UNAS CUANTAS VERDADES:

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UNAS CUANTAS VERDADES:

Sakura estaba en su habitación, sentada sobre su cama y abrazada a una gran almohada. Sabía que no era asunto suyo lo que pasara con Rin y su sensei, pero no dejaba de pensar en ellos. Seguía confundida por la actitud de Rin, acababa de recibir una noticia inesperada pero se le veía tan serena, luego pensaba en su sensei, no era tan egoísta para pensar que todo se reanudaría donde había terminado, pero le preocupaba su reacción. Quizá ya se había encariñado con la idea.

No quería seguir pensando en eso, no era correcto.

Kakashi no dejaba de pensar en Sakura, en su extraño comportamiento, se le veía tan confundida que lo único que quería era ir y buscarla, preguntarle si todo iba bien o si necesitaba algo.

Ya no estaba molesto con ella, aún se le revolvía el estómago cuando recordaba la escena de la noche anterior, y esa mañana cuando se la encontró, quería reprocharle su comportamiento, pero después de verla tan extraña su enojo había pasado. Necesitaba ir con su alumna, su mente no dejaba de suponer escenarios, y el peor de todos sería que Kotetsu le hubiera hecho algo a Sakura. Le hervía la sangre de sólo pensarlo.

-¿Qué quería la Hokage?- le preguntó varias horas después a Rin, estaban en casa y se relajaban. No olvidaba cómo debía comportarse con ella.

-Nada en particular...- la respuesta tan corta por parte de su mujer era sospechosa, y él lo hubiera notado si no estuviera pensando en la forma de escabullirse para ver a su alumna. Si se llegaba a enterar que Kotetsu la había lastimado...

La tarde pasó bastante tranquila, aún no se le había presentado la oportunidad correcta para salir. Ambos estaban sentados en el sillón, cada cual con un libro, aunque Kakashi apenas y le prestaba atención a lo que leía. De pronto Rin le quitó el libro de las manos y le dedicó una juguetona sonrisa. Terminó por sentarse sobre él sin darle tiempo a negarse.

-Hace mucho tiempo que no me tocas- le reprochó. El ninja se quedó en silencio, no tenía nada creíble que responder.

Su mujer bajó su máscara y buscó sus labios pero él se los negó. Era un idiota, lo sabía, cualquier hombre sería feliz con Rin entre sus brazos, pero aún no estaba preparado para tocarla.

-No quiero lastimarte, a ti o al bebé-

-No lastimarás a nadie si me tocas- Insistió de nuevo en besarlo, pero Kakashi no podía, la apartó de nuevo -¿Ya no me deseas?- su rostro parecía tan afligido que lo hizo sentir miserable.

-Eres muy bonita, Rin-

-No fue lo que pregunté. Quiero que volvamos a hacer el amor, como la primera vez, ¿Lo recuerdas? - Kakashi asintió pero la verdad era que no lo recordaba en ese momento. Habían estado juntos siempre y una cosa había llevado a la otra, pero no recordaba las circunstancias de aquel encuentro tan íntimo.

-Es mejor que descanses, Rin- la tomó de la cintura y la depositó con mucho cuidado en el sofá.

-¿A dónde vas?, prometiste no volver a llegar tarde-

-Y no lo haré, solo quiero dar un corto paseo antes de dormir-

No estaba haciendo bien su trabajo, había dejado sola a Rin. Pero tampoco podía quedarse, no tenía las respuestas a sus preguntas y si se quedaba, terminaría por hablar de más. Le estaba costando mucho dejar de pensar en su alumna, había pasado una semana sin verla y eso había funcionado para hacer feliz a Rin, pero cuando la volvía a ver, entonces todo se iba al diablo y debía empezar de nuevo.

Sakura estaba en el parque, Kotetsu tenía misión por lo que paseaba sola. No tenía ánimos de estar en su habitación, necesitaba un poco de aire para despejar su mente y tranquilizarse un poco. Dejar de preguntarse si su sensei ya sabría la verdad. Si la buscaría de nuevo, lo que sucedería y si algo cambiaría.

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