Capitulo 3

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Abrí lentamente los ojos, adaptándome a la iluminación del lugar, que era bastante pues las cortinas estaban corridas y el sol de, probablemente, medio día entraba por la ventana dándole un aspecto cálido a a habitación. Me sentía descansado, relajado, de un extraño buen humor y con mucha energía. Aquello era bastante placentero, me gustaría poder dormir así todos los días. Empecé a pensar por qué mi repentino buen sueño, sólo venían dos opciones a mi mente: porque estaba cansado la noche anterior, o porque dormí en la extremadamente cómoda cama de Jin hyung. Me inclino más por la segunda.

Me incorporé, sentándome en la cama y tomándome mi tiempo para estirar mis extremidades. Suspiré con una sonrisa en el rostro, y me levanté de la cama.

Salí de la habitación, caminando directamente a la habitación de Yoongi hyung, anoche estaba extraño, parecía casi molesto, por lo que decidí tocar la puerta.

—¿Yoongi hyung?— hablé, al no recibir respuesta, intenté abrir la puerta, pero el seguro me lo impidió.

Desistí de seguir intentando y me encaminé a la cocina. Era mi oportunidad de probar si las clases de Jin funcionaban sin poner en riesgo la casa de mis padres.
Opté por hacer algo sencillo, el típico desayuno que se ve en las películas, cuando me di cuenta que ni siquiera sabía que hora era.

Salí de la cocina sólo para ver el reloj que colgaba en la pared de la sala.

10:29.

Huh, era bastante temprano. ¿De verdad desperté con tanta energía aún después de haber dormido unas 7 horas? Siete horas nunca habían sido suficientes para mí.
Dejé de cuestionarlo, y me dispuse a hacer unos ricos hotcakes, rico y sencillo, fácil y rápido. Perfecto.

En cuestión de minutos ya me encontraba comiendo alegremente mis hotcakes bañados en miel junto con un vaso de leche de chocolate.

Apenas terminaba de comer cuando siento a Yoongi hyung salir de su habitación. Literalmente lo sentí salir de su habitación, su aroma me llegó apenas abrió la puerta y también escuché el rechinido de la misma, ¿¡cómo rayos!?

Debía admitir que me había asustado un poco, sólo esperaba que se debiera a que pronto debutaba y no a que estaba inconscientemente al tanto de Yoongi.

—Buenos días.— saludé una vez lo vi entrar a la cocina, intentando ocultar mi inquietud.

Intentaba convencerme de que de repente la presencia de Yoongi hyung se me hacía imposible de ignorar se debía a los cambios que estaba experimentando.

Sí, seguro es por eso.

Seguro es por eso que siento una extraña necesidad por bajar la cabeza cuando me miró a los ojos.

—Buenos días.— respondió. Su voz salió gruesa y grave, más de lo normal, prueba de que se acababa de despertar.

Se me pusieron los pelos de punta y por unos segundos se me cortó la respiración. Pasé saliva, intentando tragarme con ella los nervios crecientes.

—Quie- ¿Quieres desayunar?— me maldije a mí mismo por trabarme al hablar, por suerte, Yoongi hyung seguía lo suficientemente dormido para no notarlo.

Eso creí hasta que vi una sonrisa burlesca que me indica que definitivamente lo había notado.

—Sí, gracias.— sin necesidad de decir algo más, me levanté a prepararle su desayuno.

El pensamiento de verme como una esposa me hizo reír.

No tardé mucho en mi labor, puesto que había sobrado masa, sólo era hacer el hotcake. En unos minutos, Yoongi hyung ya se encontraba comiendo, acompañado solamente de una taza de café sin azúcar. Me estuve en la mesa, rehusandome a dejarlo comer sólo. Yoongi hyung, cuando disfruta la comida, no habla, por lo que me alegré al verlo callado.

《Le gusta lo que preparé 》, ese pensamiento me hizo sentirme feliz, realizado, como si mi propósito hubiera sido complacer a Yoongi hyung desde un principio y al ver que lo logré, todo tenía sentido.

No me enteré en que momento Yoongi había terminado de comer, sino hasta que lo vi levantarse para colocar los platos sucios en el lavaplatos.

—Gracias por la comida.— pude sentir como el aroma de Yoongi hyung se suavisaba. No había notado lo intenso que era hasta que se hizo casi imperceptible. Será que tenía hambre.
— ¿Cómo te sientes?

Ladeé la cabeza algo confundido, no entendía a qué se debía su pregunta.

— Ummm... Bien. — me encogí de hombros.

— Bien, saldremos hoy. Me ducharé primero.— dicho esto, se fue.

Me encontraba confundido, aún intentando procesar lo ocurrido, fue todo muy rápido, no lo esperaba, y mucho menos de Yoongi hyung.

Pasé unos minutos intentando averiguar por qué querría salir, y por qué conmigo más encima, pero me rendí. La mente de Yoongi era un enigma.

El tiempo que me restaba, me la pasé vagando por mis redes sociales, sin ver nada en específico, hasta que un anuncio capturó mi total atención. Era el anuncio de una clínica que te decía a qué clan pertenecías, pero con 50% de descuento. Claro, podías ir a cualquier hospital y hacerte la prueba de "género", como la llaman los médicos, y sales sabiendo tu clan, pero sí es algo que no todos se pueden permitir con libertad. Me sentía muy tentado, la duda me venía comiendo desde hace siempre, y con las cosas que han estado pasando, lo único que quiero es deshacerme de la intriga de una vez y acabar con el misterio, pero también me gusta la emoción de no saber qué sería. De pronto, ya no sabía qué hacer. Solté un quejido ante mi propia indecisión y decidí guardar el anuncio, sólo por sí acaso. En eso, un Yoongi sólo cubierto de la cintura para abajo con una toalla hizo aparición.

Oh. Por. Dios.

Su cabello aún se encontraba húmedo, una envidiable gotita se deslizó desde este, cayendo a lo largo de su cuello, disfrutando sin duda pasar por toda la longitud de su cuello, atreviendose a bajar por sus clavículas, rozando estas para luego bajar directamente por su pecho, hasta su plano abdomen, casi perdiéndose gracias al tono tan claro de la piel de Yoongi, que gracias a la iluminación, parecía brillar, como un regalo místico de que los dioses griegos nos han dado incluso sin merecerlo. Pasé saliva una vez vi como esa gotita era detenida de llegar más abajo gracias a la toalla colgada en su cintura.

— Taehyung.

— ¿Sí?

— ¿Me estás escuchando?— levanté mi mirada hasta su ceño ligeramente fruncido. Me cacheteé mentalmente al darme cuenta que había estado hablándome todo el tiempo que yo había estado envidiando una gotita de agua.

— No.— admití, avergonzado.

Escuché como soltó un suspiro.

— Ve a ducharte, saldremos en media hora. — Y, una vez más, se fue sin decir nada más.

Asentí, por costumbre, para después darme cuenta de que lo que hice no tenía sentido. Sacudí la cabeza, para deshacerme de la avalancha de pensamientos que me estaban invadiendo en ese momento, luego me levanté, camino al baño para ducharme y tal vez, aclararme un poco la mente.

Despertador Personal |✿| YoonTae Omegaverse | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora