Cap. I -Recuerdos-
Empecemos con la persona que una vez vivió, yo en vida, es algo sencillo nací en un pequeño pueblo sin mucho alboroto, el único hijo de una familia algo normal o debería decir... ¿un poco anormal?, crecí y estudie en una escuela pública, seguí estudiando y me gradué como administrador a los veinticinco años, mi primer trabajo profesional a tiempo parcial fue aunque en malos tiempos, ser el banquero, notario y cobrador de un grupo de mafiosos de la capital, el cual poco después me contrataron sin derecho a objeciones, ya que el jefe era un miembro del gobierno, un hombre corpulento y fornido con una voz gruesa y siempre escoltado por dos soldados fuertemente armados, aunque el jefe sinceramente no los necesitaba ya que su mera presencia era algo que te impedía moverte, su nombre Mayor General. Charles Heat Gramn, pero en los negocios del mercado negro era apodado solamente como "Heat", ya que si alguien no pagaba o lastimaba a alguien conocido del grupo solo íbamos y lo marcábamos con un hierro ardiente, además de la tradicional golpiza que le propinábamos.
Ese trabajo tenia ciertos requerimientos, entre ellos era que todos los empleados teníamos que estar en forma, todos teníamos que saber pelear cuerpo a cuerpo, y también con armas, por cuestiones de tradición dentro de la organización el jefe siempre nos presionaba para casarnos y tener una familia, decía
"Un hombre que tiene algo que proteger no muere fácilmente"
La mayoría siguió su concejo y se casaron rápidamente, yo por mi parte no era una persona de muchos amigos, lo mío era mantener mi simple rutina debido a que mi familia directa había muerto hace mucho, no tenía familiares o parientes, con los cuales compartir, aun en la escuela y la universidad, fui una persona de pocos amigos, el jefe siempre se molestaba con migo por eso, por ser un hombre que solo vivía por vivir, me llamaban "Ejecutor", ya que solo me limitaba a responder cuando se me llamaba y a cumplir mis trabajos rápidamente, y principalmente a que mis armas eran un gran juego de cuchillos de hierro que guardaba en mi chaqueta. Otra de las normativas o reglas que teníamos era por cuestiones de creencias del jefe todos los últimos días del mes íbamos a recibir la bendición de una vieja bruja chamanista a las afueras de la ciudad, era una mujer algo extraña aunque según ella tenía cerca de ciento veintisiete años, no parecía de ser una mujer mayor o cercana a los cincuenta años (curiosamente está muy bien conservada la vieja bruja). Ella siempre nos daba un sermón y nos daba a beber un brebaje que según ella y el jefe nos protegía y nos daba suerte.
Un día por mera curiosidad le pregunte al jefe el porqué de las visitas a la vieja bruja; me sorprendió mucho la respuesta del jefe Heat nadie pensaría que el un hombre fornido y serio mostraría una cara tan humana y llena de nostalgia.
Me contó la historia mientras servía dos tragos de whisky;
-Hijo te diré, que si piensas que la vieja Margaret es una simple estafadora que pasa por la crisis de los cincuenta con delirios psiquiátricos, debo decirte que estas equivocado, ella me salvo a mí y a mi pelotón durante una incursión para derrocar un dictador sanguinario cuando aún era un simple coronel de las fuerzas especiales , estábamos en África rodeados por un grupo enemigo, y no es que sea supersticioso pero el enemigo ya estaba muerto, aviamos disparado a sus cabezas cortado sus gargantas, destrozados sus miembros y ellos seguían en su marcha contra nosotros, si eso no son cosas de magia no sé qué sean, un ejército de muertos vivientes, muchacho... que cosa más aterradora, eso ya hace más de treinta años, (respiro hondamente como para tranquilizarse un poco y seguir contando la peculiar historia), esa noche cuando estábamos rodeados, a pareció la vieja Margaret , exactamente igual a como la ves hoy no ha envejecido ni un día, ella se interpuso entre ellos y nosotros, solo con una botella de licor y un libro todo cubierto de sangre, escupió licor sobre ellos, recito un cantico extraño y simplemente se detuvieron cayendo y comenzaron a arder cubiertos por llamas violetas, ella se giró hacia nosotros con una sonrisa cálida incongruente para la situación diciendo que, ese no era lugar para que mocosos con juguetes caros, mientras trataba a los heridos se burlaba de nosotros y nos contó la verdad de la situación de la zona, el dictador era un chamán o un brujo con gran influencia, al parecer el gobierno africano intento matarlo por medios normales y fallaron, nos llamaron solamente para probar suerte, esa vieja bruja se reía mientras nos contaba de los cientos de intentos de asesinato, y de como ella puede matarlo, pero ella no puede acercarse, esa misma noche se unió a mi pelotón y nos infiltramos al palacio del dictador, antes de entrar hizo un hechizo sobre nuestras armas y los que matábamos se quedaban muertos,(con una pequeña riza daba un trago), si hubiéramos tenido a Margaret antes no hubiera perdido seis hombres en la encerrona, bueno simplemente entramos y matamos a todos hasta llegar a donde estaba el dictador, curiosamente fue sencillo de matar no tenía guardias ni dio resistencia solo lo llenamos de agujeros en cinco segundos, después de que se disipo el homo y se acallaron los ecos de los disparos, vimos algo bastante aterrados, el muy maldito seguía de pie con una sonrisa siniestra en su rostro desfigurado por las balas, con un aullido bestial se transformó en algo mucho menos que humano, seis piernas amorfas con los huesos brotando como plantas, cuatro brazos color verde que terminaban en garras rojas, tres caras una de perro, de león y una de mono , una boca enorme cubierta de dientes en el pecho, todos estábamos en un punto cercanos a la locura al verlo pero ella solo seguía riendo y dijo con una riza burlona...
ESTÁS LEYENDO
Travis Dax
ParanormalMi nombre es Travis Dax, y estoy muerto. Así comienza esta historia, un simple hombre envuelto en circunstancias no tan simples.