SIEMPRE TÚ

UN FINAL

EL FINAL:

Se despertó perezosamente, estaba acostado de lado y tenía entre sus brazos a una mujer. Se aferró al cuerpo de su amante y pasó las manos por su cintura e incluso bajó un poco más hasta que sintió la línea de las bragas entre sus dedos. La mujer le daba la espalda así que hundió su rostro entre el sedoso cabello de ella. Sus caricias no cesaron, sus manos trazaron pequeños círculos sobre su vientre plano, subió por dentro de la floja blusa de pijama de ella y llegó al inicio de sus senos. Para ese momento ya era bastante obvio a dónde quería llegar y el deseo que comenzaba a hervir su sangre. Llevaba mucho reprimiendose así que era el momento de actuar.

Abrió los ojos y descubrió que no estaba en su dormitorio, esa no era su cama ni sus mantas, pero sí que estaba con la mujer indicada. Reconoció su hermoso y peculiar cabello rosado, su piel blanca y tersa, además de su aroma exquisito. Había olvidado que estaba allí, en la habitación de su alumna; la noche anterior se había escabullido para poder estar con ella. Ahora estaban juntos en la pequeña habitación de la joven, en su pequeña cama y con mantas rosadas, con su aroma en cada rincón. Una sonrisa complacida apareció en su rostro.

Se acercó más al cuerpo de su alumna, sus manos seguían acariciando su delicada piel, encerró los pequeños senos de la joven entre sus manos, una descarga de adrenalina lo despertó por completo, la sangre comenzaba a fluir a un solo lugar. Sakura se movió inquieta y exhaló con dificultad.

-Despierta, nena- le susurró Kakashi en el oído. Sus caricias no cesaban e incluso comenzó a besar su fino cuello. Estaba necesitado de ella.

-¿Para qué? - la joven aún sonaba un poco adormilada. Quizá ni siquiera estaba del todo despierta y creía que todo era un sueño.

-Para poder hacer el amor-

Sus caricias no cesaron, por el contrario, se volvieron más fuertes y decididas. Como respuesta, Sakura comenzó a despertar y jadear suavemente. Dejó que él la tocara a placer, era más que evidente que ya estaba despierta.

Kakashi dejó el erecto pecho de la joven para bajar hasta su vientre, para recorrer los suaves muslos de su alumna y jugar con el elástico de sus bragas. Ni por un momento dejó de besar su cuello, aún intentaba acercarse más a ella, estaba seguro de que podía sentir su miembro duro en su espalda, no podía ocultar su deseo.

De apoco Sakura se giró hasta que quedaron de frente. Hasta que pudo verse en esos grandes ojos jade, los cuales delataba su excitación, brillantes y profundos, con mejillas sonrojadas y respiración agitada, algunos muchos rosadas caían sobre su rostro.

No esperó un instante más y la besó, sus labios se encontraron ansiosos por saborear al otro. Kakashi la encerró en sus brazos, se aferró a su pequeña cintura y después bajó hasta su trasero, hasta que sus cederá chocó con su pelvis y obtuvo un golpe de placer. El beso se volvió más intenso, el ninja sentía cómo su alumna se esforzaba por mantener el ritmo tan acelerado, sus delicadas manos estaban sobre su pecho desnudo, recorrían sus brazos y eso le fascinaba. Le fascinaba tanto que la colocó sobre él, su cuerpo era tan ligero y pequeño, era excitante. Los labios de la médico abandonaron los suyos para bajar hasta su cuello, su lengua recorrió cada centímetro para llegar a su pecho, lo besaba con decisión y fuerza, succionaba ocasionado que roncos gemidos salieran de su garganta, sus manos lo acariciaban y se aferraban a él. Podía sentir lo apasionada que era, ella lo deseaba y lo demostraba. Kakashi amaba esa faceta suya, lo tenía fascinado y lo ponía de rodillas ante ella. Disfrutó de cada caricia, pasó los dedos entre su sedoso cabello y la hundió más en su pecho, sus labios probaron su piel con más fuerza y eso era justo lo que deseaba, con la mano libre apretó su trasero hasta que chocó contra su viril miembro duro. Sakura pareció disfrutar de ese íntimo contacto porque lo repitió, y puesto que no llevaba más que unas bragas, él podía sentirla bajo la tela del calzoncillo. Comenzó a subir la blusa de pijama de la joven, estaba estorbando y él quería sentir su piel desnuda contra la suya. El contacto se rompió pero la recompensa que obtuvo fue de lo más placentera, Sakura se sentó sobre su pecho y sacó su blusa de pijama dejando al descubierto sus desnudos senos.