SIEMPRE TÚ

EL SANBI

EL SANBI:

Yamato había creado un casa para que el grupo entero pudiera descansar. Era un gran grupo y aún seguían en espera de más ninjas.

Originalmente él había partido de misión con el equipo Kurenai, Kiba, Shino y Hinata. Había ido a una misión de reconocimiento que pronto se convirtió en un verdadero reto. Recibieron un grupo de apoyo en el que estaba Sakura.

Las misiones a su lado aún eran difíciles, no podía verla sin lamentarse el rumbo que había tomado todo. Rin seguía desaparecida. La habían buscado por todos lados, se habían creado misiones sólo para seguir su rastro, se escribió al resto de las Aldeas para pedir su colaboración, pero nada de eso funcionó. Rin seguía tan desaparecida como el primer día. Y la culpa seguía igual de fresca.

Sakura estaba descansado en la Casa de Madera que Yamato había creado. Le gustaba tener misiones con él, era un buen descanso de su sensei. Aún no superaba la maraña de sentimientos que la embargaban cuando sus ojos se encontraban de manera accidental.

Su sensei no era capaz de mantener la mirada, apenas le hablaba y sólo cuando era necesario. Sakura comenzaba a dejar aquella fugaz relación atrás, le había costado Kotetsu, no pudo seguir con él, pero había sido lo mejor. Necesitaba un poco de calma para ella misma, conseguir paz y mitigar el sentimiento de culpa por la ausencia de Rin.

Su sensei parecía perdido, su mirada estaba distraída la mayor parte del tiempo y llegaba tarde a todos lados, siempre traía un libro entre la nariz y comenzaba a lucir desinteresado por todo, Sakura lamentaba que aún necesitara tanto a Rin, era evidente que la extrañaba. La kunoichi deseaba que algún día ella volviera, quería ver al sensei que conocía.

Así que le gustaba ir a misiones sin él, presentía que su sensei quería un respiro de ella también, no le gustaba tenerla tan cerca y así sería más fácil para ambos. Necesitaban un poco de tiempo para que todo volviera a su lugar. Para que pudiera superar su presencia.

Kakashi terminó de hablar con Yamato para ponerlo al tanto de los que estaba sucediendo, las preocupaciones y las posibilidades que tenían. Estaban en la única habitación con puerta en toda la mansión, era la mejor para poder hablar sin intromisiones.

Volvieron a la habitación que compartían con ambos grupos. La mayoría tomaba un pequeña siesta, les esperaba una misión difícil y lo mejor era descansar. Observó a Sakura recostada, ahora sólo procuraba verla cuando ella no se daba cuenta, no podía dejar de notar lo preciosa que era y no se negaría el placer de verla, aunque fuera a escondidas. Era cierto que desviaba la vista cuando sus ojos se encontraban de manera accidental, pero era porque no soportaba verla sin que surgiera el deseo latente de tocarla. Además aún la seguía cuidando, le había advertido a Yamato que cuidara de ella en cada misión a la que iban sin él, le insistía en lo delicada que era y lo importancia de mantenerla a salvo. No le importaba lo que Yamato pudiera pensar, lo importante era que su alumna regresara sana y salva.

Sakura no podía dormir, estaba demasiado inquieta como para estar acostada esperando. Se levantó y echó un vistazo a su alrededor, Naruto no estaba. Suspiró con desesperación y salió para buscarlo. Recorrió la mansión de Madera pero no lo encontró, al final llegó a la única habitación que tenía puerta.

-Naruto- susurró entrando a la habitación. Pero estaba vacía, iba a salir pero decidió admirar la noche en el pequeño balcón.

Era una noche hermosa, Sakura había comenzado a disfrutar de los pequeños detalles que le ofrecían las misiones, la amistad con nuevas Aldeas, con la Arena en especial, había prometido volver allá, después de la misión de rescate del Kazakage los lazos entre ambas Aldeas se fortalecieron y sería una buena oportunidad para aprender aún más. Kankuro no había dejado de reiterar su deseo de verla de nuevo. Y era el momento para tomarse un descanso. La Hokage pensaba lo mismo, ya todo estaba dispuesto para su partida en una semana.