Cap. IV -Recuento de Daños-

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Cap. IV –Recuento de Daños-

El telón cayó el trece de noviembre a las doce y un minuto, según el informe médico y el reporte policial junto con la declaración de los vecinos, se estableció lo siguiente:

-"La noche del doce de noviembre, un sujeto desconocido y armado asalto la residencia del oficial Dax, el junto con su hijo, se enfrentaron al intruso, quien resultó ser el responsable del anterior secuestro de la señora Dax, tras múltiples disparos el intruso prendió fuego a la casa luego de asesinar a el oficial Dax, a su esposa, y a su hija, así como a dos oficiales más, solo quedo un sobreviviente el hijo del oficial Travis Dax, el cual presenta una enorme cantidad de heridas que reflejan un intento de oposición al intruso, fueron encontradas varias armas y restos de granadas.

El intruso fue abatido en el atentado por el oficial Dax y su hijo.

Parte de informe médico; presenta varias heridas internas así como tres costillas rotas junto con múltiples laceraciones por todo el cuerpo, incrustación de metralla en el brazo izquierdo y parte del tórax. Padece de shock post-traumático y lagunas mentales junto con una pérdida parcial de memoria.

Se ordena guardar este hecho como secreto estadal y cancelar toda averiguación se establecerá como robo y homicidio múltiple"-

Una cuartada, una careta y una buena idea por parte del fiscal general, se me dio una indemnización junto con una carpeta con todo lo referente al caso de mi hermana y a las pesquisas del ataque a mi familia, aunque yo había perdido todo interes, recuerdo que yo decía que me convertiría en policía como mi padre, pero ya simplemente no le veo el sentido, desperté en el hospital en nochebuena sin siquiera poder recordar ni mi nombre, me contaron que solo podía decir -¿Dónde está?-, ya para fin de año recordé todo, la secuencia de eventos que me llevaron a estar atrapado en esa cama del hospital pasaron ante mi como una película de terror. Recuerdo que llore hasta el primero de enero y que le suplique al médico principal que me diera el alta para visitar sus tumbas, lo cual no conseguí, aún hay partes de mi memoria que no he recuperado pero esos meses de noviembre hasta enero, los recuerdo perfectamente, son recuerdos que aun hoy me atormentan, el cómo no pude proteger a Irina, y como ni siquiera pude respetar su última voluntad.

Me dieron el alta en febrero de año siguiente, como no tenía a donde ir pero estaba próximo a cumplir la mayoría de edad, se me dio libertad plena de hacer lo que se me diera la gana, con la indemnización compre un Chevrolet Impala del sesenta y siete y me fui del pueblo, abandone los restos de mi vida y opte por vivir solo por vivir, pase dos años como errante por los caminos hasta que llegue a esta ciudad, y me establecí aburrido de viajar, decidí estudiar algo, y ejercer tranquilamente hasta que llegara el día de mi muerte natural o cuando decidiera pegarme un balazo, estudie administración y contabilidad, trabaje en varios restaurantes, tuve varios problemas, y termine reclutado u adoptado por el jefe Gramn, fui puesto bajo la supervisión de Arturo, me asignaron a cuidar a la señorita Griselda, he cumplido muchas misiones tranquilas como fuertes, algunas son simple protección otras exterminar una banda enemiga, tratar con los policías y los narcotraficantes, así como también solo atender el bar y la cocina de la base, en estos siete años que llevo como parte de esta familia de mafiosos, aunque sigo teniendo esta profunda herida, el dolor de la misma se ha hecho menor, aunque aún tengo ese vivido recuerdo plasmado en mi mente.

Tras terminar mi cigarrillo, vuelvo de mi paraje y regreso adentro para encarar a mis amigos, tengo que calmar las cosas con Griselda y charlar con Ana y Margaret, así como con el Jefe... (y patear a Arturo). Regrese a la base entrando por el salón y me dispongo a calmar a Griselda quien sigue con la mirada perdida en el vacío de su corazón roto lleno de lágrimas, pueda que este mal que lo diga pero se ve muy hermosa en este momento; cuando estoy a punto de hablar con ella, Ana irrumpe en el salón, y corre hacia mí, se avía cambiado de ropa, el vestido azul cobalto no estaba más, ahora era solamente un conjunto negro semitransparente con encajes grises y plata, intente actuar como si nada pero el caso es que aunque tengo un gran autocontrol, soy un hombre, al ver a Ana en esa ropa no pude evitar fantasear un poco en mi mente, pero no tenía tiempo para eso, trate de llegar a la mesa donde estaba Griselda, pero para mi desgracia Ana llego antes y se sentó justamente en la mesa donde se encontraba una chica llorando.

Travis DaxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora