Lo que pasó después de esa charla es casi indescriptible. Ambos se quedaron como en trance, una voz suave les susurraba al oído que todo había sido un largo sueño y que para despertarse tenían que volver a dormir. Sin pensarlo dos veces fueron hacia la cama y durmieron.
Con velocidad se dispusieron a guardar todo lo que deseaban conservar en unas cajas, que había en cada cuarto las cuales habían sido alteradas para que todo lo que quisieran entrara ahí. Poco a poco ambas habitaciones se iban vaciando.
Eris fue a la habitación de Meredith para ver como iba. Las lágrimas discurrían por sus mejillas , ya que era la única madre que había tenido y los únicos recuerdos normales que tenía y no quería dejar eso, un sollozo escapó de sus labios alertando a Eris.
- ¿ Todo Bien? -
- Si, solo que voy a hechar de menos ser alguien completamente normal y tener unos padres que su máxima preocupación sea que tengamos todo lo que necesitemos. -
-Estarán bien, Hécate debe de estar por llegar, ella acabará con la farsa y solo será un bonito sueño. -
Una luz brillante inunda momentáneamente la estancia de ella sale una joven que no aparenta más de treinta años pero tiene tantos que no hay tarta donde entren las velas. Desprendía un aura mágica y de misterio.
- Eris tiene razón, solo será un pequeño sueño que lo recordarán durante un tiempo y olvidarán en una semana o menos. -
- Hécate espero que no te presente ningún problema ni molestia.-
Ella solo sonríe hacia Meredith y se dirige hacia el cuarto de los padres. Oyeron la puerta de la habitación abrirse y cerrarse. Esa era la señal, había llegado el momento de decir adiós a esa vida.
Meredith y Eris recorrieron la casa por última vez. Hécate las esperaba en el salón con una sonrisa triste.
- ¿Listas?-
Ambas asintieron a la vez. Con un solo movimiento todo lo relacionado con ellas desapareció. Las cajas se desvanecieron pero sabían que estaban a salvo.
Una duda asalto la mente de Meredith
- Hécate, ¿Que pasa con la gente que nos conoce? -
- Seréis borradas de todas las mentes donde habéis sido impuestas como recuerdos. - Meredith la mira con esperanzas - Si pequeña vuestros amigos seguirán recordando todo y los tendremos vigilados por precaución. -
Un suspiro de alivio salió de los labios de Meredith seguido de una amplia sonrisa. Eso significa que algún día podría volver a estar con sus amigos pero de momento necesitaba darles espacio y volver a la rutina de toda una vida.
Una potente luz salió de Hécate, Eris y Meredith se agarraron del cada brazo de ella y las tres desaparecieron.
Cuando la luz se extinguió del todo. Robert y María a se levantaron de la cama algo confundidos pero cuando vieron la hora dedujeron que se habían dormido porque estaban agotados del trabajo y se dispusieron a hacer la cena para cenar como si nunca hubiera pasado nada.
Mientras esto ocurría las tres llegaban a las puertas del Olimpo. Hécate se despidió con una sonrisa y se desvaneció ante ellas.
Meredith miro al partenon olímpico y luego miro a Eris. Sabía que ahí arriba estaban reunidos ahora mismo los doce dioses olímpicos esperando su llegada.
Eris atravesó el portón sin problemas, mostrando su verdadero aspecto. Su piel era más pálida, su pelo más largo y negro como el carbón, mientras que sus ojos obtenían un ligero tono dorado alrededor del iris que generaba un gran contraste con sus ojos negros como la noche. La ropa había sido remplazada por un largo vestido negro con unas hermosas sandalias plateadas . Meredith sabía de sobra que tan pronto como pudiera Eris se pondría unos pantalones largos y botas para estar infinitamente más cómoda.
Meredith era la siguiente en pasar el portón. Tomó una gran bocanada de aire y atravesó el portón. Su tono de piel permaneció exactamente igual, mientras que su pelo lacio adquirió unas ondas permanetes, un mechón del lado derecho de su cabeza se volvió azul turquesa. La ropa era totalmente opuesta a la de Eris. Ella llevaba unos pantalones cortos negros con un cinturón también negro, un top azul oscuro ajustado dejando ver su abdomen plano, un tatuaje de un tridente en su brazo izquierdo y unas botas altas negras con estilo militar.
Eris la miró con odio. Meredith solo sonrió y ambas se dirigieron hacia el partenon del Olimpo.Durante el trayecto muchos habitantes del olimpo las miraban pero ninguna de las dos le dío demasiada importancia.
Tras caminar un buen rato se encontraban delante de la puerta donde estaban reunidos. La puerta se abrió sola y ambas entraron a la vez. Doce pares de ojos estaban viéndolas fijarmente y unos cuantos no parecían estar muy contentos con su regreso a casa, Meredith sin poder resistirse dice.
- Hemos vuelto familia, espero que nos echarais muuuucho de menos -
Esto produjo una carcajada en Eris y alguna sonrisilla en Apolo y Hermes. Los cuales pensaban.
* Esto va a ser muy divertido*
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La verdad que oculta el océano
FantasyMeredith una joven de no más de veinte años oculta un enorme secreto, el cual se verá comprometido cuando intente proteger aquello que más valora en este mundo, la amistad. No todo es lo que parece y la gente oculta más de lo que uno llega a creer...