Cap. XI -Una Serpiente en la Posada-

3 1 0
                                    

Cap. XI -Una Serpiente en la Posada-

Después de esa pequeña incursión Lagu estaba toda llena de polvo y algo despeinada, yo tenía algo de polvo y sangre en mi ropa por las zarandeadas que les di a los mocosos, hace que tras montarnos en el auto decidí conducir he ir a una vieja posada en los muelles.

Tras unos treinta minutos de conducir atravez de la ciudad desolada por la hora llegamos a una humilde y pequeña posada que no concuerda con el entorno, estamos en una ciudad moderna de estilos occidentales pero esta posada más de un estilo fuertemente orienta casi sacada de una película de samuráis y cosas así, a mí me gusta este ambiente simple y le digo a Lagu que no quedaremos un rato, Lagu pareció no entenderme así que se lo repito de otra manera.

-Lagu ya que estamos algo cansados y sucios, pasaremos un rato en esta casa-

Al terminar mi oración Lagu que siempre esta calmada se sonrojo muchísimo, hasta yo me quedé asombrado de su reacción, la siempre calmada y seria Lagu, podía verla temblando un poco, no podía calmarla porque, no era que no me dejaba, sino que era algo gracioso de ver.

Y si preguntan la respuesta es sí, el estar tres años en el limbo me hizo más sádico que de costumbre.

Nos bajamos del Camaro y entramos a la vieja posada, curiosamente la dueña me reconoció de inmediato.

-Ho, pero si eres tu muchacho, está hecho ya todo un hombre, y quien es esta jovencita tan linda y colorada... -

Esta señora se llama Meylan es una vieja traficante de opio y armas pero se retiró hace ya varios años, durante mis primeros años con la familia pase un tiempo viviendo aquí para vigilar los muelles así que ella es como una tía lejana que siempre se burlara de nosotros y nos tratara con cariño y que nunca me negara una habitación.

-Si soy yo, tía Meylan, me sorprende que no se allá asustado, después de todo morí hace tres años-

-Tú crees que me creí esa basura, eres muy duro para morir por unos simples disparos al corazón, y bueno que se te ofrece a estas horas-

-Bueno tía, como veras estamos, un poco cansados después de un buen trabajo, así que pensé que podrías dejarme mi habitación-

-Ah ya entiendo, por fin te has echado novia, y que chica más mona, mírala toda rojita-

-Tía, ella no es mi novia es solo una compañera de trabajo, por favor, no la molestes tanto, Lagu por favor dile algo-

Lagu no podía hablar estaba roja como un tomate y se tapaba la cara con las manos por la vergüenza, actuaba como una niña de doce años, cuando la llevan a conocer a los padres de su novio, esto es para reírse, pero no puedo tengo que sacar Lagu de esto.

-Tía por favor ya dame las llaves –

-Ten chico no la hagas llorar, recuerda con suavidad y gentileza, o romperás la cama –

-Gracias por el consejo tía-

No pude poner más sarcasmo en esa frase, porque no tenía las fuerzas para hacerlo, Lagu entro a rastras a la habitación que consistía en una cama, un baño, un pequeño pasillo con un lavadero y un balcón, le dije a Lagu que se bañara y se lavara el cabello, sin oponer resistencia alguna se encerró en el baño, podía oír el fluir del agua de la ducha y el choque de las gotas contra el cuerpo de Lagu, (joder con los efectos colaterales de resucitar).

Tras unos minutos alguien toca a la puerta, ya que la posada está vacía es obvio quien es.

-Chico, le traje un vestido limpio a la chica y también un viejo traje tuyo que dejaste, espero no interrumpir-

Travis DaxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora