DOS MUJERES MUY DISTINTAS:

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DOS MUJERES MUY DISTINTAS:

Sakura se levantó perezosamente, sólo había conseguido dormir un par de horas, observó a su alrededor admirando su impecable habitación, había valido la pena. Sin embargo, la luz que se filtraba por la ventana no parecía ser muy tempranera.

-¡Maldición! - exclamó al ver la hora, poco más de las nueve. Se había quedado dormida. Se vistió en un tiempo récord y salió sin siquiera peinarse la enredada cabellera rosa, dejó su limpia habitación hecha un desastre de nuevo, ropa en el suelo, la cama destendida y las cortinas cerradas. Salió y corrió hasta la biblioteca, iba más de una hora tarde y si Tsunade se daba cuenta, no tendría piedad con ella.

Trató de concentrarse para no chocar con nadie, iba a buen ritmo y en todo caso trataba de encontrar una buena excusa para su retraso, estaba muy cerca pero al final, al doblar la última esquina antes de llegar a su destino, dio de bruces contra un ninja.

-¡Maldición! -exclamó dando un par de pasos hacia atrás debido al impacto. Sin embargo, alguien la alcanzó y tomó su rostro entre sus manos como para asegurarse que estuviera bien.

-Debes tener más cuidado-

-Lo lamento, sensei, pero voy tarde- le ofreció una sonrisa de disculpa y siguió corriendo- Tendré más cuidado la próxima vez- aseguró.

Pero Kakashi sabía que eso no era cierto, Sakura era distraída por naturaleza, era una excelente ninja, pero algunas veces olvidaba su propia banda, o poner la alarma para despertarse temprano, justo como ahora. La vio alejarse a toda velocidad, sorteando gente y disculpándose con los que no era capaz de evitar, su melena rosada estaba despeinada y su blusa estaba al revés. Eso lo hizo reír, esa chica era única.

Él nunca llegaría tarde a ningún lado, Rin siempre lo despertaba a la hora indicada, le preparaba el desayuno y lo despedía en la puerta con un beso. Ella lo hacía un hombre ordenado y puntual. No podía ni imaginar cómo sería sin Rin.

Sakura llegó jadeando a la biblioteca, estaba exhausta pero no parecía haber nadie allí esperándole, si la Hokage se hubiera dando cuenta de su tardanza, ya estaría esperándole y con un castigo preparado. Se había salvado por poco. Intentó recuperar un poco el aliento al tiempo que acariciaba su dolorida nariz por el choque con su sensei, aún le dolía bastante, se había estrellado contra su firme pecho y él ni siquiera parecía haberlo sentido. Había inhalado todo su aroma y ahora no podía sacarlo de su sistema, la forma en la que había tomado su rostro, con tanta delicadeza para asegurarse que estuviera bien. Siempre le había gustado ese cuidado que demostraba su sensei con ella, quizá porque era la única mujer, pero tenía la sensación de que siempre la estaba cuidando.

-Vaya que eres torpe- se dijo así misma con una sonrisa. Ya se había disculpado y él no parecía molesto. Escuchó unos pasos cerca y en seguida se apresuró a buscar los libros que necesitaba, no se arriesgaría a que la Hokage la encontrara de pie en la puerta. Organizó su área de estudio y los libros que necesitaría, todo en perfecto orden, podía ser olvidadiza, torpe e incluso despistada, pero no con la medicina, era importante para ella y no fallaría en eso. No había margen de error.

Tomó asiento en la primera mesa que encontró, de nuevo la biblioteca estaba completamente sola y parecía que sería así durante toda la tarde. La ninja no tenía tiempo que perder, abrió el primer libro y comenzó a leerlo.

Kakashi paseaba por la Torre Hokage, hacía una hora que había terminado con sus obligaciones así que no tenía nada más qué hacer ahí y, sin embargo tampoco le apetecía ir a su casa, allí le esperaba Rin, seguramente hablarían un rato durante la cena, él se daría una ducha y se meterían a la cama temprano, apenas el último rayo de Sol desapareciera, era una buena rutina, sólo que no del todo apetecible en ese momento, no le gustaba admitir que habitualmente llegaba tarde a su casa porque quería y no necesariamente por sus obligaciones. Sólo pudo pensar un lugar a dónde ir y allí se dirigió, no tenía nada de malo averiguar cómo iba Sakura en sus estudios médico, estaba seguro de que ella aún estaría allí. Se encogió de hombros conforme con ese argumento. Era sólo un sensei interesado por su alumna. Además de todo le gustaba verla, hacía cuatro meses que no la tenía cerca y había sido más que suficiente. Habían sido como cuatro meses de abstinencia .

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