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Caminaba lentamente mientras entrelazaba sus dedos y buscaba el camino de regreso a donde su hermana.

Muy temprano en la mañana Mabel se había levantado como todos los días, se despidió de su tío y salió de aquella vieja cabaña, se dirigió hacia el camino que la llevaba siempre a la ciudad, pero esta vez se detuvo detrás de un árbol y espero pacientemente hasta que su tío saliera del lugar en busca de troncos para la leña.
Cuando lo vio salir, suspiró aliviada pero continuo detrás de aquel árbol dando un tiempo para que su tío se alejara o en el caso de haber olvidado algo, regresará y aún encontrará a su hermano en el hogar.

Cuando fue el momento, corrió hasta la puerta y la abrió encontrándose con su hermano ya listo para salir, le sonrió y le tomo la mano, notando que está temblaba a pesar de que el castaño intentaba parecer calmado.

Todo estará bien

Jalo de su mano y hecho a correr con Dipper detrás, mientras reía y seguía corriendo sin mirar el camino, tantos años recorriendo aquel sendero le permitía darse aquel lujo, conocía cada piedra, hoja o rama que se encontraba en el suelo, cada árbol, cada forma y cada olor que estos desprendían.
Mientras tanto el castaño, sentía que su corazón se saldría en cualquier minuto, estaba emocionado, pero también horrorizado, intentaba mantener el paso de su gemela mientras intentaba no tropezarse con algo en el piso y porovocar una caída estrepitosa.

Mientras mas avanzaban el castaño noto el cambio de vista, donde ellos vivían la mayoría de árboles estaban secos, muy pocos desbordaban vida y siempre estaba nublado, pero entre mas alejados de la cabaña estaban, más árboles verdes y luz del sol aparecía en su camino, mirando el cambio del lugar el castaño decidió sólo cerrar los ojos dejándose llevar por su hermana, sintiendo el aire que rozaba sus mejillas y riendo por lo bajo, como un niño que acababa de hacer una travesura, aunque salir de su hogar, ya era una en si.

Un golpe y un quejido le parte de su hermana le avisaron que había llegado a tan anhelado lugar, abrió los ojos cuando sintió que la mano de Mabel dejaba la suya y miro al frente observandola sonreir y con los brazos bien abiertos.

— Dipper, bienvenido seas al Reino de Gravity Falls — la castaña dio saltitos y una pequeña vuelta en su lugar mientras decía eso, el castaño sólo miraba con asombro todo lo que le rodeaba.

De nuevo su mano fue jalada y una vez mas corria detrás de su hermana, mirando a las personas a su alrededor, los colores, los puestos y casas que habían en aquel lugar donde había abundancia.

En tonces por que ellos no podía vivir así

Siempre habían estado limitados, ocultos en medio de un bosque que lo único que les daba era leña para no morir de frío...era tiempo de vivir mejor.

El castaño no se dio cuenta de que momento habían llegado a un establecimiento que tenía unos grandes ventanales que dejaban ver el interior del lugar, estantes y mesas donde había canastas donde se colocaban todo tipo de gemas, varias mujeres que llevaban sacos en sus espaldas y a su hermana hablando con una de las mujeres dentro de aquel lugar señalando hacia donde él se encontraba pero la mujer sólo señalaba hacia otro lugar y le entregaba un mandil y la empujaba para que empezará a caminar y comenzará con ss deberes y desapareciera del campo de visión del castaño.

Empezando a jugar con sus dedos, Dipper veía como su hermana iba a y venía en aquel lugar, de vez en cuando volteando hacia donde él se encontraba mientras continuaba trabajando inspeccionando algunas de las gemas y llendo a cargar los costales, después de un rato el castaño se aburrió de sólo mirar por la ventana y empezó a caminar hacia la puerta con intenciones de entrar y hablar con su hermana sobre volver a casa, pero la gente que pasaba por la puerta y a su alrededor lo empujaban cada vez más lejos de aquella estructura.

Primero habían sido los choques con algunas personas, luego una mujer que le pidió ayuda para cargar su mandado, y después fue su distracción ante los diferentes objetos que se empezó a encontrar, provocando que se alejara más y más hasta que se encontró en medio del pueblo entrelazado sus dedos y caminando lentamente buscando algo que le indicará hacia donde estaba su hermana.

Pero era más que claro que se encontraba perdido.

No se atrevía a hablar con los demás, no sabía que decirles, ni siquiera sabía con exactitud donde estaba, sólo continuó caminado en dirección contraria a donde ella se encontraba.

Dejo de jugar con sus dedos para abrazarse a si mismo para intentar ignorar su estómago que le pedía comida, a pesar de lo poco que está acostumbrado a ingerir, le era lo suficiente para mantener su estómago en paz, pero en ese día no había consumido ni siquiera la porción que tomaba en el desayuno, era demasiada la emosion que sentía que había olvidado por completo que debía hacerlo, pasaba por diferentes lugares donde algunos provocaban que su estómago doliera más por el delicioso aroma a comida.

Pero si algo sabía gracias a su tío, era que todo tenía un predio y él no tenía nada con que pagarlo a excepción de aquella gema color azul y el medallón que siempre colgaba de su cuello, alguno de ellos tenía que tener algún valor.

Camino hasta un hombre que se encontraba en el piso y que sobre el piso tenía diversas gemas parecidas a la que él cargaba en el bolsillo de su pantalón, pero en lugar de ofrecerla se colocó en cuclillas observando como cada una de ellas tenían un color diferente que a simple vista no podría apreciarse, pero él lo hacía.

— ¿Algo especial para alguien especial muchacho? — la voz de aquel vendedor lo hizo salir de su pequeño trance mientras volteaba verlo con un pequeño rubor en la mejillas

E-en...en realidad no señor...sólo que me parecieron muy hermosas y quise mirar más de cerca...tienen un color particular — extendió su mano tomando una de las que tenían un color verde claro mientras volvía a ponerla a contra luz y la miraba maravillado mientras aquel hombre sólo lo veía curioso por la actitud que tenía, en realidad...nadie pensaba que eran hermosas, sólo eran un desperdicio y probablemte el chico era un forastero que no sabía lo que eran, y podría venderlas a un pobre ingenuo.

Pues que bien que te gusten, son piedras preciosas que rara vez son vistas en este pueblo, puedo venderte algunas por un bajo precioso sólo porque has sabido apreciarlas —  le hablo con una sonrisa mientras un pequeño brillo del mismo color de aquella piedra se alcanzaba a ver ligeramente en los ojos del castaño, pero este negó ante lo dicho por el vendedor

Lo siento...Pero no tengo dinero...yo esperaba que usted pudiera comprar una gema de color azul que tengo yo... — el hombre fruncio el seño y negó

Muchacho si no logró vender ninguna de estas, ¿crees que tengo dinero para comprar la tuya? Deja eso en su lugar y vete de este lugar que no dejas que alguien más vea lo que vendo, ¡¡alejate!! — el castaño cayó hacia atrás soltando la gema, el hombre la tomo y Dipper se levantó y empezó a caminar de nuevo.

Colocó de vuelta la gema que habían sido tomada y se sentó en su lugar de nuevo, pero poco después noto que de aquella gema brotaba un tallo que después se volvió una flor, el hombre estaba sorprendido y las personas que pasan y visto aquello lo estuvieron igual, acercándose a comprar aquello que el hombre veía, era un suceso extraño y que nadie comprendía lo que sucedía, a excepción de unos ojo a curiosos que dirigieron sus pasos en busca del chico castaño.



Eres extraordinario.

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