El Libro Maldito

Capítulo 10

          Era una mañana del 30 de julio, del año 1945, al parecer la personalidad de Sindier era mas voluble, debido a que su participe en artes oscuras era evidente, esto generó que se le podía ver un poco diferente desde aquella vez en el tren, por la razón de que fue encarcelado a propósito, y luego matando a todos los reclusos, claro esta , que estaba poseído porque aun así no nació con las agallas para enfrentar aquella atrocidad de matar por diversión o inclusive por deber, su conducta poco afeminada, cambio a un poco rebelde ante las autoridades.

          Mientras el demonio le explicaba lecciones que cuestionaban el entendimiento de su vida cotidiana, a Sindier, como también su misma religión, pero su curiosidad no cesaba con facilidad.

—Necesito mostrarte algo—pronuncia Oskar, mientras se encontraban en un puente de un bosque de China.

—¿Que cosa?—dice Sindier con una leve barba, ojos café, pelo peinado y de un lado, con una vestimenta de aventurero, y una voz tersa, firme y dulce, que derretiría a cualquier mujer a su paso.

—¿Recuerdas el reloj, que obtuvimos en Dornogobi, al sur de Mongolia?—menciono el demonio Oskar, levitando parcialmente, en la orilla del puente.

—¿El que robamos, cierto?—exclamó Sindier mientras rebuscaba en su baúl, que se encontraba sobre un caballo llamado equus renascenti, con un pelaje peculiar como de un fénix.

          Acto seguido Sindier pone el reloj en el borde del puente, y le ajusta las manecillas a las 11:11, luego el reloj vibra, y se lanza al abismo, del cual cae creando una espectacular onda en el agua cristalina. A pasar un tranceunte por el puente, Sindier disimula silbando, por consiguiente lo arroja halándolo por la camisa, y sosteniéndolo desde la espalda, como el ente le dijo que hiciera.

—¿Cual es su maldito problema?—vocifero el trance-unte con acento asiático, mientras se encontraba con el corazón en la boca, y tratando de nadar a la orilla.

          Este empezó hacer tragado por un vació en el agua, del rió turbio, mientras el ente tenia una pequeña sonrisa, y Sindier tenia el ceño fruncido, preguntándose de que le pasara al asiático allí. Luego desapareció en el fondo del rió, Sindier se asomo a ver si lo podía ver el preocupado, claro esta de que el trance-unte se parecía un poco a su padre, el agua empezó a bañarse de sangre, y lo acompaño un estallido rojo en el agua como el de un delfín.

          En el auge del pensamiento de Sindier ante lo que empezó a vibrar en lugar, una puerta carmesí con estilo de arco japones, emergió de la profundidad del agua del rió, que creaba una perturbación en la misma, como una roca afectando a la corriente de agua.

          Esta puerta ascendió hasta llegar al mismo nivel del puente, claro estaba que tenia unos escalones para pasar por el marco, Sindier mientras visualizaba los extremos de la puerta rojiza, como también la parte trasera y la de adelante en busca de explicación, se podía ver desde el exterior hacia su interior una mansión con paredes rojas, tapiz y objetos también.

—¿Como se llama este lugar?—dijo Sindier al atravesar la puerta lentamente, mientras contemplaba su monstruosidad.

—Esta es la mansión obscura, nos protege de la orden de San Miguel—dice la entidad de Oskar, alzando sus brazos señalando el techo estrellado vivo del cosmos, con estrellas fugases, entre las columnas carmesí.

—¿Acabas de decir La orden de San Miguel?—exclamó Sindier con voz preocupada, que como no era muy devoto, se sobresalto.

—La orden de San Miguel, a sido un problema desde que existieron, porque ellos construyeron junto a Dios, el arco del triunfo eterno, este impide que demonios del universo entren para acá...—dice Oskar siendo interrumpido por Sindier.

—¿Pero como entraste tu para la tierra, como también tus hermanos?—replicó Sindier confiado.

—Yo, mis hermanos y otros demonios, entramos por un pasaje oculto en el plano astral, que fue cerrado por los ángeles, en el año 820—dijo Oskar paseando con Sindier, por un pasillo muy ancho, el cual llevaba a una habitación que parecía un estudio gigantesco, porque albergaba un planeta gigante en el medio.

—Mira te lo voy a explicar mas fácil—mencionó Oskar, levitando hasta llegar al otro lado del planeta de hierro, en la habitación, que luego esta se llenaría de una nube de polvo rojo casi translúcida, que Oskar, extendiendo su brazo la atraería.

—Esta nube de polvo rojiza que invadió el cuarto son los demonios del universo que quieren entrar al núcleo de la tierra, lo que aprecias aquí, es el arco eterno que esta sobre el polo norte, este crea una capa de cristal de energía impenetrable, solo por los demonios, en cambio los humanos pueden pasarla como también los ángeles. Y aquí esta en esta capa delgada azul sobre la tierra, se encuentran los ángeles protegiendo el mundo y el arco, debajo de ellos esta la tierra, al abrir la tierra por la mitad podemos apreciar el limbo, que ustedes llaman manto, y por ultimo esta Lucifer, ustedes los humanos creen que es el diablo, pero en realidad es el núcleo del planeta, como también de las estrellas y otros planetas del universo—explicó Oskar mientras pasaba sus manos sobre el planeta en el centro de la habitación.

—No pero...—dice Sindier antes de ser interrumpido por Oskar.

—¿Que?, me vas a creer a mi, un demonio de eterna vida, o una religión que carece de información—repudió Oskar a Sindier.

—Digamos que tienes la razón,¿Donde esta Dios?—dijo Sindier otra vez confiado.

—Muerto...—menciono sin sobresaltos Oskar, respondiéndole rápidamente a Sindier, luego toda la mansión se quedo en silencio.

          Mientras el silencio abrumador se desvanecía, Sindier se para frente a el globo de hierro, cuando voltea detenidamente su mirada, noto un espejo de pared el cual reflejaba a el un poco mas joven de lo que era, luego su rostro se comenzó a transformar a su persona de la cual era en el año 1915, cuando termino su cara de alterar, se miro en un espejo que se encontraba en una habitación paralela a ese estudio, y noto que parecía de edad de alrededor de 20 años otra vez y no como de mas o menos de 50 años.