Sindier quedo atónito, pero luego corrió por ayuda, y desenfrenada mente se dirigió a el origen del humo, que provenía de un pueblo. Al adentrarse a este, se notaba un cartel, se encontraba al lado izquierdo del camino, este decía:
" Sankt Peterburg"
Este se lucia en un cuadrado, en madera, al pasar por la calle los perros le ladraban, uno de ellos mordió la maleta de él, esto genero que Sindier bruscamente, lo golpease alejándolo de su ser, mientras el perro se perdía de entre la oscuridad del callejón al lado de la calle, el llego a un hotel de la zona, tenia notoriamente en las paredes, un tapiz amarillo con patrones de rombos. Al estar en la recepción, se encuentra con una mujer del otro lado de la mesa, que al parecer por su vestimenta, era una granjera.
Acompañada de ella había una niña, dulce la cual le dio la llave de la habitación a Sindier. Al llegar a su habitación con el mismo tapiz del hotel, se dirige con sus maletas a el armario.
Exclamó Sindier, que al abrir el armario vio al ente, calcinado, con una macabra sonrisa.
—No tenemos tiempo—el ente añadió aparentando ser Oskar, mientras se quitaba su piel, como si fuera su traje, dejando ver el cuerpo de Oskar normal.
—Me asustaste, me estas empezando a volver loco—dijo Sindier frustrado mientras lo veía a los ojos furiosamente.
—¿Y que me vas a enseñar?—mencionó Sindier retrocediendo levemente.
—¿Donde esta el libro?—Dijo el ente con forma a Oskar, seriamente.
—Esta aquí, déjame dártelo—dice Sindier mientras voltea la mirada, sacándolo de la maleta, y dándoselo a el.
—Bueno, empecemos—con estas palabras el ente mantenía de simple forma una sensación de curiosidad a Sindier.
De esta forma, el ente, agarra la cara de Sindier violentamente , este se asusto, y trato de forcejear, mientras gemía, por la razón de que le quemaban los dedos del ente, en su rostro, y entonces se llego un punto donde, le a vatio la cabeza el ente, hacia el libro, que al mismo tiempo y en un parpadeo, que entro en un espacio cristalizado.
Mientras gritaba Sindier, una sensación peculiar le recorría el cuerpo, como alambres de púas atándolo, al quitarle la mano de la cara, estaban en una llanura inmensa.
—Aquí empezaremos—dijo el ente tirando al suelo a Sindier, mientras el caminaba rodeándolo.
—¿Que este lugar?—pronuncio Sindier mientras se levantaba levemente del suelo.
—Es tu mente, Sindier, este es el único espacio donde, mi poder caótico no influye en la tierra, y que mi hermana me dio—dice el ente.
—¿Bueno, y que haré aquí?—replico Sindier con curiosidad.
—Aprenderás no solo como controlar la materia, también eventualmente el tiempo, temo que eres el dueño del libro, por ende de mi existencia en este plano—explicó a Sindier mientras, el suelo se llenaba de un liquido oscuro.
—¿Oye, esto lo vi en un sueño?—dijo Sindier al ver el liquido negro, rodeándolos.
De repente, el ente extiende su brazo sobre el suelo, esto genero de tal modo de que emergieron personas, oscuras pero en un lapso de 2 segundos se convirtieron en personas de la vida de Sindier, claro esta que eran de su memoria. Uno de los que se encontraban allí eran el cartero, de todas sus noches, con vestimenta beige, otro de ellos era Jacob, un niño que jugo con Sindier en su infancia, y ahí se veía como un viril. Y por ultimo sus padres, Alice Coverfield de alrededor de 50 años, ella vestía su ropa aguamarina. Y su padre Edgar Coverfield, un hombre fornido, con un traje oscuro y un sombrero.
—Padre, madre, los extraño tanto—dijo Sindier sollozo.
—Ellos no son tus padres, son sus sombras, o algo así que me dijo mi hermana—Dice el ente amargamente.
—¿Para que los trajiste a todos?—dijo Sindier sollozando.
—Quiero que los mates...—pronuncio el ente.
—No, no, no lo haré,¿crees que estoy loco o que?—exclamó Sindier con señales obvias de negación.
—Ellos no morirán, solo en tu mente lo harán—mencionó el ente pretendiendo ser Oskar a Sindier.
—¿Porque tengo que hacerlo?—replico Sindier.
—Sino te asesinaran, pero si cambias de opinión...—decía el ente mientras era interrumpido por Sindier.
—Esta bien,¿Que tengo que hacer?—pronuncio Sindier frunciendo un poco el entre cejó.
—Esto se llamo por uno de mis poseedores, como el golpe fulminante, lo que tienes que hacer, es marcar una linea sobre la persona, y listo—dice sin sobresaltos el ente pretendiendo ser Oskar.
—No puedo—mencionó Sindier mientras sequía los pasos de él.
—Te lo mostrare—dijo el ente antes de pasar su dedo índice sobre la persona a distancia, lo que genero un estallido singular de sangre, esto salpico a Sindier perturbándolo, pero por suerte era el cartero.
—¡Oh, Dios!—exclamó Sindier, con sus manos temblorosas, y una mirada desconcertada.
Claro esta, que la sangre empezó a volverse cenizas, y a desaparecer en el aire, por la razón de que literalmente mato su recuerdo de él, esto por la gravedad le dejo una cicatriz emocional, cuando Sindier lo intento con su amigo de la infancia, que de por si solo sonreía el ente, pudo lograrlo al fin, y a la vez también vomito, al salpicar le la sangre en el rostro, que se desvaneció después, el temblaba.
—Bueno, el tiempo no esta de nuestro lado, haremos algo diferente luego, me tendré que ir de nuevo al futuro—dijo el ente extendiendo ambos brazos, y dejando caer a Sindier al vació.
Mientras caía, una sensación de vértigo que lo consumió en la oscuridad, luego empezó a ver al fondo, el cual se volvía mas brillante, hasta que se dio cuenta que caía hacia su habitación de hotel, después se vio como descendía del techo, y desplomándose en la cama. Al no ver el libro se alegro, porque pensaba que se había librado de él, pero estaba equivocado, luego recordó lo que le dijo, y al principio pensó que era una pesadilla, pero al ver que no estaba en su casa, una ansiedad le recorrió el cuerpo entero, haciéndolo pensar en su futuro.
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El Libro Maldito
Paranormal/Primer libro de la saga Maldad Oculta/ Los objetos malditos han plagado el mundo de terror y destrucción, pero en este caso un demonio que posee un objeto, llamado maldad oculta, se dispondrá para ser controlado por un humano, atormentándolo hasta...