Capítulo 4: Percy necesita chequear su radar gay

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POV Percy:

Al llegar al campamento, vi a Drew pelearse con una hija de Atenea. Fui a la cabaña tres y encontré el horario:

¿Me extrañaste?

Abajo algo había estado escrito, pero estaba borrado. Busqué a Tyson y fui preguntando por todas partes. Alguien (con quién no fue muy bonito encontrarme, Clarisse) me dijo:

—Estaba en las forjas de Arte y Manualidades, zopenco.

Corrí medio campamento y cuando llegué, me escondí detrás de unos arbustos y la vi parada en frente del taller. Alguien apareció tosiendo... Nico-el muy testarudo que quiere viajar por las sombras-Di Angelo. No pude escuchar nada, pero vi a Aqua señalar a las chicas que se peleaban. Luego vi que fueron a la cabaña de Hades. ¿Qué va a hacer mi hermana en la cabaña del hijo del no muy querido tío Hades?

Hace horas que están ahí adentro y no salen... Me estoy comenzando a asustar.

—¡Bu! —me asustó Annabeth por detrás y preguntó: —¿Qué pasa?

—Hace horas que lleva encerrada con Di Angelo, ahí dentro —dije señalando la cabaña de Hades.

—Percy, apenas ha pasado una hora desde que llegamos.

—THDA, Annie —. Siempre culpo al THDA...

—¿Crees que se le subieron los humos al enterarse que publicaron tus manuscritos y no los de ella?

—No lo creo. Ella no habla mucho de eso.

—¿Se lo vas a decir?

—Después de que despedace vivo a Di Angelo.

—Sí sabes que si muere será igual, ¿no? Es rey de los fantasmas y es hijo del dios del Inframundo.

La miré con cara de pocos amigos.

—Creo que si tanto le importa eso de que no publicaron su manuscrito le diré a Riordan que publique el de ella también.

—Bueno... si me necesitas voy a estar en mi cabaña.

—Sí, claro, adiós.

Después de esperarla durante cuatro horas (creo), me quedé semi-dormido.

Tyson me despertó completamente y me preguntó por nuestra hermana.

—Lleva encerrada con Di Angelo en su cabaña —dije con cara de tiburón.

En la mano él llevaba una espada de bronce celestial y el me dijo que la había reparado, que era de Aqua.

—¡Perfecto! —dije. —Préstamela. La usaré para entrar en la cabaña y se la devolveré.

Él me la dio y entré de un portazo a la cabaña.

—A los Campos del Castigo —dijo mi hermana.

—Alguien está entrando —dijo Di Angelo asustadizo.

Escuché que unas cosas se caían y escuché a mi hermana reírse. Entré deprisa en la habitación del hijo de Hades.

—¿Qué pasa? —pregunté.

—Amh. Nada, Percy, nada. Sólo estaba conversando con Nico.

—¿Sobre qué? —pregunté.

—¿Qué te importa, metiche? —dijo Di Ange... Nico. (Me está costando repetir su apellido a cada rato).

—Pues soy su hermano mayor y...

—Y no eres muy buen ejemplo que digamos —me dijo ella.

— ¿Qué?

—Sí, pues. Eres un mentiroso, porque la historia que publicaron no es cierta y solo lo haces para ganar más fama en el campamento.

—Ah, ¿sí?

—Ay no. Pelea de hermanos —dijo Nico y se tumbó en su cama.

—Te pasas todo el santo día con Annabeth y ¿yo no puedo estar ni un minuto con nuestro primo?

—No ha sido un minuto.

—¿Y qué? Esta es mi vida y puedo hacer lo que se me antoje.

—Pero soy tu hermano y te digo que...

—Tienes razón. Eres mi hermano. Pero no eres mi padre o madre, y ¿sabes qué? Tú no eres un huérfano. Sally está viva, pero no mi mamá. No tengo padres, ¿de acuerdo?

Ella salió de la cabaña y yo la perseguí.

— ¡AQUA! ¡PERDÓNAME! —grité persiguiéndola por todo el campamento. Ella odiaba sentirse débil y así era cómo se sentía cuando pensaba en su madre, o en que a veces los dioses no son muy apegados a sus hijos semidioses. Así, la había hecho sentir.

Muchas chicas empezaron a voltear y a señalarnos. Supongo que quieren shippear PERCY-AQUA. PERQUA.

—Déjame sola —dijo y entró a la cabaña.

—Pero, es que yo... —dije y una mano se posó en mi hombro, Annie.

—Déjala. Necesita su espacio —susurró.

POV AQUA:

Lloré y lloré. Me sentía tan enojada con Percy. Enojada porque malpensó que yo estará en el cuarto de Nico. Por hacerme recordar a mi mamá. Por recordarme que soy su hermana. Por dejarme sola. Y por no tener el valor para pedirme que fuera su novia.

Tal vez lo último no tanto. Tal vez él sólo me quiso cómo a una amiga o una hermana. Si tan solo yo hubiera dado el primer paso... Bueno, por eso no lo culparé.

Escuché que el almuerzo ya iba a empezar pero no me importó, no tenía hambre. Por un día que no almuerzo no voy a morir el siguiente.

Decidí meterme en la ducha, el único lugar de la cabaña en el que me sentiría mejor. Sentir el agua en movimiento como una barrera protectora me ayudó a estabilizarme. Sabía que había unas toallas dentro de unos estantes, pero nunca las usé. Siendo hija de Poseidón, nunca utilizaba las toallas (tengo un sistema de secado increíble), pero quería volver a sentir la sensación de la toalla en mi piel, no sé por qué. Me puse una bata y salí afuera, confiando que no habría nadie esperándome afuera. Y creo que fue lo peor o más raro que he hecho en la vida.

—Disculpa —dijo Percy y sentí su aliento tan cerca que se me puso la piel de gallina, donde rozó. (O sea, mi cuello)

—Disculpas aceptadas, pero... deja de susurrarme tan cerca del cuello. Me duele.

— ¿Por qué saliste de la ducha con bata si nos podemos secar sin toalla?

—Porque se me antojó.

— Ah, OK. Rompí con Annabeth.

—¿Qué? Ah, con razón todo el mundo se peleaba con todo el mundo por Percabeth —dije tratando de sonar.

—¿En serio? —Yo sabía que se hacía el tonto.

—Sí, casi estalla la Tercera guerra mundial.

𝑻𝒓𝒆𝒂𝒄𝒉𝒆𝒓𝒐𝒖𝒔 (𝑃𝑒𝑟𝑐𝑦 𝐽𝑎𝑐𝑘𝑠𝑜𝑛) [en edición] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora