Aris+Temo

2. Llamadas inoportunas

Aris me mira y frunce el ceño.

─ ¿Pasa algo temo?

─ Ah sí, perdón - le digo mientras extiendo la mano para entregarle el teléfono - ¿le pones la contraseña?

─ ¿No ya la sabias? - me responde tomando el teléfono - es 4325, son los números de nuestras playeras de básquet juntos Temo

─ Cierto...

Realmente nunca me había mencionado la contraseña de su teléfono, pero en ese momento no quería mencionarlo, mi mente estaba en blanco y solo tenia un nombre en la cabeza <<Andrea>>. Millones de preguntas surgían y me daban vueltas por la mente, pero no podía expresar lo que sentía, al menos no frente a él, era un sentimiento extraño, como si de pronto un miedo surgiera de la nada, miedo a perderlo, como si aquella chica fuera quien me separaría de él, que, aunque no fuera cierto, algo de mi imaginaba esa historia ficticia y causaba este sentimiento extraño, eran celos.

Aristóteles me regresa su teléfono, listo para marcar, como si no quisiera que me metiera a revisar sus cosas y lo entiendo, a nadie le gusta que violen su privacidad de esa manera, así que trato de olvidar aquel mensaje y me limito a marcarle a mi papá. En un cruce de pocas palabras mi Papancho menciona que se encontraba con Doña Blanca comprando algunas cosas para la casa y para la despensa, yo me limito a decirle que ya me encontraba en casa y los mellizos se encontraban en su habitación, él me dice que no salga sin permiso y le respondo que me encuentro con Aristóteles en mi habitación, hay un silencio de unos segundos, se despide y la llamada termina ahí.

Cuando la llamada termina Aris continúa jugando,  estoy a punto de entregarle el teléfono pero este empieza a vibrar y la pantalla se ilumina, un tono retumba en la habitación y Aris me mira.

─ ¿Quién es o qué? - me dice poniéndole pausa al juego

─ Es... - le digo mientras veo el nombre en la pantalla - ... ¿Andrea?

─ Ah, sí, no le contestes - me dice reanudando el juego

─ Vaya, el malote de Aristóteles rechazando llamadas - le contesto sintiendo un alivio - ¿Ella quién es?

─ Es una amiga - me dice sonriendo mientras sigue jugando - Bueno, en realidad es una fan que por alguna extraña razón consiguió mi numero y me habla todo el tiempo, siempre me ha preguntado cuando haré una reunión con todas ellas, pero es muy extraña

─ ¿Reunión?

─ Si, ya sabes, para que me conozcan en persona no solo a través de una pantalla

Hasta ahora yo era el único que conocía al verdadero Aristóteles, él era famoso, pero no transmitía todo su ser a través de una pantalla, de hecho, si lo hiciera, creo que todas estarían más que obsesionadas con él, si supieran la increíble persona a la que están viendo, pero solo ven una parte de él y conocerlo más allá que todas esas personas me hace sentir especial.

─ De hecho... - me dice pausando el juego y volteándome a ver - me gustaría que tu me ayudaras a organizarlo temo... ¿te gustaría?

Me tomo unos segundos para imaginar aquello que me pedía, pero debía responder, si tardaba más tiempo creería que no quiero hacerlo y lo estoy dudando, así que sin pensarlo más le respondo

─ ¡Claro! - le digo sonriendo - ¡Me encantaría!

─ Eres el mejor - me dice poniendo su mano sobre mi pierna - ¿Lo sabes, verdad?

─Si tú lo dices, solo que en este juego no lo soy

Aris sonríe y quita la mano, un cosquilleo recorre mi pierna y aprieto los dientes mientras él regresa la mirada a la pantalla y reanuda el juego. Unos segundos después, mi teléfono, que se encontraba en mi bolsillo,  empieza a vibrar, Aris lo ignora pues piensa que es Andrea llamándolo de nuevo, pero algo me dice que en cualquier momento voltearía a ver su teléfono y este no estaría sonando, así descubriría que realmente mi teléfono si tenía batería y sospecharía de la situación. Me levanto rápidamente y cruzo frente a él, mientras el mueve la cabeza para poder ver mejor.